El dolor la angustia y el lamento puede ser remplazado por amor y felicidad dependiendo de la persona que llegue a tu vida brindandolo.
Eso mismo le paso a un inocente emoga ciego quien era un diamante con un brillo que nadie podia verlo, exepto el...
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Los celos la envidia, y el amor no es una buena mezcla de sentimientos y eso mismo era lo que sentía esos dos chicos, tenían hermanos pero habitaba mucho la envidia dentro de sus corazónes y al parecer esta nunca disminuyó todo lo contrario aumento acomulando mucho más dolor y más resabios para mal además no les favorecía el ambiente y la forma en que fueron criados.
Por parte de alfa Mingyu, el lo tenía todo, o eso suponía el, no fue hasta que obtuvo la edad suficiente para darse cuenta que no era así, quería tener a esa persona pero era imposible y eso le frustraba a diario por lo cual se descarga con su mascota. El omega, en su trayecto se encontró con Minji con quien era igual de ambiciosa y hicieron un equipo para hacer atrocidades mientras ellos solo reían y tenían una ronda de sexo, todo esta bien tenia a una Park, congeniaban y la pasaban bien pero el sentía que no era suficiente no cuando sus ojos se desviaban de vez en cuando a la fruta prohibida y la codiciaba tanto que en su mente armo un plan en su cabeza hasta llegar a él árbol y tomarla a toda costa.
Su madre en muchas ocasiones le había dicho; -si quiere algo tu solo vas y lo tomas así te tome mucho tiempo.
—si vas a hacer algo mal encárgate de hacerlo muy bien.
Esas frases resonaron durante todo su crecimiento y valla que las aplico.
—No le vas a hacer daño a él. -lo intento cubrir de la mirada afilada del alfa quien fue bajando despacio por los escalones.
—Sabes tu no eres el único que esconde secretitos, nose como te enteraste de todo pero supongo que ya era hora. -se encogió de hombros.
—Ya no puedes hacer nada estas descubierto.
—Es verdad pero aún pudo dar mi última ficha. -miro de reojo viendo a él omega.
—Crees que viniendo aquí me intimidaras alfa de pacotilla. -hablo Jimin confiado saliendo de la sombra de Jeon. -tu me las vas a pagar junto con la zorra que tienes por madre.
—Cállate ciego discapacitado estorbas en mis planes.
—piensas que tus palabras me herirán? -río un poco. -tu eres el estorbo que tiene que meterse en la vida de los demás para recoger la basura que tiran revolcándose en ella, después de todo es ahí donde perteneces.
—Maldito ciego siempre te odie. -arrugo su cara mostrándose como es. -no sabes como me daba asco compartir el mismo aire que tu con tu bastón jodiendome ver tu cara, todo de ti me fastidia, odie el día que nos casamos compartir la cama todo por seguir a mi madre y tu maldito dinero.
—Pues compartimos el mismo pensamiento sabes eres tan inútil que tuviste que dejarme ciego para poder apoderarte de mis finanzas pero ni así lo lograste. -alzó una ceja.
