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Daphne

El sábado llegó demasiado rápido, más de lo que quería. Estuve todo el día de mala gana, no quería ir a la fiesta de Laran, pues se pondría a ligar con Taylor y no me hacía nada de gracia.

No eran celos, pero que quisiera liarse con mi amigo y dejarme sola pues no molaba. Emily había venido a mi casa, se prepararía aquí. Accedió a venir a la fiesta después de insistirle mil veces, como hizo ella cuando fuimos a casa de Lion.

-¿Lion va a ir?- preguntó sorprendida, yo asentí con la cabeza mientras la miraba como se ponía el rímel con suma delicadeza y profesionalidad. Yo siempre acababa con el párpado manchado -Es una zorra.

Me sorprendió un poco el cambio brusco de mi amiga, se suponía que era su "amiga".

-Dime algo que no sepa.

Me fijé como Emily tenía ciertos celos, ¿estaría celosa por Laran? Seguramente, no le hacía gracia que se liara con el chico que le gustaba. Espera, ¿le gustaba Lion? Iugh.

Taylor entró en la habitación mientras miraba su teléfono.

-Yo ya estoy preparado.- lo miré y me quedé algo embobada.

Taylor estaba muy guapo. Vestía con tejanos negros y una camisa over size blanca, sobre ella llevaba una chaqueta de cuero negro. Su cabello negro estaba peinado y engominado hacia atrás. Definitivamente, esos colores resaltaban la tonalidad de sus ojos.

En el tiempo que estuve observando a Taylor, Emily había acabado y había cogido ya su bolso de fiesta.

-Y yo también, nos podemos ir.- la miré y realmente iba preciosa: llevaba un vestido azul de tiras que se le ajustaba perfectamente al cuerpo y llegaba más abajo del muslo, pero sin llegar a la rodilla; el pelo lo tenía recogido en una coleta alta, con dos mechones de pelo por fuera; y su maquillaje no era nada excesivo, se había hecho el eyeliner y pintado los labios de rojo. 

Me levanté y cogí mi bolso.

-Genial.- los dos salieron antes que yo, pasé por delante del espejo y me quedé mirándome por unos segundos: mi piel se veía demasiado pálida y tenía unas ojeras enormes que ni con maquillaje lograría taparlas; mi vestimenta no era tan impresionante como la de Emily, era sencilla. Unos tejanos grises y desgastados, una camisa suelta roja y una chaqueta que tenía abrochada hasta mis pechos. Iba realmente cómoda.

No tenía intención de quedarme mucho tiempo, solo me quedaría hasta la sorpresa y después me iría a casa. No tenía ganas de soportar a gente que no me caía bien.

-¡Daphne! ¿Qué haces?- la voz de Emily me sacó de mis pensamientos.

-Sí, voy...




La casa de Laran era lo suficientemente enorme como para meter a todo el instituto. Y creo que allí estaba la mayor parte.

Estaba abarrotada, apenas se podía caminar sin chocarte con nadie. Nos costó llegar hasta unos sofás, allí estaban sentados Oscar, Zed, Jannisse, Gemma y Lion ¿ya había hecho amigos?

Hilos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora