"𝐂𝐮𝐚́𝐧𝐝𝐨 𝐋𝐚 𝐕𝐢𝐝𝐚 𝐓𝐞 𝐃𝐚 𝐇𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞𝐬 𝐋𝐨𝐛𝐨..."

Capítulo 4: La transición

Más tarde esa noche

Puse la última esquina de la sábana ajustable cómodamente sobre el colchón antes de meter mi cara en la sabana de cama recién lavada. El abrumador aroma floral del suavizante de telas fue una mejora bienvenida con respecto al hedor de Simon. Esta noche, me puse firme sobre la cama y la situación del baño, y para dejar claro mi punto, instalé un colchón inflable en el suelo cerca del televisor.

Estar desempleado tenía sus beneficios, así que hice algunas compras para hacer el ziti horneado "mejor que el sexo" de Simon y al mismo tiempo comencé a empacar. El alquiler vencía pronto y no pasaría mucho tiempo antes de que siguieran las cartas de desalojo.

El pomo de la puerta cerrada sonó momentos antes de que Simon cantara un ritmo juguetón.

- "Cerdito, déjame entrar" - Gritó con la voz extrañamente apagada.

- "Lo juro por Dios, si realmente estás vestido como un rabino, llamaré a la policía" - Murmuré en voz baja mientras giraba la cerradura y el cerrojo. Simon me saludó desde el interior de un viejo colchón con agujeros para las piernas y los brazos y una pequeña hendidura para los ojos. Escondió sus garras con un par de guantes de cocina de franela que no hacían juego y llevaba bolsas de basura en los pies. Como si este conjunto no fuera lo suficientemente confuso, un turbante envuelto sobre una bola estaba sujeto a la parte superior mediante lo que parecía un velcro industrial - "¡Maldita sea!"

- "¿Qué?" - Se giró hacia un lado y pasó cojeando a mi lado a través de la puerta, y miré a ambos lados para ver si había llamado la atención antes de cerrarla.

- "¿Qué diablos se supone que es esto?"

- "¿No es obvio?" - Preguntó, dejando caer los guantes de cocina al suelo antes de luchar por doblar el brazo lo suficiente como para apuntar hacia arriba - "Soy el sultán de Serta"

Me mordí el labio inferior, tratando de no reírme - "Saca esta cosa repugnante de mi apartamento"

- "No es tan malo" - Aunque no podía ver su rostro, podía oírlo inhalar por la nariz - "Huele un poco como cuando estaba ayudando a uno de mis amigos a filmar una película porno. Teníamos un colchón viejo como este en el suelo" - Luchó un poco, metiendo ambos brazos hacia adentro para poder desabrochar la parte inferior. Obviamente había quitado suficientes entrañas para poder encajar y, de alguna manera, había conservado lo suficiente para mantener su forma. Como un perro con un collar electrónico de gran tamaño, luchó por salir del colchón y se quedó atascado a medio camino - "Uh... puede que necesite tu ayuda"

Agarré la parte superior, que estaba ligeramente húmeda y le di un tirón - "Esto es tan jodidamente asqueroso" - Con un último tirón, se liberó.

- "Ahh, mucho mejor" - Dijo, mirando los aretes en el mostrador - "No puedo esperar a que los uses mañana. Te quedan bien"

- "¿Qué diablos se supone que significa eso?" - Pregunté, señalando la puerta trasera que conducía al balcón - "Pon esto ahí afuera. Huele peor que tú, y eso es mucho decir"

Dejó escapar una carcajada antes de arrastrar el desagradable colchón, casi vacío, hasta la puerta y empujarlo afuera. Se frotó las manos y caminó hacia el refrigerador para tomar una botella de cerveza.

- "Creo que deberíamos esperar hasta la próxima semana. No es un buen momento ahora" - Dije, rociando un poco de mi desodorante por la sala de estar.

- "Te lo dije, mi amigo dijo que tienes que ponertelos antes de que empieces a sanar demasiado rápido" - El colchón de aire finalmente llamó su atención - "¿Vas a empezar a dormir con eso ahora?"