11

1.7K 134 4
                                    

Mi cocina era una zona de guerra silenciosa. Claro que podría haber elegido comer en el salón o en el cuarto de baño encima de la taza del baño, pero seamos sinceros, soy torpe y probablemente habría terminado con la cena por todo el suelo. Así que en vez de eso, estoy sentada en la mesa con mi jefa, que acabo de ver hace una hora en el trabajo, mientras como mi ramen, y ella tiene pollo frito.

Terminando primero, se levantó y tomó su plato antes de salir. Suspiré e hice lo mismo con mi plato y cogí una cerveza antes de entrar en la sala de estar. Kuma ya estaba acostado a sus pies mientras cambiaba los canales del televisor. Me senté en la otra silla esperando a que Kuma viniera a mí, pero por supuesto no lo hizo.

–Um, ¿quieres una cerveza?

–No bebo alcohol. – Deberías. Tal vez te soltaría un poco.

–¿Porqué, no puedes manejar el alcohol? –La mirada que me dirigió fue equivalente a haber sido apuñalada. Intensa.

–Si es que bebiera, estoy segura de que sería capaz de manejarlo bien. –Maldita sea, ahí va con su discurso de superioridad. En seguida me callé y terminé mi cerveza mientras cambiaba de canal como una mujer bipolar. Cuando leí rápidamente pasó por Weekly Idol, tuve que detenerla.

–¿Podrías dejarlo ahí, por favor? –Escucha. Estoy pidiendo reinar sobre mi televisor en mi casa. Eso tiene que ser otra decepción más. Ella gruñó y bajó el control, cruzando una pierna sobre la otra. Eché un vistazo a mi propia postura y la diferencia era casi graciosa. Mi única conclusión en cuanto a por qué era tan tensa era porque secretamente es una monja atrapada en el cuerpo de una sexy mujer.

–Me voy a mi habitación. Si te emborrachas tratar de no ser ruidosa. – ¡¿Su habitación?! Se levantó y salió de la sala, gritándole a Kuma que no la siguiera. Cuando la puerta se cerró, me levanté y fui a la cocina a buscar más cerveza.

–Voy a beber toda la maldita cerveza que quiera en mi casa. Maldita, sólo quiere hacer mi vida un infierno en todos los sentidos. –Seis cervezas y Weekly Idol era todo lo que necesitaba para pasar un buen rato.

-------

Por desgracia mi vejiga no pudo manejar mi idea de un buen rato, así que rodé del sofá antes de la hora en que debería despertar con el objetivo de hacer pis. Tropezándome con Kuma, mis zapatos y la alfombra que conduce al pasillo, me las arreglé para llegar al baño. Ni siquiera se me ocurrió por qué sonaba el agua que venía desde el otro lado, hasta que la puerta se abrió y todo lo que vi fue desnudez. Oh. Dios. Mio.

–Jennie ¿qué estás haciendo?

–Ah-oh-eh...lo siento. ¡Por favor, no me dispare! –Cerré los ojos y salí del cuarto de baño cerrando la puerta. Cuando los abrí y miré hacia abajo a mis brazos, tuve el otro susto de mi vida.

–¡Es el apocalipsis! Voy a sufrir una muerte lenta y dolorosa. ¡Desnuda! Estaba desnuden mi cuarto de baño. –Duh, ese es el lugar para estar desnudo. Allí y en el dormitorio. Mi cuerpo entero se erizó. ¡NO!

Corrí a la cocina y abrí la última cerveza. La bebí en alrededor de un minuto sin respirar. Cuando estaba vacía, golpeé la botella contra la cabeza varias veces hasta que sentí que era suficiente. Cerré mis ojos y lo único que vi fue a mi jefa muy desnuda detrás de mis párpados.

–¡Oh Dios, nunca voy a ser capaz de mirarla otra vez sin sonrojarme o sin decir algo estúpido, o las dos! –Estaba a punto de llorar hasta que alguien se aclaró la garganta detrás de mí.

–Puedes arreglarte ahora si quieres. Ya terminé con el baño. –Me mordí el labio sin darme vuelta.

–Uh-um bien, gracias. –Ah, hasta ahora iba bien. Ahora, sal de la cocina al cuarto de baño sin mirarla. Tiré la botella de cerveza en la basura y me retiré tratando de no mirarla mientras se movía hacia mí para llegar al refrigerador. Casi estaba libre, hasta que me volvió a llamar.

–¿Sí,señora?

–¿Dónde guardas tus sartenes? –Tragué saliva y me di la vuelta, pero no la miré.

–Bajo las tet... ¡TAZAS! ¡Los guardo bajo esas tazas! –¿Tetas y tazas? ¡Ni siquiera suenan igual! Salí corriendo de la cocina hacia el baño. Cerré la puerta y me senté en el borde por un buen rato. Estaba muy atrasada para el trabajo.

-------

Miré el reloj de la pared, mientras escribía la última de las notas de la reunión de hoy. Mi cerebro estaba a tope y lo único que quería hacer era encontrar un agujero y vivir en el durante un tiempo. Miré al otro lado de la oficina a su escritorio, pero no estaba allí al haberse excusado unos veinte minutos. Suspiré y envié las notas a su equipo de trabajo antes de cerrar mi ordenador portátil y empujarlo en mi bolso.

–Por fin, el final del día ha llegado. –Todavía tienes que llegar a casa y verla otra vez. Suspiré y sacudí la cabeza. Una existencia tan triste.

–Oh Lis, adivina quién es... ¡Oh, hola para ti también! –Me quedé inmóvil y miré a la mujer que había irrumpido en la oficina. ¿Quién es Lis?

–Um, ¿en qué puedo ayudarle? – Ella sonrió y saltó, sí saltó, hacia mi escritorio.

–Puedes, si me dices quién eres.

Jennie Kim, secretaria de la señora Manobal. –Por desgracia.

–Bueno, eres demasiado sexy para ser secretaria. Amh?.

–Gracias. Entonces, ¿cómo puedo ayudarle?

–Oh sí, cierto. Mi nombre es Seulgi y estoy buscando a mi hermana, Lisa. – ¡¿Hermana?! Sí, y yo soy Santa Claus.

–Ella salió de la oficina hace veinte minutos. –Ella hizo un mohín y se cruzó de brazos.

–Y ella sabía que yo iba a venir. Caray, siempre hace esto. Bueno, voy a ir a buscarla. Gracias Sra. Kim sexy. – Ella me lanzó un beso antes de salir corriendo de la habitación oficina "Lis ¿dónde te escondes?" Negué con la cabeza y me dirigí a la puerta. Si esa era su hermana, entonces sólo podía significar que se debe estar tomando medicamentos para suprimir su personalidad real.

–Sin embargo, ella me agrada. –Tal vez no tenga que emborracharme esta noche después de todo.

-------

Devil Boss |Jenlisa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora