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Daphne

El pueblo se sentía muy silencioso después de un funeral. Nadie sabía nada sobre la muerte de Danielle, no se sabía porqué había escapado ni porqué la repentina actitud de la madre de Danielle con Lion.

Se sabía que Danielle había escapado de casa porque junto a ella había una mochila con ropa, revisaron su móvil pero el culpable por alguna razón borró todo de su móvil.

Los pasillos del instituto si fueron el sitio más silencioso de todo el pueblo, a excepción de algunos murmullos. Caminaba en silencio hasta clase, se notaba una energía negativa en todo el instituto.

En la clase no se escuchaba ni un solo alma.

La profesora de religión entró y posó sus libros sobre la mesa.

-Buenos días alumnos, sé como os sentiréis después de perder a una gran compañera como lo era Danielle. Pero eso no significa que estemos tristes, ella seguirá viva en nuestros corazones. Uno solo muere cuando es olvidado.

La profesora nos miró a todos con tristeza, en sus labios apareció una sonrisa forzada mientras dio una palmada.

-Así que, vamos a levantar esos ánimos.- comenzó a dar su clase pero mi cabeza no estaba al cien por cien en la clase.

Por suerte, las tres primeras horas fueron rápidas. Los profesores lamentaron la pérdida y continuaron con sus lecciones.

La cafetería estuvo igual de silenciosa, Emily y yo nos sentamos en una de las mesas que estaba apartada de las demás. Esa ya era nuestra mesa.

-Estar aquí me está deprimiendo más.- dijo Emily en un susurro.

-Ya, pero es normal después de haber perdido a una persona que era querida por todos.- le respondí.

-¿Aún sigues molesta por lo de Lion?

Ni siquiera había pensado en eso. Al nombrarlo, su voz vino a mi cabeza repitiendo sus palabras.

<<Tienes celos de tu amiga>>

<<Porque en el fondo tú y yo sabemos que quieres besarme>>

 Cerré los ojos, ahuyentando su estúpida voz. Cuando lo logré volví a mirar a Emily.

-No, ya no. Fue una tontería haberme molestado por eso, lo siento.

-No, Daph. Quién debe pedir perdón soy yo, no pensé en tí y en lo que querías.- Siempre me había gustado la amistad que tenía con Emily, porque sabía reconocer su error y rectificar.

-Ya el tema esta resuelto, así que ninguna debe pedir perdón.- sonreí.

Emily hizo lo mismo y continuó comiendo. No iba a negar que aún me molestaba un poco, pero no quería seguir enfadada con mi mejor amiga.

Entre todo el silencio asfixiante, una voz hizo presencia. Y era una voz muy conocida e irritante para nosotras. Me giré para observarla, y ahí estaba Laran Querin subida a una mesa y con las manos alrededor de su boca para simular un megáfono.

-Atención por favor, solo es un momento.- cuando vio que ya tenía la atención de todos se quitó las manos -Muchas gracias. Sé que la pérdida de nuestra queridísima compañera ha afectado a todo el pueblo, incluyéndome a mí.- mentirosa, a esa chica no le importaba nadie más que a ella misma -Por lo tanto, me gustaría hacerle un homenaje en mi casa esta sábado. Quiero hacerle una fiesta en su memoria.- una de sus lacayas le dio una montaña de folletos -Ahora voy a repartir las invitaciones, les espero a todos en mi casa el sábado. Estoy segura de que Danielle estará feliz con este homenaje.

Danielle se hubiera negado a hacer una fiesta por la muerte de alguien, así que feliz no sería el adjetivo adecuado.

Laran llegó hasta nosotras y le dio su invitación a Emily, por desgracia se llevaban bien. A mí me miró con recelo y dudó en entregarme la invitación.

-No te iba a invitar, pero sé que Danielle y tú tenían una amistad, así que toma.- tomé la invitación con mala gana.

-Gracias por invitarme, pero no pienso ir. A Danielle no le hubiese gustado que le hicieran una fiesta por su muerte.- le devolví la invitación.

-Si que eres cortita de mente, Ghalagher.- eso me molestó -Si leyeras entre líneas, sabrías que lo del homenaje es una simple excusa para que nos dejen hacer una fiesta. Si no llego a decir que es por Danielle, no nos dejarían y dirían que no tengo respeto por los fallecidos.

-Y no lo tienes, Laran. Has utilizado como excusa la muerte de una persona solo para hacer una fiesta, ¿a caso estás bien de la cabeza?

-Estoy perfectamente, no como tú.

Eso hizo que mi pecho me doliera y que la rabia aumentara. Mi mano se cerró en un puño, preparado para pegarle en la cara. Pero Emily intervino antes de que eso sucediera.

-Gracias Laran, pero nosotras preferimos homenajear a Danielle como es debido. Disfrutad de la fiesta.

Laran se marchó contoneando sus caderas.

-No entiendo como puedes llevarte con ella ¿Has escuchado lo que me ha dicho?- mis ojos se llenaron de lágrimas al recordar sus palabras.

-Si, y no estoy de acuerdo con su actitud. Pero no podemos hacer mucho tampoco, ya ella se buscará el problema por hacer una fiesta con la excusa del homenaje.

Me quedé callada, necesitaba relajarme porque o me echaba a llorar o le reventaba la cara contra el piso. Mi mirada cayó en ella, se reía como si no me hubiera insultado de la peor manera posible.





Las últimas horas se me hicieron eternas después de lo ocurrido con Laran, Emily yo ibamos caminando hacia la salida. El sol resplandeciente nos cegaba, tuve que cerrar los ojos para poder salir sin quedarme ciega.

Cuando mis ojos se acostumbraron a la claridad, no podía creer lo que estaba viendo.

Varias veces tuve que parpadear, mis pies se quedaron inmóviles y mi corazón iba a salir desbocado.

Taylor estaba con un ramo de flores y una gran sonrisa en su rostro.

Mis pies reaccionaron y corrí hacia él.

-¿Qué haces aquí?- dije con muchísima ilusión.

-Habíamos quedado en vernos ¿No? Salí del hospital hace unas semanas, estuve hablando con tu madre para venir.- miró a las flores y me las entregó -Te he traído flores, espero que te gusten.

Agarré el ramo y lo olí.

-Me encantan, Tay.

Mis ojos estaban llenos de lágrimas de emoción al verlo. Emily se acercó con curiosidad.

-Y ahora es cuando me dices quién es este chico ¿No?- la miré y me reí.

-Es Taylor, el chico del hospital.- Tay la saludó con la mano -Tay, esta es Emily.

-Oh, me ha hablado muchísimo de tí.- dijo Tay sonriendo.

-¿Te ha dicho que soy como su hermana?- asintió -Al final si va a ser verdad que hablas bien de mí.- bromeó.


Hilos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora