capitulo 1 Vivir o morir

271 18 3
                                    

La casucha semi destruida estaba sumida en un profundo silencio, había partes de cuerpos regadas por sus pasillos desordenados, 3 lycans rondaban con sigilo y paciencia sus rincones buscaban al último miembro de la familia que quedaba, no les había bastado con terminar con la vida de los padres, la hija pequeña y los vecinos, querían al niño de la familia.

El pobre pequeño se encontraba sumido en la desesperación y el horror no podría creerlo todos sus seres queridos con los cuales convivio normalmente por la mañana fueron asesinados por aquellos horribles adefesios, su cuerpo temblaba y las lágrimas escapaban de manera silenciosa de sus mejillas, aún sangre de su madre manchaba su rostro, fue gracias a ella que pudo esconderse sino fuera por ella, estaría muerto desgraciadamente su progenitora no tuvo esa suerte, parte de su rostro fue arrancado de un zarpazo y comido, su sangre voló y se adirio a mi piel, si me pongo a llorar y hago el mínimo ruido, si sacrificio habrá sido en vano y esos monstruos me mataran.

Salir seria en vano, el dolor de mi abdomen sigue, una de esas cosas le terminó arañando el estómago con un ataque, era profundo pero no muy grave, su mano hacia presión en el área, la sangre salía lentamente.

Las únicas opciones en ese momento eran esperar a que se calmaran y fueran, o arriesgarse a salir con cuidado y correr al pueblo, con suerte no lo seguirán hasta el centro del pueblo, hay 3 en la casa y al menos otros 4 afuera, el dolor regreso, al sobre pensar las cosas apretó demasiado la herida, un pequeño gemido de dolor habría salido sino se hubiera tapado la boca al instante, estaba escondido en el armario de una de las habitaciones 2 piso de la casa, la opción más viable era la primera, pero eso solo haría q su muerte fuera más tarde, los lycans terminarían por olfatearlo y encontrarlo, la opción elegida sería la segunda, esas cosas se encuentran en el primer piso, las viejas tablas de la escalera lo delatarian al bajar, si recordaba bien la habitación de sus padres daba al árbol del patio trasero, si al campo lleno de matorrales se le pudiera llamar así.

Tanto su familia como los Foster no tenían demasiado dinero o como para poder haberse asentado en el pueblo, por lo que optaron por usas estás viejas casas abandonadas para vivir, el pueblo garantizaba un poco más de seguridad contra lycans, por lo cual su destino serie ese, su casa estaba en las afueras en medio del campo, tendría que bajar por el árbol y correr rápido hacia el pueblo, si el dios oscuro le daba suerte perdería a los lycans antes de llegar al pueblo.

Lentamente abría la puerta del armario que lo mantuvo oculto, esperando que al abrirla está no lo delatara, afortunadamente estaba directamente en la habitación de sus padres, pocos pasos eran entre el y la ventana que daba al bosque.

Suavemente deslizaba sus pies por las maderas, si daba un pasi despegando sus pies, las viejas tablas harían un rechinar horrible, sus lágrimas amenazaban con volver a salir, el dolor de su estómago era fuerte, como un niño de 14 años podría estar pasando esto, toda su familia era asesinada y el tendría q huir así sin más, que destino más cruel, ni siquiera tuvo tiempo de despedirse, había llegado a la ventana que había sido reparada por su padre, un recuerdo divertido, ambos jugando y bromeando, algo tan lejano y frío, su padre fue el primero en morir un lycan le arrancó el cuello a mordidas, su hermana fue la que la peor parte de sello, sus gritos resonaron por toda la casa mientras su madre trataba de ayudarla y el solo se quedó paralizado, 3 lycans la estaban despedazando a media sala, el solo recordarlo y saber que sus restos junto con los de sus padres estaban allá abajo en el primer piso era desgarrador, abrió con cuidado la ventana.

El gran árbol se encontraba frente a el una de sus ramas, daba gracias a su padre por no haberla cortado, si se estiraba un poco seria lo suficiente para poder tomarla y bajar, quitó la mano de su herida, para poder alcanzar la rama frente a el.

Con ambas manos en la rama, Hiba a comenzar el descenso, se colgó de ella y movió por ella para llegar al tronco, debía ser fuerte si se soltaba, le esperaban casi 5 metros de altura hasta el suelo, estaba llegando al tronco del viejo árbol, hasta que un fuerte gruñido le alertó, regreso la vista a la ventana donde lo vio.

Uno de esos intentos de hombres lobo, estaba con la boca bien abierta, llena de sangre, observando como su presa estaba escapando, me apresure al tronco, cuando paso, el maldito lycan dio un rugido, que alertó a los demás, inmediatamente fuertes pasos de sus compañeros se escucharon en las viejas escaleras, el que alertó solo se encontraba mirando por la ventana, no los Hiba a esperar a que llegaran, comencé a deslizarme por el tronco, para abajo, a los 2 metros de altura salte para aterrizar en los arbustos, 4 lycans se encontraban en la ventana, uno de ellos salto a la rama del árbol, siguiendo de otro, levanté de los arbustos y en la parte donde mi padre cortaba leña, pude observar su viejo machete, corrí y lo tome, al menos podría defenderme un poco.

Los lycans habían empezado su descenso, mientras el joven muchacho corría a toda velocidad por el camino descuidado que llevaba al pueblo, su respiración agitada denotaba cansancio, corría a toda velocidad evitando tropezar por las ramas o alguna roca, si se detiene por un segundo los 4 lycans que lo seguian no dudaría en añadirlo en su menu de hoy, 3 se quedaron en casa pero 4 lo seguían, podría jurar escucharlos correr, mis pulmones ardían,  su garganta quemaba y las piernas dolían, sino fuera por qué lo matarían se detendría un momento, además ir con un machete en mano hacia más dificultoso su movimiento.

PEQUEÑA OBSESIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora