CAPÍTULO 3

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 ¿Hormonas o destinó? 💜⊱ღ꧂💜

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 ¿Hormonas o destinó? 💜⊱ღ꧂💜


ESTELLE:


La verdad es que nos hizo bien tomarnos ese descanso el día de ayer, a pesar del último inconveniente, tenía mucho que no me mimaba. Ya con más calma, me dirijo a las oficinas, para terminar de culminar los últimos detalles de la boda. Debemos enviar la notificación por correo del cambio de lugar, antes que nada.

—Buenos días, chicos— saludó al llegar algo más animada que en estos últimos días. Todos me saludan con amor, me siento muy agradecida con mi equipo.

Estoy en mi oficina terminando de ver que todos los correos hayan sido enviados correctamente y las llamadas para confirmar asistencia, cuando Valentina, se adentra con prisa.

—Tenemos un problema— anuncia sin saludar— los del catering nos están dispuestos a colaborar debido a la deuda anterior que aún no hemos saldado, también por la exclusividad que los platos que este evento requiere.

Mi frotó la sien, tratando de ver porque había olvidado esta parte tan importante, la verdad es que en los últimos meses, teníamos negociaciones de pagos con los de catering trimestral y debido a la baja demanda, nos hemos visto envuelto en pagar otras cosas que se nos olvidó por completo que debíamos una suma importante del último evento.

—Iré personalmente a hablar con ella— digo y está asiente.


Me dirijo a la empresa de catering; la dueña ha sido una bendición para mí desde que emprendí en esto. Tienen una cafetería debajo de donde preparan todo el buffet, así que sé que la dueña, Susana, supongo que está como siempre, atendiendo a los clientes.

Al entrar, me topo con la última persona que deseaba ver en este preciso momento. Intento dar la vuelta antes de que me vea, pero como si de un imán se tratará, levanta la cabeza y da conmigo. Sonríe como si hubiera visto una botella de agua en medio del desierto. Levanto la mano a modo de saludo, pero no es el momento para hablar con él.

Sigo hasta el mostrador, quien ya me espera Susana, con una cara de no ceder mucho.

—Hola, Estelle qué sorpresa verte por aquí— saluda con un tinte de ironía— supongo que negándote todo, era la única forma de que vengas personalmente.

—Las cosas se han vuelto más caóticas para mí en estos días, pero confió en que mi presencia valdrá la pena— digo tratando de que baje la guardia.

—No supones mal, subamos a la oficina para que podamos hablar.

Asiento y veo de reojo cómo Jean Carlos intenta acercarse, pero ya vamos de salida. Agradezco que Susana haya cedido a reunirnos de manera más privada; No podría soportar la vergüenza de una escena justo cuando estoy en negociaciones.

Luces del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora