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A la mañana siguiente, antes de que Lisa despertara, me até el delantal y cociné un desayuno real. Tan pronto como empecé a tararear, me sentí muy hogareña. ¡aún no llego a los 30, no tengo que sentirme hogareña! Ignorando la idea, terminé con el desayuno, que era una tortilla lo suficientemente grande para las dos, y unas tostadas.

ㅡBuenos días. ㅡMe di vuelta y la vi usando un par de costosos pantalones de vestir y una camisa que lucía igual de cara. Nadie se viste así el fin de semana.

ㅡBuenos días. Um, ¿eso es lo que vas a usar hoy? ㅡSe miró a sí misma por un momento antes de mirar de nuevo hacia mí.

ㅡSí. ¿Hay algo de malo en ello? ㅡMe encogí de hombros y puse su café al lado de su plato.

ㅡBueno, no necesariamente, pero nunca serás capaz de seguirme el ritmo usando algo como eso.ㅡNo, no soy una chica hiperactiva que no puede quedarse quieta, pero me gusta pasarlo bien.

ㅡEntonces, ¿qué sugieres que me ponga?

ㅡAlgo no tan caro. Eso parece costar mucho más de lo que puedo pagar por un traje. ㅡLo cual indica lo tacaña que puedo ser.

ㅡNo es tan caro. ㅡIntenté no sonreír mientras comía un poco de mi tostada. Parecía una niña pequeña cuando dijo eso.

ㅡSiento tener que decirte esto, pero lo que no consideras caro creo que es una fortuna. Tal vez después del desayuno podrías probarte unos jeans y un top. ㅡTengo que verla en una camisa simple. No dijo nada y siguió comiendo.

ㅡ¿Cómo es que eres tan tacaña cuando tu padre es un abogado? ㅡMe atraganté, la pregunta me tomó por sorpresa. Me golpeé en el pecho y tragué saliva varias veces para obtener que el resto de los alimentos bajara.

ㅡEstuve trabajando un poco luego de empezar la escuela secundaria, así que era raro que gastara el dinero de mi papá, además luego de eso me mudé sola... es diferente. ㅡNo era tan tacaña, pero cuando se trataba de la mayoría de las cosas, me gustaba ahorrar. Terminamos el desayuno en silencio, con ella terminando primero. Después de lavar su plato y la taza y guardarlos, ella me miró y luego señaló a la entrada de la cocina.

ㅡMe voy a cambiar así que si necesitas algo, golpea primero. ㅡSí porque no es necesario que se repita la escena del baño. Asentí con la cabeza y le di el visto bueno mientras resoplaba en el resto de mi café. Cuando terminé con mis platos, fui a mi habitación y llamé un par de veces a la puerta. Cuando me dijo que entrara, estaba mirando su reflejo en el espejo. Le sonreí y me acerqué hacia el armario. Se veía malditamente bien en ese top.

ㅡEstás mirando tu reflejo como si no te reconocieras a ti misma. ㅡSaqué un par de jeans oscuros y sueltos, una camiseta blanca y mis tenis favoritas.

ㅡEso es porque no lo hago. Rara vez, casi nunca, ocupo tops. ㅡBueno, eso no me sorprende. Con mi brazo lleno de ropa, la miré un poco. La camisa pegada y lograba que se viesen sus clavículas y parte de su abdomen. Parpadeé y de repente la estaba viendo desnuda como lo hice esa mañana. Oh no.

ㅡ¡Ah!

ㅡ¿Qué? ㅡ¿Qué diablos le digo? ¿Estaba pensando en ti desnuda?

ㅡUm, no, nada. Iré a calentarme, ¡quiero decir, arreglarme! ¡Iré a arreglarme! Oh Dios. ㅡSalí corriendo de la habitación, casi chocando con la pared. Cerré la puerta del baño y comencé a golpear mi cabeza contra ella.
Soy un fracaso épico. Mi yo interior se rió y estuvo de acuerdo fácilmente. Casi salté fuera de mi piel cuando escuché un ladrido. Volteando, me encontré con Kuma en el interior del armario debajo del lavamanos.

ㅡ¿Qué estás haciendo aquí? No te he visto en días. ㅡÉl bajó la cabeza y salió de la cabina. Abrí la puerta y corrió por el pasillo hasta mi habitación. Ese perro estaba obsesionado con esa mujer. Suspiré y sacudí la cabeza pensando que estaba decidida a no avergonzarme más hoy.
Terminé de ducharme y vestirme, y salí del baño. Cuando estaba a punto de poner mi teléfono en mi bolsillo, empezó a sonar.

Devil Boss |Jenlisa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora