CAPITULO 5

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Olivia.

Parpadeo varias veces antes de enfocarme al ruido que me levanto, mi celular. No sé cuanto ha sonado, pero cuando lo agarro veo que es Julian.

En seguida me siento en la cama, tomando la llamada. No se que hora es, solo sé que hace horas Julian me escribió la dirección de donde iba a ser la fiesta de Ryder, por lo que presiento que aun debe de estar allí.

Por favor que no sea algo malo.

-¿Julian? ¿Estás bien?

-Vaya, esa es la forma en que contestan al cumpleañero... ¡Tu amiga no conoce de modales, Julian!

La voz de un chico desconocido se ubica al otro lado de la línea.

-¿Ryder? -digo dudosa.

-El mismo, me imagino que Julian te hablo de mi.

-¿Dónde está Julian?

-Está un poco... indispuesto en estos momentos.

Mi corazón se detiene por unos instantes al escuchar sus palabras.

-¿Dónde está Julian? No lo preguntaré otra vez.

Escucho una risa de fondo.

-Julian está a mi lado.

-Pruébalo.

Ryder suspira antes de que mi celular me avise que está cambiando la llamada por videollamada, al instante acepto.

En cuando acepto la videollamada, veo a un chico de pelo rubio, pero mi vista se centra en la persona al lado de él. 

Julian.

Su cabeza da vuelta, como si no pudiera mantenerla por sí solo y tiene una sonrisa boba en el rostro.

No es cualquier sonrisa boba.

Es una con la que me familiarice mucho en un tiempo de mi vida.

Julian está drogado.

-¿Qué le diste a Julian? -le pregunto mientras me levanto de la cama.

-Tenías escondida a esta lindura, Julian.

Julian sacude la cabeza antes de mirar a la cámara, desde la pantalla puedo ver sus ojos dilatados, cosa que me hace detenerme en seco.

Este no es el Julian que me visitaba a la tienda.

No es el Julian que me trajo las mejores galletas del mundo.

Tengo que ir por él.

-Te juro por lo que más ames en este mundo, Ryder, si veo que le haces algo a Julian te vas a arrepentir el resto de tu vida.

-Uhhh, que miedo.

Deberías tenerlo, idiota.

Le cuelgo y llamo a Knox mientras busco unos zapatos que ponerme.

-¿Sabes qué hora es?

-Me importa que hora es, necesito que vengas por mi.

-¿Por?

-Julian.

-¿Pasó algo en...?

-Aun nada, pero, si no te apuras, algo pasara -le digo -. Así que levántate y busca ese carro, necesito que vengas por mí lo más rápido que puedas.

-Esta bien.

Cuelga la llamada y es cuando me doy cuenta de la hora... dos de la madrugada. Llevo dos horas dormida.

Dulce Melodía © [Sweet #2] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora