Luces del destino es una cautivadora historia de amor y superación que sigue los pasos de Estelle Davis, una talentosa decoradora de eventos, y Lucían Cox, un enigmático CEO. A medida que trabajen juntos en la creación de eventos impresionantes, su...
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En el cielo brillante, las estrellas anuncian tiempos mejores por venir.
ESTELLE:
—Al fin me responde.
—Ah, Alejandro. Hola, discúlpame, estaba comiendo —le respondo con fingida culpabilidad.
—He estado llamándote desde ayer, al parecer aún sigo bloqueado, los mensajes no te llegan.
Cierto...
—Se me había olvidado hacerlo —le respondo—. ¿Cuéntame por qué me llamabas con tanta insistencia? —le pregunto.
—Se te olvidó que quedamos de reunirnos —me dice.
—Sí, pero no te dije cuándo.
—Te llamo para recordártelo —comenta mientras intento organizar mis cosas.— ¿Puede ser este lunes?
—Ayer fue uno de los eventos más difíciles para mí en todos estos meses y, además, no me siento muy bien. ¿Podría ser otro día?
La verdad es que no tengo ánimos para lidiar con nadie ahora mismo. Solo quiero dormir y disfrutar de la rica comida de este hotel. No quiero pensar en el trabajo, no quiero pensar en nada. Siento mi mente explotar al pensar en qué imagen tendremos luego de esto, en que perdí uno de los contratos más importantes y en qué voy a hacer ahora como plan B. Así que no, no me siento bien para lidiar con Jean Carlos en estos momentos.
—Entiendo, no te molesto más —comenta desanimado—. Espero que te sientas mejor para la próxima.
—Podemos vernos mañana —le digo, ya que me da pena lo desanimado que suena—, claro, está si te parece.
—¡Nada me encantaría más! Te mandaré la ubicación —me responde con un suspiro de alivio.
—De acuerdo.
Le cuelgo y termino de limpiar la mesa para irme a darme un baño nuevamente. Tengo una manía extraña de bañarme más de la cuenta cuando estoy en mis días. Rebusco entre mis cosas y encuentro que también me han comprado té para los dolores. Desearía poder agradecerle; Es demasiado lindo el gesto.
💜💜💜
Todo el día de ayer lo dediqué a descansar, algo que realmente necesitaba. Ahora me dirijo a la oficina, consciente de que debo reunirme con el equipo para recabar sus sugerencias sobre cómo afrontar esta situación una vez más. Necesitamos encontrar una solución. No puedo simplemente quedarme de brazos cruzados mientras mi bebé atraviesa una crisis. Siento un peso en el pecho, preocupado por la posibilidad de que nos veamos obligados a cerrar. Sería como si estuviera traicionando la promesa que me hice a mí misma de que lo lograré.
