"Oh no "
Estoy a punto de llegar tarde a mi entrevista de trabajo. El autobús jamás pasó, un perro se comió mi pan, y me duelen horrible los pies. Solo necesito tomar el ascensor y mi sufrimiento se habrá terminado.
— Bien, al fin el universo está de mi lado.
"O tal vez no ". Las puertas estaban a punto de cerrar. " Se acabó, estoy perdida, mi único intento y ha salido mal ".
Hubiera estado peor si unas manos no hubieran frenado el cierre de las puertas. Entré rápido y me apoyé en el rincón.
— Muchas gracias, gracias de verdad. —cuando lo vi era un joven muy atractivo. "Pero que hombre". Sonreí tímidamente, me sentía indefensa bajo su intensa mirada.
— No hay problema.
Y cuando sonrió, provocó un zoológico dentro de mí, cómo cuando tenía 15 años y me gustaba el capitán de fútbol, o cuándo tuve que bailar frente a toda la escuela.
— Está bien? —No realmente. Estaba de todo menos bien.
—¡Si! —Y aunque intenté formar una sonrisa, mis labios no estaban conmigo en este momento—. Está todo bien.
— A que piso se dirige?
Puedo ver que se sitúa delante de mi. Esperando para presionar algún botón.
— Al último. Tengo una entrevista de trabajo con el jefe.
Toca el botón y se gana a mi lado. Intento arreglar el pelo que cae sobre mi frente, mientras que con mi otra mano aplano cualquier arruga que pueda tener mi falda grisácea.
— Así que viene a ver al jefe. ¿Dígame, ya lo había visto antes?
Me atrevo a mirarlo pero me veo sorprendida cuando su mirada ya estaba recorriendome por completo. la timidez me gana y llevo rápidamente mi vista al frente.
— En realidad jamás lo he visto. Solo he escuchado cosas sobre él.
— Ya veo. ¿Y podría contarme cuales cosas ha escuchado?
— Bueno. Primero oí que era un joven sin vida solo trabajo, luego que era un joven atractivo e inteligente. Tambien oí que era un amargado sin compasión. —decido callar cuando lo veo sorprendido con lo que le acabo de contar.
— Vaya. Realmente la gente piensa muchas cosas sobre él. ¿Pero me gustaría saber que es lo que piensa usted señorita?
Veo que hace énfasis en la última palabra, dándome a entender que quiere saber mi nombre.
— _____.
— Señorita _____.
Jamás había visto que mi nombre se escuchara tan lindo. Y más viniendo de los labios de un total desconocido.