𝐋𝐈𝐅𝐄 𝐌𝐈𝐑𝐀𝐂𝐋𝐄 | wolfstar

* ೃ ༄. ꒰Happy birthday!꒱ 🍒 彡

El año de 1979 llegó y solamente cerraron los ojos y enero ya les había metido sus 31 días de golpe. El cumpleaños de Pólux, el 8 de febrero, se acercaba rápidamente y todos querían hacerle un primer cumpleaños muy especial. La mañana del día de la fiesta, Lily, Marlene, Mary y Euphemia ayudaron a Remus a preparar la tarta para el pequeño de ojitos grises.

—Es muy parecido a Sirius —dijo Mary, para romper el silencio que se había formado y Remus.

—Sí, lo llevo en mi vientre nueve meses y se parece más al otro padre —dijo Remus con una sonrisa.

La verdad, Remus no sabía que a los pequeños también se les podía hacer fiestas de cumpleaños, pues él no recuerda si le hicieron una alguna vez, pero quería hacer todo para ver a su pequeño sonreir.

—Lo mismo pasó con James —habló Euphemia. —Solamente tiene mis ojos.

Y se podía notar eso. James era una copia a carbón de su padre pero tenía los mismos ojos castaños de Euphemia. El pastel, o la masa, era de chocolate, pues era de lo que más le gustaba al pequeño. Lily y Marlene hacían el glaseado, de color blanco, mientras él y Mary eran los encargados de la masa.

En ese momento, entró James, buscando.

—Moony, ¿dónde están los pañales de Pólux? —le preguntó, mientras se acercaba a su prometida y le plantaba un beso en la mejilla.

—En su habitación —recordemos que en la casa de los Potter estaba la primera habitación del bebé. James asintió y les deseó suerte y fue a buscar lo pedido por el otro padre del niño. Estaban por ir a buscar cosas para fiestas muggles, a petición de Sirius, quien quería llevar a su hijo en su motocicleta (claro que iba a ser muy, muy cuidadoso).

—¿A dónde te quieres llevar a mi hijo, Sirius Orión Black? —Remus salió, con un mandil rosa y un ceño fruncido, más que miedo, le provocaron a Sirius ganas de besar a su marido y así lo hizo.

—Solo vamos a buscar las decoraciones…

—No te vas a llevar a nuestro hijo en tu moto… ¿y Peter? —volteó a ver a todos lados, a ver si encontraba al de pelo rubio. Una ratita salió del bolsillo de la chamarra de Sirius. —¿Por qué?

—Le da miedo la moto… ¿Recuerdas la vez que íbamos los cuatro y se cayó?

—Pobre Pete —dijo, recordando aquella ocasión, unos días después de su boda con Sirius. —Pero no te vas a llevar a mi bebé. —Tomó a su bebé en sus brazos, su bebé que ya cumplía un año y Remus recordaba vívidamente el nacimiento de su pequeño. Le dio un beso a su esposo y acarició la cabecita de Peter en su forma animal y le dio una palmada en el hombro a James. Entonces los dejó irse.

Entró a la casa con el cumpleañero y la madre de James quiso cargar a su ‘nieto’. Cuando terminaron de armar el pastel, casi un par de horas después, todavía era relativamente temprano, las dos de la tarde. Pólux ya daba pequeños pasos, todavía tenía que agarrarse de sillas y soportes, pero ya lo hacía mejor y se la pasó caminando en la sala. Cerca de las tres, llegaron los chicos y se pusieron a arreglar todo. No habían invitado a mucha gente, pues la fiesta era de Pólux y el pequeño podría no sentirse a gusto. Únicamente invitaron a la familia Weasley, pues sus hijos, en especial los gemelos, se habían llevado bien con el pequeño Lupin.

Cerca de las 4 y media de la tarde, llegó la familia de magos pelirrojos. Pólux se emocionó cuando reconoció a los gemelos y caminó hacia ellos.

—Serán como ‘mini Merodeadores’  —le susurró el Black a su esposo al ver la interacción de su hijo con los hijos de Arthur y Molly.

—Ojalá no, Minnie tendrá un infarto.

El cumpleañero fue puesto frente al pastel y la velita encendida. Las luces se apagaron y las cortinas se cerraron. Los ojitos del niño se iluminaron con la única luz de la vela. Peter traía una cámara, preparado para sacar fotos. Tomó la primera, en la que Pólux miraba a la cámara con una sonrisa, Pólux había aprendido a sonreír cada vez que veía una de esas. Le cantaron el ‘feliz cumpleaños’ y luego él apagó la vela. Las luces se encendieron y Peter tomó una foto donde el pequeño era besado en cada mejilla por sus padres.

Luego de eso, sirvieron el pastel, primero para el cumpleañero y luego a los demás nenes, para después darle a los padres de James, abuelitos adoptivos de Pólux; al final los adultos. Los gemelos le dieron un regalo en nombre de toda la familia y recibieron una linda sonrisa del chico.

—Perdón por solo un regalo, Rem… —dijo Molly pero el castaño la interrumpió.

—Molly, no te preocupes, los regalos no van a ser la razón por la que Pólux recuerde, sino porque estuvieron presentes… aunque tal vez no lo recuerde…

El resto de la tarde, los adultos hablaron, felicitaron a James y a Lily por su compromiso, los niños solo jugaban y los tres hijos mayores de los Weasley los cuidaban, Jugaron bastante, hasta que Pólux y los gemelos empezaron a dar señales de sueño, comenzando con George —¿o Fred?— quedándose dormido en la silla. Su madre se dio cuenta y llamó a sus críos. Después de eso, los Weasley se despidieron y se fueron. Pólux lloró, queriendo dormir en los brazos de Remus.

—No te preocupes, amor, tú duerme a Pólux y nosotros limpiamos… —dijo Sirius, dándole un beso en sus labios y luego a su pequeño, en la frente.

—Gracias, amor.

Limpiaron. Euphemia y Fleamont los invitaron a quedarse esa noche y accedieron. Obviamente ellos durmieron juntos, cerca de su hijo. También James y Lily compartirían habitación. El único que tenía una habitación para él solito, era Peter.

—No puedo creer que nuestro hijo ya cumplió un año… —susurró Sirius, acariciando el rostro de su Moony.

—Lo sé… recuerdo muy bien el día que nació…

—Ese día no pude sentirme más feliz, en serio, Moony. Verte con nuestro hijo en tus brazos… fue la cosa más linda que vi. Cuando te conocí en el tren de Hogwarts, jamás pensé que terminaría formando una familia contigo. No me arrepiento.

—¿En serio?

—Sí, ni un poquito. Te amo, Remus, gracias por todo. Los amo mucho, daría mi vida por ustedes.

—Yo también te amo, Sirius. Estoy 100% seguro de que Pólux también te ama.

La vida era un milagro y aunque aquello había ocurrido por un accidente, Remus no cambiaría nada si eso le impedía tener a ese angelito llamado Pólux en su vida. Era bastante feliz, jamás pensó que sería tan feliz. Miró a Sirius, quien se había quedado dormido y luego a su bebé.

—Te amo, Pólux.

FIN