Lord Voldemort en Azkaban

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Los resultados de los exámenes serán enviados por lechuza en el transcurso del próximo verano.

Mientras Harry salía de la biblioteca junto a Ron, Hermione, Draco, Luna y la profesora McGonagall, accidentalmente se dirigieron por el pasillo de la oficina de Voldemort. El grupo iba caminando por el pasillo custodiado por Aurores y dementores y de pronto, Lord Voldemort salió del despacho (seguido por Umbridge). "Esta es mi oportunidad", pensó el señor tenebroso, y unos metros atrás de Harry, lo apunto con su varita y pronunció la maldición cruciatus.

Inmediatamente, mientras Harry caía al suelo retorciéndose del dolor, todos se dieron vuelta y rápidamente, Dolores Umbridge petrifico a Voldemort y lo inmovilizo con el encantamiento incarcerous y los Aurores lo rodearon. Los dementores (que eran unos cuantos) estuvieron a punto de darle el beso del dementor pero, finalmente, los aurores (en su totalidad) lo llevaron a Azkaban y allí se quedará, encarcelado cumpliendo prisión perpetua, como debería haber sido desde un principio.

Luego, instintivamente, Draco abrazo a Harry por un largo rato, mientras le decía: "Tranquilo, ya pasó, ese maldito está donde tiene que estar, en Azkaban y ya no puede hacerte más daño." En unos instantes, Harry se desmayó en sus brazos y Draco lo abrazo con fuerza y acarició su cabello. Luego, la profesora McGonagall lo llevo a la enfermería para que lo atienda Madame Pomfrey.

Ron, Draco y Hermione se quedaron en la enfermería acompañando a Harry. Al cabo de unas horas, Harry despertó dolorido por la maldición cruciatus, luego notó la mano de Draco sobre la suya. Inmediatamente, el joven Potter se incorporó en la cama, soltó delicadamente la mano de Draco y buscó el espejo mágico que le regaló Sirius dentro del bolsillo de la túnica. Rápidamente se comunicó con su padrino y le mencionó con lujo de detalles todo lo que pasó.

Sirius se asustó con semejante noticia e inmediatamente se apareció allí por medio de la red flu. La señora Pomfrey lo dejó pasar sin preguntarle nada debido a la delicada y peligrosa situación que vivió Harry, comprendiendo lo importante que es para el joven Potter la presencia de su padrino.

"Sirius, finalmente pasó lo que tanto temí, él me atacó. Los hechizos que le habían aplicado no sirvieron de nada y encima lo hizo aunque yo estaba rodeado de gente, estaban los aurores, los dementores, igual me atacó", lamentó Harry mientras salían lágrimas de sus ojos.

"Pero de igual modo, actuaron rápidamente, Umbridge lo redujo y la cosa no pasó a mayores y ya está en Azkaban. Además, él no puede matarte, recuerda sus varitas tenien el mismo núcleo", le decía Sirius intentando tranquilizarlo.

"Al final ser perfectos no sirvió de nada, compartiendo el techo con un asesino serial", dijo Ron mirando a Hermione.

"Es verdad, yo tampoco pude hacer nada", confirmó Draco mientras apoyaba su mano en la insignia de prefecto.

"Chicos, ser perfectos no los salva de una agresión de quien tu sabes, no se preocupen por eso", les decía Luna a Draco, Ron y Hermione.

En unos minutos, entró Ginny Weasley a la enfermería a visitar a Harry, se acercó a él y acarició su mano. Draco comenzó a sentir un poco rabia al ver aquello y fingió una tos para que la pelirroja se distraiga y suelte la mano que antes había a acariciado él. Finalmente, resultó, Ginny soltó la mano de Harry.

En unos instantes, el sueño venció a Harry y se durmió. La profesora McGonagall les ordenó a los alumnos que se marcharan a sus salas comunes. Sirius se quedó allí acompañando a Harry toda la noche.

Un castigo inusual para Lord VoldemortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora