Ya habían pasado dos meses desde que comenzaste una amistad con Konig, o eso creías, ya que ambos sentían esa conexión, pero ninguno lo admitía, tenían miedo de ser rechazados.
Estaban ambos platicando mientras comían, riendo y pasando el rato. Sentías la mirada llena de ira y rabia de Ghost, el cual los veía a ambos con odio, tu solo lo ignorabas y seguías hablando con Konig, total, tu y Ghost no eran nada.
A la noche te encontrabas en tu cama, sentada leyendo y pasando el rato, algo típico de ti. En ello, escuchaste que alguien tocaba tu puerta, te levantaste y abriste la puerta, allí lo viste, viste a Konig, el cual se veía algo nervioso. Te corriste hacía un lado para dejarlo pasar, en cuanto entro, hablo.
Konig: No puedo negarlo más... Me gustas...
Dijo el, y antes de que pudieras responder o decir algo, el te dio un beso. Tu le seguiste el beso, ya que ambos sentían esa conexión, ese sentimiento de amor, ambos lo deseaban y querían, y quita que tenían la oportunidad ninguno lo iba a desperdiciar.
Konig: Entonces... ¿También te gustó?
Dijo tímidamente. Tu sentiste con una leve risa.
Ambos siguieron besándose, pero no era como antes, ahora era con más pasión, el agarro de abajo de tu remera (playera, polera) y hablo.
Konig: ¿Puedo?
Dijo con su voz habitualmente ronca, tu asentiste con la cabeza, y el la quito, dejándote en sujetador (sostén, corpiño).
Luego comenzó a dejar pequeños besitos en tu hombro, luego por tu clavícula, y subió hasta tu cuello, allí comenzó a dar besos un poco más atrevidos, dejando pequeñas marcas.
Konig se quito su remera, dejando ver su hermoso abdomen y sus bíceps. Siguió besándote, pero en un momento se detuvo necesitaba saber algo.
Konig: ¿Estás... Segura de esto?, podemos ir más lento si deseas...
Hablo el, pero tu le dijiste que también lo querías, el acepto y siguió besándote. Esas eran unas de las cosas que te gustaban de este chico, le importaba tu bien estar y tus decisiones, no como Ghost, qué para el prácticamente eras su juguete de sexo.
Siguieron besándose, el delicadamente te coloco en la cama y bajo su pantalón y su bóxer, dejando ver su miembro. Coloco un poco de lubricante en tu zona, y se coloco un condon con mucho cuidado, para que no se rompiera.
Lentamente lo introdujo en ti, soltaste un pequeño gemido. Luego lo metió completo y gemidos salian de tu boca sin parar, era una sensación genial, ya que no te sentías 'obligada' a hacerlo.
El siguió con sus movimientos, aveces eran rápidos, pero luego lentos, ya que el se quería asegurar de que estuvieras cómoda y segura en esto.
Luego de varios minutos, el se vino dentro de ti (todo lo voto en el condon) saco el condon y lo dejo en la basura, se acercó a ti y te dio pequeños besos. Agarro tu ropa de pijama y te la coloco. Aunque Konig había sido menos duro, igual quedaste exhausta, ya que la tenía grande y gruesa.
El coloco tu pijama gentilmente y se acurrucó contigo en tu cama, allí ambos abrazados, descansando después de haber tenido una linda noche. Esto era todo lo que querías y por fin lo conseguiste
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¿De enemigos a amantes?
RandomADVERTENCIA: Esta historia contiene: NSFW, violencia, ¿manipulación?, entre otras cosas