El proyecto de la Academia de Sumeru🌑

380 45 9
                                    

Al llegar a casa, Al-Haitham se encerró en su cuarto y se dispuso a abordar sus tareas pendientes.

O eso creía que iba a hacer. Se quedó pensando—Esta es la primera vez que pasa esto, ¿a qué se deberá?—

Se levantó de su escritorio y al darse cuenta de que no podía concentrarse en su tarea, optó por dormir.

Dormir, una vía para reprimir sus emociones. Cerró los ojos, buscando refugio temporal en el sueño, una pausa momentánea a la carga emocional que lo abrumaba.


—¡Ey, Al-Haitham! —la voz de una mujer resonó a lo lejos, captando la atención de todos en la biblioteca, excepto la de Al Haitham, quien estaba completamente perdido en un libro. —Al-Haitham, ¡cuánto tiempo sin vernos! Pensé que no te volvería a ver —la mujer agarró su hombro.

Extrañado, Al Haitham volteó a ver a la silueta femenina a su lado.

Era la señorita Lisa, una maga con la que le tocó convivir en ciertas ocasiones. —Señorita Lisa, ¿qué la trae por Sumeru? Supuse que seguiría en Mondstadt.

—Vaya, si te acuerdas, Al-Haitham. Vine de visita a Sumeru para recordar viejos tiempos y además enseñarle Sumeru a una amiga mía. Finalmente, logré que tomara un descanso —dijo Lisa con una sonrisa en el rostro.

—Entiendo, ¿y qué trama? Al-Haitham sabía muy bien que Lisa no venía por pura coincidencia; lo estaba buscando.

—Pero, ¿qué dices, cariño? Tan solo quería pasarte a saludar y hacerte una pequeñita propuesta.

—Genial, si tenía razón. ¿Cuál es esa pequeñita propuesta que tiene, señorita Lisa?

—Jejeje, al parecer sí que sabes mucho de cómo soy, Al-Haitham. Bueno, la propuesta es más bien directamente de la academia, pero les estoy haciendo un favor, así que vine a preguntarte yo. Al parecer, la academia está preparando una nueva investigación basada en la Interpretación de claves arquitectónicas en las antiguas runas y escrituras halladas en las ruinas antiguas de la civilización del Rey Deshret, en conjunto con diferentes facultades de la academia. Están buscando a los mejores alumnos, y obviamente pensaron en ti como primera opción.

—Ya veo, bueno, que vayan buscando a otra persona, no me interesa —Al-Haitham dijo con un tono de molestia.

—Pero, Al-Haitham, es una gran oportunidad. Al parecer, va a traer muchos beneficios. Me enteré de que al finalizar el proyecto, los integrantes del equipo obtendrán una recompensa que todavía no se define...

—Una disculpa, señorita Lisa, no me interesa ningún proyecto en el cual se tenga que colaborar con otras personas.

—Pero, Al-Haitham, no serán los mismos de Haravatat. Quizás encuentres a alguien como tú y finalmente tengas amigos.

—¿Amistades? Los proyectos no son para hacerse amigo de la gente. Los proyectos se toman en serio, no para perder el tiempo entre risas y chistes —Al-Haitham se levantó de la silla y miró a Lisa cara a cara.

—Pero tu abuela deseaba que hicieras amigos, Al-Haitham. Todo el mundo necesita una distracción; no todo es estudio, créeme, yo también viví esa presión.

—Usted, ¿qué sabe de mi abuela? Si tanto le importaba, ¿por qué no fue al funeral para despedirla? —Al-Haitham empezó a sentir una mezcla de emociones, enojo y tristeza.

—Al-Haitham, lamento mucho no poder asistir, pero estoy segura de que a tu abuela le preocupaba mucho que no pudieras convivir con la gente. Este proyecto puede ser una nueva forma de cumplir el deseo de tu abuela.

Al-Haitham se quedó pensando en los pendientes y en las palabras de la señorita Lisa. Después de un momento de silencio, algo salió de su boca que nunca creyó decir.

—Está bien.

—Vaya, vaya, me alegra mucho, Al-Haitham. Deja, voy corriendo a avisarles que te incluyan —la señorita Lisa corrió contenta hacia el elevador.

Al-Haitham se quedó paralizado. ¿En qué estaba pensando? ¿Por qué aceptó? Se suponía que lo iba a rechazar. Su mente se llenó de dudas mientras salía de su boca lo que no quería decir.

Después de un rato buscando a la señorita Lisa, se dio cuenta de que la había perdido completamente de vista y se rindió.

Después de un rato de reflexión, Al-Haitham llegó a la conclusión de que tal vez este equipo no esté tan mal. Después de todo, era gente nueva.


Gente nueva que podría juzgarlo por ser un antipático con miedo a socializar y a los ruidos fuertes. ¿Acaso ese equipo comprendería su extraña personalidad? Al-Haitham se encontraba en un dilema, preguntándose si había tomado la decisión correcta al unirse a este proyecto. Sin embargo, una parte de él ansiaba la posibilidad de ser comprendido, aunque eso significara salir de su zona de confort y enfrentarse a sus propios temores. 

Ese mismo día llegó un correo a su casa, lo cual era inusual. En el sobre venía directamente de la Academia de Sumeru, así que lo abrió rápidamente.

La carta contenía la información detallada sobre la investigación que debían llevar a cabo, junto con los nombres de los estudiantes que formarían parte del equipo:

Navya / Amurta (Medicina)

Al-Haitham / Haravatat (Lenguas y runas antiguas)

Aarav / Kshahrewar (Resolución de acertijos)

Kaveh / Kshahrewar (Arquitectura)


Ninguno de los nombres en la lista le resultaba familiar, lo cual le aterró un poco, pero también albergaba la esperanza de que tal vez ese era el destino. Quizás encontraría a la persona que cumpliría con todo lo que su abuela relataba cuando conoció a su abuelo.

Quizás, solo quizás, ese proyecto podría traer un poco de color a su vida. 

Amor de genios (Haikaveh 🌱🏛️) FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora