5. tomando forma

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El olor a tierra mojada por la lluvia del día anterior era relajante mientras caminaban hasta el taller de shinichiro, la noche anterior habían conversado hasta dormirse acerca de lo que harían con kakucho, ya tenían la aprobación de sus padres para lo que ellos quisieran después de todo ambos adultos no estaban interesados en la vida de sus hijos se conforman con aportar monetariamente y el pequeño huérfano sería una buena entretención para los gemelos según sus progenitores o al menos eso habían dicho durante la tensa charla del desayuno.

Shinichiro estaba nervioso y emocionado por partes iguales, emocionado pues, si todo sale bien hoy llevaría a izana a casa a tiempo para celebrar el cumpleaños de mikey, y nervioso porque bueno, por mucho que los hermanos hanagaki fueran viajeros del tiempo o algo así, siguen siendo niños ¿qué pueden hacer en contra del sistema que se ha rehusado a entregarle al niño en más de una ocasión? Continúo paseando por el taller buscando algo que hacer mientras espera a los menores, le había tomado mucho tiempo dormirse luego de todo lo ocurrido el día anterior y pensar en cómo debería mover sus cartas para ayudar de ahora en adelante, estaba tan metido en sus pensamientos que no noto a los niños entrar.

- ¿Qué haces? - kumi pregunto ver al mayor mirando fijamente una mancha en el suelo, mientras que shinichiro dejo escapar un chillido asustado por la inesperada interrupción de los menores.

- no lo molestes, tal vez es de esos raros que odian la mugre – takemichi intento defenderlo de los comentarios de su hermana, pero parecía más interesado es inspeccionar el taller que en el mayor he intento disimular la risa provocada por el chillido del mayor.

- ¿tú crees? Por las fachas de vagabundo que traía ayer no pensé que le interesara el orden - el jadeo indignado de shinichiro hizo reír a ambos niños en lo que se sentaban cómodamente en las motocicletas que estaban en exhibición – ¿y bien? ¿Listo para ir por izana? - kumi miro directamente a la cara del mayor y pudo vislumbrar el miedo en sus ojos, echo una mirada a su hermano para que pudiera consolar al otro pelinegro pues entre los dos ella no era la más indicada, estaba descubriendo que es de las personas que se ríen en el momento menos indicado.

-Shinichiro tranquilo, has estado visitándolo y hablando de su familia por meses además tu mejor que nadie sabes que la familia no solo se forma por sangre, él te adora así que solo debes tener tacto cuando decidan contarle las circunstancias - la voz del menor tuvo un efecto sedante para Shinichiro, le dio justo al blanco de todas sus preocupaciones, luego de la cena la noche anterior había sentado al abuelo Mansaku para confesarle la existencia de izana y como habían supuesto los gemelos, el abuelo le dio una regañada como si fuera un niño otra vez y le había hecho jurar que traería al niño a casa antes de la fiesta de cumpleaños de manjiro.

- lo se take, pero me aterra que se enoje y no quiera saber de nosotros en el futuro, izana es un niño que ha pasado por mucho y no quiero terminar haciendo más daño del que ya carga – entre suspiros camino hasta detrás del mostrador en lo que se quitaba el mono de trabajo para poder salir hacia el hogar de ancianos.

Los gemelos se miraron preocupados pues ya tenían experiencia tratando con un izana trastornado por el abandono y el odio, realmente no querían que el albino llegara a ese punto en el futuro, mucho menos que el daño que cargaba en el corazón lo dejara tan vulnerable como para que pueda ser manipulado hasta el punto de participar en la muerte de Emma. Definitivamente lo más difícil no sería evitar las muertes, sino que lo difícil seria tratar con tantos adolescentes traumados.

-Bueno no sabremos como reaccionara hasta que lo enfrentemos – takemichi se bajó de la moto de un salto para caminar hacia afuera seguido de kumi y shinichiro.

¿ayuda divina?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora