Hogar |🌱

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—¿Qué haces aquí? —preguntó Kaveh sorprendido al ver a Al Haitham. Había cambiado mucho; ahora se veía más imponente, y Kaveh se sentía pequeño solo con su presencia. Su rostro había madurado, pasando de una expresión tierna a una más masculina.

—Lo mismo quiero preguntarte, Kaveh. —dijo Al Haitham, tomando asiento en la silla frente a la mesa de Kaveh.

—Estoy desahogándome. No es como si te importara, así que vete. No quiero ver a nadie, mucho menos a ti. —Gritó Kaveh.

—Oye, tranquilo. Solo me acerqué porque... no te ves bien. —En la mente de Al Haitham rondaba la preocupación por el rubio. ¿Qué le había pasado a ese exitoso arquitecto lleno de vida que ahora estaba llorando en un bar?

—Claro que no me veo bien. Tan solo mira, soy un desastre. No he tenido a dónde ir desde hace meses. Estoy en la ruina y aún así te dignas a aparecer y preguntar eso.

—¿Fracasaste entonces? —Cuestionó Al Haitham con voz suave.

—No puedo creer que esté hablando contigo. Tan solo verte me causa... asco. —Lágrimas empezaron a caer de la hermosa cara de Kaveh, quien se cubrió el rostro para evitar que Al Haitham lo viera.

—Kaveh... yo...

—¡Ya, vete! No quiero hablar contigo. ¿Qué parte no has entendido? —Las palabras de Kaveh provocaron que el pecho de Al Haitham doliera, como la vez que dejaron de hablar.

Al Haitham intentó decir algo más, pero las palabras se atascaron en su garganta.

Contemplar de nuevo a Kaveh era, sin duda, un milagro, pero encontrarse con él en ese estado llenaba a Al Haitham de una tristeza profunda. No podía soportar verlo así; alguien tan radiante y sonriente como Kaveh no debería estar sumido en la desesperación.

El tenso silencio se rompió cuando Al Haitham, finalmente, reunió el coraje para dirigirle una pregunta a Kaveh.

—¿Has logrado hacer realidad tus ideales?

Kaveh, entre sollozos y con la mirada aún evitando encontrarse con la de Al Haitham, titubeó antes de responder.

—Yo...

—Ven a vivir conmigo. —Interrumpió Al Haitham.

Kaveh miró con incredulidad a Al Haitham, sus ojos reflejaban la tormenta de emociones que lo invadía. A pesar de la rudeza con la que lo había tratado, una pequeña chispa de esperanza se encendió en su interior al escuchar la inesperada oferta.

—No puedo creerlo. Este vino es súper increíble, ya estoy empezando a alucinar cosas —susurró Kaveh, buscando refugio en la incredulidad, una barrera que lo protegiera de la realidad abrumadora que enfrentaba.

—Kaveh, no es una alucinación. Ven a mi casa. —Insistió Al Haitham con determinación, sus ojos fijos en los de Kaveh, tratando de transmitir la sinceridad de sus palabras.

—Eh... —Kaveh titubeó, sintiendo que el suelo se desvanecía bajo sus pies. La oferta de Al Haitham parecía un oasis en medio del desierto de su desdicha, pero también despertaba temores y dudas.

Al Haitham, sin esperar más, agarró suavemente los hombros de Kaveh, obligándolo a enfrentar la realidad que se desplegaba frente a ellos.

—No es una broma, Kaveh. Mi oferta es sincera. Ven a vivir conmigo, puedes pagarme la renta después. —Declaró Al Haitham, sus ojos expresando una mezcla de compasión y determinación.

—Vaya... —Kaveh suspiró, sintiendo el peso de la situación sobre sus hombros. La ironía del destino resonaba en su mente, recordándole los tiempos en los que ambos compartían risas y proyectos.

—Esta bien Al Haitham, tenemos un trato. —Dijo Kaveh, quien se desmayó después de decirlo. Kaveh llevaba días sin dormir; no tenía hogar, los trabajos que le quedaban, todo eso lo estresaba, y cuando trataba de dormir en el suelo no podía. Tan solo podía pensar en el qué dirán de las personas, como si fueran pesadillas que soñaba despierto.



—Ya llegamos

Una voz calida despertó a Kaveh

—Eh...

—Kaveh, te voy a dejar en el suelo tengo que abrir la puerta

—Al haitham...

El escriba dejó a Kaveh delicadamente en el suelo como si fuera un tesoro el tesoro más bello que pudo haber encontrado


Mientras el corazón de Al Haitham latía con ansias, Kaveh se hallaba sentado en el umbral de la casa, una mezcla de nervios y gratitud coloreando sus mejillas. Esperaba con impaciencia que Al Haitham abriera la puerta, sintiendo la tensión acumulada de los últimos meses ceder ante la posibilidad de un nuevo comienzo.

La brisa nocturna jugueteaba con los mechones dorados de Kaveh, y sus ojos reflejaban una vulnerabilidad que solo se permitía en esos momentos de transición. La sola idea de Al Haitham cargándolo hasta su hogar le provocaba un bello sonrojo en sus delicadas mejillas

Finalmente, la puerta se entreabrió. Sin decir una palabra Al haitham extendió la mano hacia Kaveh, invitándolo a entrar en su espacio seguro.

—Puedes entrar Kaveh

El rubio procedió a levantarse dirigiéndose a la entrada de la casa

—Gracias Al haitham...

Esas palabras combinadas con la delicadeza de el sonrojo de sus mejillas hicieron que el corazón de Al haitham volviera a latir rápidamente como aquella vez.

Bienvenido a mi hogar Kaveh

"Esta casa ha encontrado su verdadera esencia, su razón de existir, porque tú ahora formas parte de él"

"Te amo Kaveh"



Tal vez, finalmente, su primer amor podría perdonarlo, y la esperanza latía fuertemente en el corazón de Al haitham.







NOTAS

¿Que tal? Feliz año amiguitos espero que la hayan pasado genial en estas fiestas decembrinas.
Finalmente e regresado 🥳
Durante estos días estuve pensando en pudiera caracterizar a esta historia así que quizás me tarde en sacar los siguientes capítulos
Y termine pensando en una idea para otro fanfic así que cuando acabe este voy a hacer otro
Sin nada más que decir le deseo lo mejor!!

JODER HASTA AHORA ME DOY CUENTA QUE ESCRIBÍ LO MISMO VARIAS VECES, PERDÓN



Amor de genios (Haikaveh 🌱🏛️) FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora