𝐋𝐨𝐯𝐞𝐝𝐭𝐚𝐥𝐞: 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐧𝐚𝐜𝐞𝐫 𝐃𝐞 𝐀𝐢𝐝𝐞𝐧 [Dark] [Genocida]

Capitulo 5 Temporada 1

Aiden se encontraba en su pequeña y desgastada habitación en una noche especial.

Era su cumpleaños número 9, una fecha que, aunque importante para muchos niños, pasaba desapercibida en el sombrío orfanato. La única excepción era un muffin que había encontrado en la basura y una velita que había robado de una de las monjas.

El muffin, aunque ligeramente aplastado y con algunos bordes secos, era un tesoro para Aiden. Lo había encontrado en la basura del orfanato, donde a menudo buscaba restos de comida para saciar su hambre. La velita que había tomado furtivamente de una de las monjas, a pesar del riesgo que eso implicaba, era su única fuente de luz en esa noche especial.

Aiden colocó el muffin en el centro de su habitación y encendió la vela con cuidado. La luz tenue de la vela iluminó la habitación de manera débil, pero suficiente para crear una atmósfera acogedora en medio de la oscuridad.

Aiden: susurrando para sí mismo mientras miraba la velita "Feliz cumpleaños, Aiden."

Aiden se sentó en el suelo de su habitación, mirando el muffin y la velita. Los recuerdos de sus padres, a quienes apenas recordaba, llenaron su mente. Sentía una profunda tristeza por su ausencia, por no tenerlos a su lado en un día tan especial.

Aiden: susurrando con lágrimas en los ojos "Ojalá mamá y papá estuvieran aquí."

La soledad de su habitación parecía más abrumadora que nunca en ese momento. Aiden se permitió llorar, soltando sollozos silenciosos mientras se aferraba al muffin y a la velita. Sabía que sus padres no habían venido por él en todos esos años, y aunque deseaba desesperadamente su presencia, también sabía que debía esperar un poco más.

Finalmente, Aiden tomó la velita en sus manos y la sopló suavemente, apagando la luz que había iluminado su cuarto por un breve momento. Tomó el muffin y comenzó a comerlo con cuidado, disfrutando de cada bocado a pesar de su aspecto imperfecto.

Aiden: mientras mordisqueaba el muffin "No importa lo que pase, siempre tengo que mantener la esperanza."

A medida que masticaba el muffin, Aiden seguía pensando en sus padres. Imaginaba cómo serían, cómo lo abrazarían y le dirían cuánto lo amaban. Aunque sabía que no podía tener esas respuestas de inmediato, seguía esperando con paciencia y fe en su corazón.

La velita apagada dejó la habitación sumida en la penumbra, pero la luz de la esperanza seguía brillando en el corazón de Aiden. A pesar de todas las dificultades y el sufrimiento que había enfrentado, estaba determinado a mantener viva la esperanza de que algún día, sus padres regresarían por él y lo llevarían a un lugar donde realmente pertenecía. Con esa esperanza, continuó comiendo su humilde muffin de cumpleaños en medio de la noche silenciosa, sintiendo que cada mordisco lo acercaba un poco más a ese día esperado.

Aiden yacía profundamente dormido en su solitaria habitación del orfanato, sumido en un sueño intranquilo. En su sueño, se encontraba en un lugar oscuro y misterioso, rodeado por sombras que se cerraban a su alrededor. Una presencia ominosa se hacía sentir, llenando el ambiente con una sensación de inquietud.

De las sombras emergió un ser, una figura que emanaba una oscuridad perturbadora. La voz del ser resonó en la mente de Aiden como un susurro helado.

Ser Oscuro: con voz siniestra "Pronto te darás cuenta de que todo es en vano..."

Aiden, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda, miró hacia el ser con temor y confusión en sus ojos.

Aiden: con voz temblorosa "¿Quién eres?"

El ser se rió, un sonido que envolvía a Aiden en un aura de malevolencia. Luego, con un movimiento lento pero deliberado, se apartó de las sombras y se reveló completamente. Aiden se encontró mirando a una figura que parecía idéntica a él, pero con la piel gris y ojos rojos como brasas ardientes.

Ser Oscuro: con una sonrisa malévola "Soy tú, Aiden. Tu lado oscuro, tu verdadera naturaleza qué has estado reprimiendo."

Aiden estaba petrificado, incapaz de apartar la mirada de la figura aterradora que tenía delante.

Aiden: con voz temblorosa "¿Qué quieres de mí?"

Ser Oscuro: con burla "Quiero que aceptes tu destino, Aiden. Has estado viviendo en vano, aferrándote a la ilusión de que tus padres te amaban y volverán por ti. Pero la verdad es que nunca te quisieron."

Aiden sintió que su corazón se rompía en mil pedazos. Las palabras del ser oscuro cortaron profundamente, haciendo eco en sus pensamientos y temores más profundos.

Aiden: con tristeza y negación "¡No es cierto! Mis padres me aman, sé que lo hacen."

Ser Oscuro: con enojo "Si tus padres te amaran, habrían venido por ti. ¿No lo ves, Aiden? Te abandonaron, y tú eres la prueba de que nunca te quisieron."

Las palabras del ser oscuro resonaron en la mente de Aiden como una tormenta. Se aferró a sus recuerdos y a la imagen de sus padres amándolo, pero la semilla de la duda se había plantado en su corazón.

Aiden: con voz quebrada "No, no puedo creer eso. Mis padres... ellos deben tener sus razones para no venir."

Ser Oscuro: con sarcasmo "Razones, dices. ¿Qué razones podrían ser lo suficientemente poderosas como para dejar a su propio hijo en un lugar como este?"

Aiden luchó con sus emociones mientras el ser oscuro lo observaba con satisfacción. La confusión y el miedo se apoderaron de él, pero también se aferró a la esperanza que había sostenido durante tanto tiempo.

Aiden: con determinación "No importa lo que digas, seguiré esperando. Mis padres me aman, y algún día vendrán por mí."

El ser oscuro gruñó con enojo y desapareció en las sombras, dejando a Aiden solo en su sueño turbulento. Aiden despertó en su desgastada cama del orfanato, con el corazón lleno de dudas y temores, pero también con la firme determinación de aferrarse a la esperanza y a la creencia en el amor de sus padres, sin importar lo que el oscuro ser le hubiera susurrado.