CAPÍTULO 4

28 9 6
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



LUCIAN:


He tenido una semana de mierda; No puedo ni respirar. Necesito unas vacaciones urgentes, pero no puedo dejar la empresa lista para ello. Estamos en dos filmaciones muy importantes y no puedo ocuparme de ese lujo aún.

Pero hoy es la boda de nuestra modelo Kloe, y tengo que estar al pendiente para que no se topen con escándalos. La decoración me ha gustado; esta agencia sí que tiene su toque. Quería ver la calidad de su trabajo, no invierto en cosas sin pensarlas. Una asociación con ellos claramente los beneficia más a ellos que a nosotros, pero estoy buscando que todos nuestros eventos sean con sumo detalle, y dar con una que capte todos los objetivos que se quieran lograr no es algo que se encuentre todos los días.

Entró luego de tener una llamada con uno de nuestros socios de Europa. Al caminar, encuentro a una dama sentada en las escaleras. Iba a pasar de largo, pero me detengo tras escuchar un pequeño quejido de su parte. Quizás necesite ayuda. Intento tocarla para ver si reacciona, pero me limito, ya que no la conozco.

—Señorita, — la llamo, y unos ojos grises adormilados me responden. Ella se sorprende y se pone de pie como si no hubiera pasado nada. Noto que le tiemblan las piernas y que sus ojos están enrojecidos, pero aun así trata de mantener el control de sí misma, que claramente no tiene en estos momentos.

—Perfectamente, no se preocupe. ¿Puedo ayudarte en algo? —sigue fingiendo estar bien. 

Decido aceptar que se encuentra bien. Estoy muy cargado en estos días y la verdad que no quisiera más problemas. Me lo pienso unos segundos, de verdad se nota que está mal, pero no quiero verme involucrado en escándalos, así que me giro para asistir a la celebración.

Cuando doy el primer paso para marcharme, escucho unos zapatos rechinar, un aparato romperse y un sonido de algo leve cayendo. Al voltearme, aquella mujer estaba en el suelo.

Me apresuro a ayudarla, intento cargarla, y llamo a mi chofer para que tenga el auto listo en cuanto baje la colina.


🖤🖤🖤


Es un poco pesada, pero reúno todas mis fuerzas de las increíbles horas en el gimnasio para poder cargarla y llevarla a tiempo. Samuel, mi chofer, ha seguido mis instrucciones y tiene el auto listo. Me mira asombrado mientras lo ayuda a colocarla con cuidado en la parte trasera del vehículo. Me siento junto a ella en la parte trasera, notando algo húmedo en mi antebrazo.

Al olerlo, descubro que es sangre. No sé qué le habrá sucedido a esta mujer, y aunque quisiera revisar si está herida, decido abstenerme. No quiero empeorar su situación.

Le indiqué a Samuel que nos llevara al hospital más cercano. Está a unos 15 minutos de distancia. Por suerte, la chica está respirando, lo cual me indica que sigue viva.

Finalmente, llegamos al hospital. Luego de explicar lo sucedido, los médicos comienzan a suministrarle suero para ayudarla a recuperar la conciencia.

Me retiro a la sala para llamar a Daniel, quien todavía está en la boda.

—Oye, ha ocurrido algo. Me encontré con una chica en un estado delicado después de la llamada y tuve que llevarla de emergencia al hospital. Si hay algún imprevisto, encárgate de que no salga a la luz —le ordenó.

Le cuelgo sin más y me adentro a la sala donde está aquella chica. Un doctor y una enfermera me esperan para darme los resultados de los análisis.

—La chica sufrió un desmayo leve debido al estrés, combinado con los síntomas menstruales. Estamos hidratándola para que recupere la conciencia. No debería tardar en despertar —informa el doctor.

Asiento ante sus palabras. Parece que fue solo una falsa alarma. Estaba imaginando lo peor acerca de esta chica. Decido sentarme junto a una mesa y le pido a Samuel que compre lo necesario para cuando ella despierte: algo de comida ligera, las pastillas que nos indicaron y algunas toallas. No estoy seguro de qué tipo de toallas serán las adecuadas, así que le pido que traiga diferentes opciones.

Mientras espero a que la chica extraña despierte para poder largarme a la celebración, me tomo el tiempo de observarla detenidamente. No puedo evitar notar sus rasgos. Sí, es hermosa, con esas pestañas largas y coquetas que deberán realzar esos ojos grises de lo más inocentes. Y aunque apenas lleva un toque de maquillaje, está claro que no necesita mucho más para destacar

Samuel regresa con las cosas que le pedí y las coloca como indiqué antes de retirarse. Finalmente, la chica comienza a moverse y abre los ojos. Se sorprende al encontrarse conmigo y luego su expresión se torna un poco apenada. Supongo que ha recordado que estaba cerca de ella antes de desmayarse.

—Hola, señorita. Estamos en un hospital. Se desmayó por estrés y debido a su periodo menstrual. Le he traído todo lo necesario. Está justo a su lado —digo, señalando los artículos que Samuel trajo.

—Yo, yo— tartamudea antes de hablar— lo siento— prosigue con la mirada hacia abajo, ocultando así sus bellos ojos.— se perdió la celebración, por tener que traerme al hospital.

—No se preocupe, cualquiera en mi lugar haría lo mismo —le respondo, la verdad es que no podría quedarme de brazos cruzados ante aquella situación.

—Gracias —responde mientras juega con sus manos apenadas.

Los doctores regresan para confirmar que todo está en orden. — ¿Es usted familiar del paciente? Necesitamos llenar unos papeles para poder darle de alta.

—No —respondo—, solo soy un extraño en el evento en el que la señorita estaba.—

—Señorita, ¿nos permitirá su nombre y algún número de contacto con el que podamos comunicarnos para informarle de su estado? —pide el doctor, y ella asiente, para luego responder:

—Me llamo Estelle Davis— se presenta—. Puede llamar a este número y le responderán de inmediato.

Estelle, así que así se llama la señorita. Decidió darle privacidad entre la enfermera y ella mientras esperamos a la persona que debe venir por ella.

—¡Estelle!, ¿qué te ha pasado? —una voz fuerte chilla al llegar al pasillo y ver a la que yace postrada en la distancia—. Me tenías preocupada. Intenté localizarte por el comunicador y no respondías.

—¿Ha ocurrido algo?— escucho a esta preguntarle a su amiga, y me detengo antes de irme.

—Resulta que durante el discurso una de las invitadas interrumpió y reveló que el novio no había sido tan infiel como todo parece —comienza a decir la chica—. De repente, una ola de paparazzi irrumpió, grabando el momento exacto en que la novia se abalanzó sobre él.

—Llévame de vuelta a la boda, Samuel — le susurro, sintiendo el peso del escándalo que he dejado tras de mí.


🖤🖤🖤



MARATÓN 3/3


😁 Tremendo lío se le armó a Lucían. Tres capítulos seguidos en dos días, espero que les haya gustado aunque sé que es un poco espero que lo disfruten y no olviden dejarme sus estrellas y comentarios.


Luces del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora