La Deuda 🏛️

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¿Alguna vez te has preguntado qué se siente ser alguien completamente diferente con tal de agradar a alguien? Imagina, ser esa versión idealizada que crees que podría captar su atención, hacerla verte con los mismos ojos de admiración con los que tú la ves. Pero entonces, en un cruel giro del destino, te das cuenta de que simplemente no te ve de esa manera, o peor aún, que no eres su tipo. Y te lo dice con unas palabras tan frías y cortantes que sientes cómo se desbordan lágrimas como cascadas de tus ojos, pero te obligas a mantener la compostura. A pesar de todo el amor que sientes por esa persona, comprendes que nunca te amará ni te apreciará de la manera en que tú la amas.

El peso de esa verdad es como un puñal clavado en lo más profundo de tu ser, un dolor platónico que consume cada parte de tu ser. ¿Cómo puedes continuar sintiendo lo que sientes, sabiendo que nunca será correspondido? El mundo se torna oscuro y sombrío, una cruel parodia de lo que solía ser cuando la esperanza aún brillaba en tu corazón.

Y así te encuentras, atrapado en un torbellino de emociones desgarradoras, luchando por encontrar un sentido en un amor no correspondido. Cada palabra que ella pronuncia es como un eco de rechazo, resonando en tu mente y desgarrando tu alma en pedazos. Y aunque intentas mantener la compostura, cada fibra de tu ser clama por dejar escapar el dolor, por gritar al universo la injusticia de un amor no correspondido. Pero te contienes, porque sabes que el simple acto de amarlo, aunque sea desde lejos, es suficiente para llenar tu existencia de un significado efímero.




¿Cuales son las razones por las que principalmente no puedes corresponder a alguien?

Podría ser que simplemente no le atraes lo suficiente o no están lo suficientemente estables mentalmente para estar en una relación

O quizás


"Si tan solo Al-Haitham fuera...

mujer..."




El día comenzó como cualquier otro para Al-Haitham. Se levantó de la cama con la luz del amanecer filtrándose por las cortinas, y se dirigió al baño para cumplir con su rutina matutina habitual. Mientras se cepillaba los dientes, su mente divagaba hacia Kaveh, quien aún descansaba en el sofá principal de la sala. Se preguntaba si el sofá era tan cómodo como Kaveh afirmaba, especialmente después de pasar tantas noches allí.

La rutina de ambos era prácticamente una coreografía que habían perfeccionado con el tiempo. Después de su paso por el baño, se encontraban en la cocina para desayunar juntos. A menudo, intercambiaban solo unas pocas palabras, quizás un comentario sobre el clima o algún chiste ligero. Luego, salían por separado hacia sus respectivos trabajos, sumergidos en sus propias preocupaciones y responsabilidades.

Sin embargo, había un ritual sagrado que siempre mantenían: regresar a casa para cenar juntos al final del día. Sentados a la mesa, compartían una comida casera y hablaban sobre lo que les había ocurrido durante el día. A veces eran historias divertidas, anécdotas del trabajo o simplemente reflexiones sobre la vida. Era un momento de conexión genuina entre ellos, una oportunidad para compartir sus alegrías, frustraciones y sueños.

Amor de genios (Haikaveh 🌱🏛️) FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora