01.- Ópalo

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«Todavía está vivo, todavía lucha, puedo sentirlo…» Si Voldemort llegaba a la conclusión de que Sirius no iba a ceder… «Yo lo sabría…»




Pensaba para sus adentros el chico dorado.




En esos momentos, unas brillantes luces de color naranja se hacían cada vez más grandes y más redondas por todas partes; veían los tejados de los edificios, las hileras de faros que parecían ojos de insectos luminosos, y los rectángulos de luz amarilla que proyectaban las ventanas. De repente Harry tuvo la impresión de que se precipitaban hacia el suelo; se agarró al thestral con todas sus fuerzas y se preparó para recibir un fuerte impacto, pero el caballo se posó en el suelo suavemente, como una sombra, y Harry se apeó del lomo. Miró alrededor y vio la calle con el contenedor rebosante y la cabina telefónica destrozada, ambos descoloridos, bajo el resplandor anaranjado de las farolas.




Draco secó su frente, mientras se mantenía oculto, había usado demasiada magia para asegurarse que ese idiota irresponsable no se cayera del Thestral, junto al conjunto de idiotas que había arrastrado con él.




Ese lugar era horrible, había estado en el Ministerio con su padre incontables veces, pero jamás había usado la entrada muggle y tampoco lo haría en ese momento.




¿Por qué Potter debía ser un idiota tan resonado? No tenía ningún amigo sensato que le hiciera ver las cosas como eran.




Dejo de pensar en eso y se concentró en administrar su magia, estaba agotado, ese viaje lo había dejado con dolor de cabeza.




Ron aterrizó cerca de Harry y cayó inmediatamente de su thestral.




—Nunca más– murmuró poniéndose en pie. Luego echó a andar con la intención de apartarse de su caballo, pero como no podía verlo chocó contra sus cuartos traseros y estuvo a punto de caer otra vez al suelo. —Nunca más… Ha sido el peor…




En ese instante, Hermione y Ginny aterrizaron a ambos lados de Ron: bajaron de sus monturas con algo más de gracia que él, aunque con expresiones de alivio similares por tocar al fin suelo firme; Neville bajó de un salto temblando de pies a cabeza, y Luna desmontó suavemente.




—¿Y ahora qué hacemos?– le preguntó esta a Harry con interés, como si todo aquello fuera una divertida excursión.




Draco hubiera querido agitar a la pandilla de idiotas y gritarles que regresar a Hogwarts era la idea más sensata, ir en busca de un mago adulto y cualificado también era otra opción válida, pero no podía aparecer de la nada frente a ellos sin correr el riesgo de ser hechizado. Así que debía mantenerse oculto y ayudar a ese grupo idiota a salir lo mejor librado posible.




Tríada (DraTomArry).©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora