doce.

2.9K 316 426
                                    

—Yo no habría perdonado a mi alfa por una infidelidad. ¡Eso es humillante! Yo le habría roto el pene y obligado a que se lo comiera.

—Es por eso que no tienes pareja, Kyujin.

—No tengo pareja porque nadie es lo suficientemente digno para mí —replicó Kyujin, mirando sus uñas con interés.

Haewon suspiró, rodando los ojos mientras observaba a Felix, que ese día llevó a Jeongin a las clases, pues su alfa tuvo una operación de emergencia y no tenía a nadie que pudiera cuidarlo. El bebé, en brazos de Felix, estaba mirando concentradamente un cubo rubik, tratando de girarlo con sus rechonchas manitos, ajeno a todo el mundo. Felix masticó una manzana.

—No lo he perdonado —contestó Felix, distraído.

Kyujin resopló, levantando la vista.

—Deberías averiguar con quién te engañó —siguió picando Kyujin—, así le das una paliza.

Haewon golpeó a Kyujin en la cabeza, sacándole un quejido.

—De verdad, ¿no te cansas de ser mala? —regañó Haewon —Lo que menos necesita ahora Felix es que no lo apoyemos.

La beta suspiró, negando con la cabeza.

—Es sólo que no puedo entenderlo —respondió Kyujin—. Una infidelidad... ¿cómo puedes soportarlo?

No, en realidad no lo soportaba.

Varias noches se sorprendió a sí mismo pensando, mientras Hyunjin le hacía el amor con total dedicación y ojos llenos de ternura y cariño, si esa omega de rostro desconocido que Hyunjin besó no sería mejor que él. Si no tenía mejores cualidades más acordes a las necesidades de Hyunjin. Si no podía darle ese bebé que Hyunjin tanto parecía querer.

Esa mañana botó al basurero la tercera prueba de embarazo que se hacía desde que Hyunjin lo marcó, con el mismo triste resultado: negativo.

Felix era fértil, lo sabía, pero sabía también que sus hormonas no estaban en sintonía con las necesidades de su alfa, porque estaban más preocupadas de envolver a Jeongin para que estuviera bien y feliz. Sólo cuando Jeongin fuera más independiente recién podría quedar preñado otra vez, pero para eso todavía faltaba, y no sabía cómo sentirse respecto a aquello.

—¿Estás seguro de que un día no aparecerá esa omega a decir que quedó en cinta? —preguntó sin maldad Kyujin.

Felix sacudió la cabeza.

—Hyunjin dijo que sólo se besaron —murmuró débilmente.

—Y el infierno es sólo un sauna —replicó Kyujin, antes de ganarse otro golpe—. Deberías sacarle celos con Younghoon. Nuestro pobre profesor te mira como un cachorrito —agregó Kyujin como si nada.

Felix la miró con reproche, pero antes de poder hacerlo, Jeongin se adelantó:

—No guta él —miró a Kyujin con grandes ojos inocentes y la beta no pudo resistirse: a pesar de lucir como una chica despectiva con el mundo, tenía un corazón de oro, y no dudó en tomar a Jeongin en brazos.

—No me acercaré a Younghoon —le dijo a Haewon, mientras su amiga se dedicaba a balancear a Jeongin, sacándole carcajadas—. Hyunjin me está dando mi espacio, y yo también respetaré su pedido.

—¿Él te pidió no acercarte a Younghoon? —preguntó Kyujin con regaño en su mirada.

—No —Felix se encogió de hombros, viendo como los estudiantes entraban al salón para el inicio de la siguiente clase—, pero sé que no quiere que lo haga. No más mentiras. No más celos. No más problemas.

kilig ୨ৎ hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora