Juventud atrofiada Y Hambrienta (Traducción)

Capítulo XXVIII

Resumen:

¡¡¡Es una locura!!!

¡No hay muchas cosas más frustrantes que saber exactamente lo que quieres escribir, pero no poder hacerlo por falta de tiempo!

Actualmente Uni se está volviendo tan agradable como un niño mal educado que constantemente grita y patea para llamar mi atención en todo momento del día.

Teniendo esto en cuenta, ¡me complace haber conquistado finalmente mi montaña de tareas lo suficiente como para haber encontrado tiempo para finalizar este capítulo! ¿Por qué no puedo simplemente escribir fanfiction todo el día? Pero, por desgracia, esta autora ha decidido continuar con su educación y, por lo tanto, debe sufrir las consecuencias de sus propias decisiones de vida, jajaja.

¡Espero que todos estén bien!

Dado que nuestro pobre bebé A-Ning lleva más de un mes retenido a punta de espada, no los retendré más. ¡Espero que se diviertan con este nuevo capítulo, queridos lectores!

(Una vez más espero que no haya errores importantes, jajaja, pero realmente necesito dormir y probablemente lo comprobaré mañana, jajaja)

Notas:

(Consulte el final del capítulo para obtener notas ).

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Wei Wuxian no estaba seguro de cuántas personas había matado durante el ataque.

No recordaba ningún rostro en particular. Todos se transformaron en una masa unida de peligro en su memoria, un único cuerpo rojo y blanco que amenazaba a las personas que amaba.

No se arrepentía de ninguna de las vidas que había quitado, ni sentía que fuera necesario: Wen Xu y su gente habían sido los agresores. Se lo merecían.

Wei Wuxian no había pensado en preguntarse por la fragilidad de sus vidas cuando clavó sus armas en su carne y derramó su sangre. La necesidad de defender y proteger había acaparado toda su atención, había hecho imposible tales contemplaciones en el fragor de la batalla.

Ahora, en el relativo silencio del bosque, la sangre de Wen Ning traicionaba claramente el miedo del niño cuando bombeaba por las venas de su yugular, el batir del ala de una mariposa. Wei Wuxian pudo verlo claramente.

En un gesto de capitulación desconcertante, Wen Ning cerró los ojos.

Sus párpados y mejillas tenían espasmos un poco con temblores de miedo que sacudían ligeramente la hoja de la daga de Wei Wuxian. Pero se mantuvo quieto, completamente a merced de Wei Wuxian.

Los dedos de Wei Wuxian se movieron alrededor del mango de su daga mientras la duda desplegaba sus insidiosos pétalos en su mente.

No se arrepentía de las vidas que había tomado defendiendo los Recesos de las Nubes; las personas que había matado entonces habían venido en busca de violencia, listas para matar indiscriminadamente por su propia causa egoísta.

Pero resultó que a su conciencia le costó mucho más trabajo justificar el asesinato a sangre fría de alguien que no se defendió en lo más mínimo, que ni siquiera pensó en suplicar por su vida, sin importar los colores de la secta que usara.

Los latidos del corazón de Wei Wuxian latían en sincronía con el pulso que podía ver revoloteando debajo de la piel vulnerable. Wen Ning abrió los ojos después de un rato, aparentemente inseguro. Su respiración entrecortada continuó golpeando el rostro de Wei Wuxian, rápida y cálida.

Se decía que uno podía discernir la verdad del corazón de una persona en lo más profundo de sus ojos, pero en este momento Wei Wuxian no estaba convencido de poder confiar en la total falta de malicia que encontró en el de Wen Ning, si debería hacerlo .