Capitulo 16 Temporada 1

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Aiden, con el estómago rugiendo de hambre, decidió entrar en un restaurante para pedir comida para llevar. La sensación de comer algo caliente y sustancioso era un lujo que rara vez se permitía. Mientras esperaba su pedido, observó a su alrededor, notando que el ambiente en el lugar estaba cargado de tensión.

Un grupo de hombres había entrado al restaurante y actuaban con arrogancia, comportándose como si fueran los dueños del lugar. El mesero, visiblemente nervioso, se acercó a ellos y les preguntó qué deseaban. Uno de los hombres, con una actitud provocadora, respondió de manera despectiva.

Hombre Arrogante: (burlón) "¿Qué se nos ofrece? Pues, es obvio, venimos a comer."

El hombre se acercó a una de las meseras, una chica híbrida que claramente se sentía incómoda con la situación. Intentó apartarlo, pero el hombre la agarró de los brazos y trató de besarla a la fuerza. Antes de que pudiera llevar a cabo su desagradable acción, Aiden, en un rápido movimiento, lanzó una patada directa a su rostro, haciendo que retrocediera con sorpresa y dolor.

El hombre estaba furioso y humillado por la inesperada respuesta de Aiden. Ordenó a sus secuaces que lo rodearan y lo atacaran. Sin embargo, lo que no sabían era que se habían metido con la persona equivocada.

Aiden se enfrentó a los matones con una destreza impresionante. Con movimientos ágiles y golpes precisos, derribó a uno por uno. Los hombres que habían intentado intimidarlo pronto estaban en el suelo, adoloridos y derrotados.

El hombre arrogante, finalmente, comprendió que había subestimado gravemente a Aiden y retrocedió por miedo. Rápidamente se retiró del lugar junto con sus hombres, avergonzado y derrotado.

La mesera, agradecida y aliviada, se acercó a Aiden con una sonrisa en el rostro.

María: (agradecida) "¡Gracias por tu ayuda! Ese tipo era un verdadero problema. ¿Cuál es tu nombre?"

Aiden: (serio) "Soy Aiden."

María: (amable) "Mucho gusto, Aiden. Yo soy María. Si alguna vez necesitas algo, aquí estaré para ayudarte."

Aiden asintió en agradecimiento y se dirigió hacia la barra para recoger su comida para llevar. La encargada del lugar, impresionada por la valentía de Aiden al enfrentar a los matones, decidió regalarle la comida como muestra de gratitud por su intervención.

Encargada del restaurante: (sonriente) "Tu comida está lista, y es por cuenta de la casa. Gracias por lo que hiciste."

Aiden aceptó la comida con una sonrisa agradecida y se preparó para irse del lugar. Aunque su vida estaba llena de oscuridad y violencia, aún había momentos en los que podía hacer una pequeña diferencia y encontrar un atisbo de humanidad en medio de la adversidad. Mientras se alejaba del restaurante con su comida en mano, Aiden sabía que, de alguna manera, aún había un rastro de su antigua alma dentro de él, aunque estuviera sepultada bajo capas de odio y venganza.

Aiden regresó a la casa abandonada con la comida que le habían regalado en el restaurante. Mientras comía, la voz en su interior comenzó a cuestionarlo de manera molesta.

Voz: (molesta) "¿Acaso te has enamorado de esa chica, Aiden?"

Aiden, con la boca llena de comida, se atragantó momentáneamente ante la pregunta inesperada. Tragó con dificultad y negó con la cabeza.

Aiden: (serio) "No, no me he enamorado de ella. No tengo tiempo para esas tonterías."

La voz parecía escéptica y continuó insistiendo en su pregunta.

Voz: (persistentemente) "Parece que te has suavizado, Aiden. Desde hace años, no te había visto mostrar ningún sentimiento, y ahora..."

Aiden, frustrado por la intromisión de la voz en sus pensamientos, finalmente explotó.

Aiden: (enojado) "¡Ya basta! ¿Por qué te importa tanto lo que haga o deje de hacer? No es asunto tuyo."

La voz se quedó en silencio por un momento antes de responder en un tono más calmado.

