8 | Si existe el paraíso en la tierra, está dentro de las sexshop
El lunes Jongwoon se quedó en la biblioteca acabando un trabajo de anatomía con algunos de sus compañeros, así que me tomé el café solo y me dirigí a clase de informática más tarde de lo normal.
La gente ya estaba entrando en el aula cuando llegué. Saludé al profesor, que enchufaba su portátil al proyector, y me deslicé junto a la silla vacía de siempre.
Me habría gustado contarle a mi mejor amigo cómo le había hecho caso. Porque había hablado con Bora y hecho las paces con Donghae. Y ahora estaba de tan buen humor que hasta mis padres se habían sorprendido durante el desayuno.
Aproveché el momento de espera antes de comenzar para encender mi ordenador y mirar a un lado, a otro y hacia atrás. Vi a Minho, solo, mirando el reloj con impaciencia porque Kyuhyun todavía no había aparecido. O eso supuse. No era normal que Kyuhyun llegara tarde o faltara.
También vi a Lisa. Ella notó que la observaba y me saludó moviendo la mano. Le devolví el gesto, pero giré en cuanto sus amigos comenzaron a preguntar por mí. Eso tampoco había sido normal. Aunque tal vez lo fuera pronto, cuando consiguiera hacer que Jongwoon se enamorara de ella.
Seguí paseando la mirada por todo el lugar hasta que no me quedó ni un solo rincón que inspeccionar. Por un momento mi felicidad titubeó. ¿Dónde estaba Donghae?
Pero sacudí la cabeza y me dije que no importaba. Era un negado con la tecnología. Quizás simplemente había decidido no dar esa asignatura hasta que pudiera defenderse mejor con los ordenadores.
Yo podía encargarme de eso. Ya le iba a acompañar a comprarse un teléfono y le iba a enseñar cómo usarlo. Si venía a casa alguna tarde podía dejarle mi portátil y agregar algunos temas a nuestras futuras clases. Sí. Eso iba a hacer.
Se iba a poner tan contento cuando se lo dijera.
—¡Nada de móviles, por favor! —el grito del profesor nos indicó que empezaba la clase.
Todo el mundo escondió sus teléfonos y él sacó su portatizas y comenzó a escribir algo en la pizarra. Justo en ese momento, alguien llamó a la puerta y pidió permiso para entrar.
Era Kyuhyun. Y detrás de él, Donghae. Los dos entraron corriendo. El primero se deslizó junto a Minho y el segundo vino directo hacia mí. Se sentó en la silla vacía, apoyó los codos sobre la mesa y se inclinó sobre mi pantalla con una sonrisa de oreja a oreja.
—Buenos días, Hyukjae —dijo en voz baja.
—Buenos días, Donghae —saludé en el mismo tono, intentando no sonreír demasiado—. Pensaba que no vendrías.
—Es la única clase que comparto contigo, claro que iba a venir. Lo que pasa es que me he perdido. Menos mal que he encontrado a Kyuhyun en la biblioteca.
Reí en silencio al escuchar que se había perdido. Me fijé entonces en que el pelo le cubría la cara y no pude evitar ponérselo detrás de la oreja. Mi pulgar acarició sus pendientes al hacerlo.
—Sí, menos mal.
Me froté el dedo para retirar el extraño cosquilleo que se había instalado en él.
Donghae no se dio cuenta, solo pegó su silla más a la mía y se dedicó toda la clase a ver cómo yo hacía las cosas sin mover un solo dedo en el ordenador de sobremesa que tenía delante. Eso sí, preguntaba mucho.
El profesor nos chistó varias veces para que guardáramos silencio, no obstante, fue una clase que disfruté. Me lo pasé bien explicándole las cosas, ayudándolo a simular que trabajaba con el ordenador apagado y escuchando lo mucho que le gustaban mis manos.
ESTÁS LEYENDO
El orgullo de un íncubo (PAUSADA) [EunHae +18]
ФанфикDonghae es el primero en las listas con diez años alimentándose sin cesar de la energía sexual humana. Esto no gusta a los demás íncubos, que creen que los está engañando y le proponen un juego: Enamorar a quien ellos elijan haciéndose pasar por hum...