Había una extraña y lúgubre calma en la casa que había durado unos cuantos días, el compromiso había sido pactado y realmente nadie podría saber que esperar de aquello, era inesperado y para nada deseado pero lo hecho, hecho estaba.
Por si no fuera poco Gojo parecía haber desaparecido de la vida de Megumi, el menor se preguntaba si es porque ya se habría enterado de todo... ¿estaría molesto? Esperaba que no pues lo extrañaban, realmente deseara que ahora Gojo no lo odiara y por eso ya no lo invitaba mas. Así pasó varios días mientras los preparativos para la ceremonia comenzaban a ser considerados, debido a la edad de Megumi, realmente no había ninguna prisa.
Estaba saliendo de su clase de modales tradicionales para omegas, sí, se le había asignado un maestro que le enseñaría acerca de como un omega debería comportarse con su futuro alfa, cómo hablar, cómo reaccionar, cómo actuar y cómo comportarse. Megumi no había encontrado ninguna diferencia entre lo aprendido y lo que ya sabia, todo se resumía a continuar siendo sumiso, pero la idea de serlo con Sukuna le provocaba escalofríos. Mientras caminaba por el pasillo hacia el patio para su pequeño receso un destello blanco lastimó sus ojos.
—¡Yoh! —la alegre y conocida voz juvenil lo llenó de emoción.
—¡Gojou-san! —fue una respuesta automática, aunque la cabellera del mayor reflejaba la luz del sol de una manera casi cegadora Megumi no dejó de mirarlo, feliz.
—Creí que esperarías por mi respuesta Zenin-san... ¿o ya debería llamarte Ryomen-San? —La mueca de disgusto en el rostro de Megumi fue instantánea, por primera vez Satoru se sintió frustrado. —. Lo siento.
Ambos bajaron la mirada, frustrados.
Aunque Satoru fuera joven había nacido lo suficientemente inteligente y hábil para comenzar a llevar el puesto del líder de su clan desde temprana edad, era un diamante en bruto que estaba siendo pulido exquisitamente y daba sin duda los mejores resultados, siendo capaz de entender cosas tan complejas como la frustración de no poder hacer nada en ese momento debido a su juventud, porque alguien mas débil que el estaba sufriendo y no podía ayudarlo a pesar de que ese era su propósito principal en la vida, pero en su situación actual aun había cosas que Satoru no podía hacer, quizás si fuera mayor y tuviera un poco mas de poder ¿podría ayudar a Megumi?
—Ven vamos a jugar—aunque hace un momento el corazones de Megumi pesaba, aquello se desvaneció ante la propuesta, quizás porque era la primera vez que Satoru usaba una voz tan suave con el, la compasión se sentía bien.
—¡S-Sí!
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Gojou dios un largo silbido de derrota tras ver al menor perder por milésima vez, no importaba la actividad, ni siquiera la suerte de principiante estaba de lado del menor.
—Gumi-chan esto no es divertido
—¡Gojou-san no esta siendo justo! —chilló, con la ropa que llevaba era difícil moverse, a medida que perdía comenzó a dejar salir su frustración acumulada, si era con Satoru, estaría bien.
—No es cierto, es que Megumi es malo en todo.
Entonces el rostro del menor se constipó en una fuerte mueca, rojo y cabreado, estaba a punto de llorar, Satoru se sacudió nervioso cuando notó esto, quizás había hablado de más.
—N-No es verdad, no eres malo, en realidad hice trampa, ¿ves? —mintió y aunque el rostro de Megumi se relajó, pero ya era algo tarde, las lagrimas ya se habían acumulado—. Tomemos un descanso.
Satoru llevó a Megumi al árbol cerca del estanque, para relajarse, especialmente lejos de los sirvientes que los vigilaban, que extrañamente no le reprendieron por haber hecho llorar al menor.
—¿Enserio no te dan tiempo para jugar aquí?
Megumi negó: —Nadie que quiera jugar conmigo.
—¿Por qué?
—No lo sé.
—¿Incluso siendo la futura cabeza del clan? —Era extraño, Satoru había crecido rodeado de gente que lo adoraba, especialmente por su posición.
—Yo no...
—Incluso aunque te cases seguirás siendo la cabeza del Clan Zenin, aunque formen una alianza ellos jamás obedecerán a Sukuna.
Si bien era cierto que jamás se dejarían ordenar por Sukuna, dudaba fuertemente lo primero.
—¿Qué pasa?
—Cuando Sukuna-san... el vino aquí... tenia miedo, incluso Naobito-sama parecía aterrado, no me pude negar... —hundió su rostro en sus rodillas, recordando la desesperación del momento mientras su voz se quebraba— no me pude negar, no me pude negar...
—¿Quién te dijo que no podías negarte? ¡Claro que podías rechazarlo! Nadie te puede obligar Megumi, si no quieres puedes decirlo —trató de animarlo pero el menor negaba, Satoru se molestó pensando en que nadie parecía darle el respeto que le correspondía a Megumi y en su lugar se atrevían a tratarlo como una maldita marioneta cuando el chico era el futuro de ese lugar.
—No puedo, está hecho. —sentenció— y el me odia. — Añadió refiriéndose a Sukuna —. Cada que me ve trata de asfixiarme.
—¿Qué? ¿Te ha hecho daño?
—N-No, es decir... su aroma siempre es tan fuerte que me deja sin aire, lo hace a propósito.
—Ah. —Satoru comprendió perfectamente a que se refería, podía entender un poco la situación, incluso el sabia sobre la rivalidad mortal entre Sukuna y el padre de Megumi.
—Sukuna es un imbécil —Soltó Satoru como si nada, Megumi se congeló, expresarse así y aun mas, expresarse así de alguien tan importante era un hecho inconcebible para él. —No es la gran cosa, no deberías dejarte intimidar, él no te puede hacer daño, tu clan no lo permitiría, después de todo ofenderte a ti es ofenderlos a ellos directamente además... si te hacen algo también se las verán conmigo, porque ahora eres mi amigo. —Sonrió llenó de seguridad, tratando de confortar al menor sin mucho éxito.
Una promesa con mucho peso, que hubieran deseado que jamás se cumpliera.
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Perdón por tardar, no les voy a mentir... se me olvidó XD.
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Love to hate
FanfictionEn una sociedad actual donde los clanes de cambia-formas se niegan a abandonar sus tradiciones Megumi es entregado en matrimonio al clan Ryomen. -- MUCHAS ADVERTENCIAS