Voz: (tranquila) "Solo me preocupo por tu supervivencia y la mia, Aiden. Has vivido en un mundo cruel y despiadado, y cualquier debilidad podría costarte la vida."

Aiden entendió la preocupación de la voz, pero se sentía molesto por la insistencia en el tema. Sabía que vivía en un mundo oscuro y peligroso, pero eso no significaba que no pudiera tener interacciones humanas, aunque fueran escasas.

Aiden: (resignado) "Lo sé, pero eso no significa que no pueda permitirme un momento de humanidad de vez en cuando. No voy a dejar que el odio y la violencia me consuman por completo."

La voz no respondió, y Aiden continuó comiendo en silencio. A pesar de la oscuridad que lo rodeaba y la maldad que había experimentado, todavía había una parte de él que se negaba a perder por completo su humanidad.

Aiden salió de la casa abandonada y tomó el libro que guardaba sus próximos objetivos. Al revisarlo, descubrió que su siguiente objetivo era un violador que tenía por costumbre secuestrar a sus víctimas. La información detallada sobre los crímenes de este individuo hizo que Aiden se sintiera profundamente asqueado y enfurecido.

Aiden: (con furia) "Este tipo no merece vivir."

La voz en su interior, que siempre lo instigaba a alimentarse de la maldad y la violencia, pareció complacida por la reacción de Aiden.

Voz: (siniestra) "Así es, Aiden. Este es el tipo de escoria que merece sufrir."

Aiden no perdió tiempo y se dirigió hacia el lugar donde supuestamente se encontraba su próximo objetivo. Estaba decidido a poner fin a la depravación de ese hombre y asegurarse de que nunca más pudiera hacer daño a nadie.

Al llegar al lugar, Aiden se aseguró de que nadie lo observara mientras acechaba a su presa. Encontró al violador merodeando por un callejón oscuro, mirando a su alrededor con una mirada de lujuria en sus ojos. Era un hombre repulsivo, y Aiden sabía que no podía permitir que siguiera existiendo.

Sigilosamente, Aiden se acercó al hombre y lo atrapó por sorpresa. Lo inmovilizó antes de que pudiera reaccionar, y una mirada de pánico cruzó los ojos del violador al verse enfrentado por un joven aparentemente común.

Violador: (nervioso) "¿Quién eres? ¿Qué estás haciendo?"

Aiden: (frío) "Tú eres el que ha estado haciendo cosas terribles. Tu tiempo ha llegado."

Aiden comenzó a interrogar al violador, presionándolo para que confesara sus crímenes y revelara la ubicación de sus víctimas secuestradas. Sin embargo, no obtuvo respuestas claras ni remordimiento por parte del hombre. Este comenzó a suplicar por su vida, prometiendo que nunca volvería a hacer daño a nadie.

Pero Aiden no estaba dispuesto a mostrar clemencia. Recordó todas las atrocidades que había presenciado y experimentado a lo largo de su vida, y estaba decidido a asegurarse de que el violador no pudiera escapar de su justicia.

Con un gesto rápido, Aiden invocó sus espadas de magia y las utilizó para infligir un castigo doloroso al violador. Cada corte y herida que le causaba era una forma de venganza por sus víctimas. El violador gritaba y suplicaba, pero Aiden continuó hasta que finalmente el hombre dejó de moverse.

Cuando terminó, Aiden estaba cubierto de sangre, pero no sentía remordimiento. Había hecho lo que consideraba necesario para detener a ese depredador y vengar a sus víctimas. Aiden sabía que su camino estaba marcado por la oscuridad y la violencia, pero en ese momento, también sentía una extraña sensación de justicia cumplida.

La voz en su interior se deleitó con el acto de violencia, alimentándose de la maldad que había erradicado. Aiden continuó su camino, sin saber qué le depararía el futuro, pero decidido a seguir su búsqueda de aquellos que merecían su castigo.

𝐋𝐨𝐯𝐞𝐝𝐭𝐚𝐥𝐞: 𝐄𝐥 𝐑𝐞𝐧𝐚𝐜𝐞𝐫 𝐃𝐞 𝐀𝐢𝐝𝐞𝐧 [Dark] [Genocida] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora