0,6🥀

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Diamante hope.

Toda era confusión y asombro. Una y otra vez resonaba en su cabeza la misma palabra.

Alfa.

Él no lo era, se suponía que su medio hermano ocupaba ese lugar, aunque lo odiara solo de pensarlo.

Aullaron juntos hacia la luna, definitivamente un momento especial. El lobo negro lo guió durante todo el camino, llegando a un campo de hermosas flores coloridas que, a pesar de la noche, se podían apreciar en todo su encanto. Jeon empujó al omega suavemente, incitándolo a jugar como unos niños. Al principio, el omega estaba tímido, pero después fue dejando a un lado ese temor y se unió a la diversión. A pesar de no mirar, eso no era un impedimento para que se divirtiera, pues por su nula vista, su oído era más agudo y su olfato, más fino.

—Mochi. —dijo Jeon.

—Tu nombre es tierno, Kookie. Me gusta,— respondió Jimin.

—Y a mí el tuyo.

—¿Nos volveremos a ver?.

Se preguntaron al mismo tiempo y no fue necesario contestar, porque muy dentro de ellos sabían la respuesta. Se miraron a los ojos con una mirada sumamente hipnotizante, como si el omega supiera que su alfa lo estaba viendo fijamente. Suspiraron profundo, acercándose y uniendo sus cuellos en un abrazo. Después, fueron a sus habitaciones a asearse y vestirse. Definitivamente, un lazo se había afianzado entre ellos sin darse cuenta.

Todos los días, Jeon llegaba a la mansión con un detalle para el omega, por más sencillo que fuera, hasta uno muy costoso. La habitación del omega estaba dejando de ser solo unas paredes frías y sin color, ahora se iluminaba con tiernos peluches, flores, chocolates y mucha lana para tejer. Y Jimin estaba feliz, súper contento de que lo que alguna vez soñó se estuviera cumpliendo. A veces pensaba que estaba en un sueño o en una película romántica que miraba cuando estaba en la escuela, pero le costaba creer que era real y que era su vida en este momento.

—Está hermoso. — tocó con sus manos el gorro de lana. —¿Qué color es?— A veces tenía mucha pena preguntar cosas tan elementales que para él no lo eran. Temía que Mingyu se burlara o le dijera que no podía ver. No quería ser una carga y menos ahora que estaban tan bien.

—Es azul, como tus ojos lo son, dos hermosos diamantes hope, —curvó sus labios.

—¿Diamante hope? —No lo había escuchado.

—Sí, un diamante fino, hermoso y difícil de encontrar, tal como tú lo eres. Aunque hay una diferencia.—Tocó su mentón pensativo.

—¿Cuál es? —De alguna manera, su corazón latía con fuerza.

—Que a él lo toca exhibirlo en algún lado visible para que lo puedan apreciar. Yo no necesito eso contigo, porque tú brillas a donde vayas, visible o invisible. —dijo sincero.

—Basta, haces que sienta algo raro en mí.
—apretó sus ojos fuertemente. —No sé qué pasa conmigo y mi cuerpo, pero no me gusta.—Negó con su cabeza.

—¿No te gusta?—preguntó Jeon, dolido pero guardando la esperanza de escuchar un "sí".

—No, —se levantó del amplio comedor. —Es raro, no sé cómo explicarlo, pero no me gusta.

—Pero yo solo...—Jimin ya se había ido, dejándolo con la palabra en la boca. —Creo que mi alago fue algo tonto,—hizo una mueca con su boca de tristeza e insatisfacción.

Cerró la puerta de su cuarto y tocó su corazón. —¿Por qué me late tan rápido?

Por tu alfa.

DULCE ENGAÑO.🥀《kookmin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora