04. The king's wrath

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Capítulo cuatro: La ira del rey.

EL MECANISMO DEL BIFROST SE DETUVO; Ya  no había hielo por dónde sea que mirarán, ni armas ansiosas en clavarse en sus órganos sensibles y el helado aire que podía ser afixiante había sido sustituido por el cálido ambiente, y el deslumbrar del lugar

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EL MECANISMO DEL BIFROST SE DETUVO; Ya  no había hielo por dónde sea que mirarán, ni armas ansiosas en clavarse en sus órganos sensibles y el helado aire que podía ser afixiante había sido sustituido por el cálido ambiente, y el deslumbrar del lugar. Estaban devuelta es Asgard, seguían vivos por suerte.

Yo no celebraría.

La paz no duró ni un segundo en la cúpula.

—¿¡Por qué nos trajiste de regreso!?—exclamó Thor apenas llegaron.

—¡No ves lo que has hecho, lo que iniciaste!—le recriminó Odín. Bañado de furia.

—Estaba protegiendo mi hogar—se dendió Thor.

La espada que abría el Bifrost seguía lanzando rayor por cada dirección, El mismo Odin la había abierto el puente en busca de sus hijos.

—No puedes proteger a tus amigos como quieres proteger a un reino—sacó la espada de su lugar, deteniendo los rayos azules.

Uuh, golpe bajo.

Lanzó la espada al guardián sin preocupación.

Los demás no esperaron a escuchar el drama familiar aunque sabían que el Padre de Todo les castigaría luego; en su lugar llevaban a Frandal apoyado en sus hombros. Aila, al ver la herida, torció el gesto acercándose. No había podido sanarlo en Jotunheim. El poco toque que logró solo detuvo el sangrado espantoso pero aún seguía la herida abierta palpante de dolor.

Odin  captó al guerrero herido enseguida.

—¡Al cuarto de sanación, ahora!—les ordenó a los guerreros de un manera tosca y dura.

Ella sabía que podía terminar el trabajo que empezó en unos pocos segundos, llevaba prácticando su poder desde que tenía memoria para así lograr sanar a otros cada vez en menos tiempo.

—Padre, yo puedo... —ntervino en la nube de enfado de su padre.

Solo rezaba que la dejara ayudar.

Una aura dorada casi invisible bailaba en las puntas de los dedos de Aila, el brillo al rededor de sus manos llamaron la atención de los presentes en la sala, incluso los guerreros detuvieron sus pasos. Con la esperanza que ayudará a Frandal.

No duró mucho para que esperanzas cayeran en picada abajo.

—¡No!—sentencion con dureza.  

La mirada del rey solo irradiaba ira en su máximo esplendor .

El brillo fue muriendo de las manos de la princesa, junto a la magia que brotaban en  sus palmas, con ese sabor de impotencia  solo le quedó dedicar una mirada de disculpas a su amigo. Loki le dedico una mirada de compasión a Aila.

The Little Goddess | MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora