poemas anónimos

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En un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos, vivían Fang y Buster, dos mejores amigos inseparables. Fang, de apariencia andrógina, había empezado a sentir emociones confusas hacia Buster, quien lucía una apariencia más masculina. A pesar del fuerte vínculo entre ellos, Fang no encontraba el coraje suficiente para confesar sus sentimientos.

Decidido a expresar su amor de alguna manera, Fang comenzó a escribir poemas apasionados y dejarlos de forma anónima en el casillero de Buster. Cada poema era una ventana al alma de Fang, revelando la intensidad de sus sentimientos y deseos más profundos. Por otro lado, Buster comenzó a encontrar estos poemas en su casillero, lo cual despertó su curiosidad y el deseo de descubrir quién era el autor.

Buster se sumergió en una búsqueda para encontrar al poeta secreto, investigando entre sus amigos y conocidos para hallar alguna pista. Mientras tanto, Fang observaba desde la distancia, emocionado y nervioso por la reacción de Buster al leer sus poemas.

Con el tiempo, Buster notó pequeños cambios en el comportamiento de Fang; sus miradas se volvieron más intensas y sus gestos, más cariñosos. Con cada poema que encontraba, Buster comenzó a sospechar que su mejor amigo podía ser el autor de estas bellas palabras de amor.

Animado por la posibilidad, Buster decidió confrontar a Fang de manera sutil, evitando cualquier presión que pudiera asustar o incomodar a su amigo. Durante una caminata por las montañas, bajo el cálido sol de la tarde, Buster mencionó casualmente los poemas que había estado recibiendo y cómo habían despertado en él un sentimiento especial.

Fang sintió su corazón acelerarse, y sus mejillas se enrojecieron mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para responder. Finalmente, dejando a un lado el miedo, Fang admitió ser el autor de los poemas de amor. Un suspiro de alivio escapó de Buster, quien sonrió y confesó haberse enamorado de esas palabras y de la persona que las había escrito.

En ese momento, bajo el majestuoso paisaje de montañas que los rodeaba, Fang y Buster descubrieron que su amistad se transformaba en algo más profundo y significativo. A través de los poemas, el amor había encontrado su camino hacia sus corazones, superando cualquier barrera impuesta por la sociedad o los estereotipos.

A medida que crecía su amor, Fang y Buster enfrentaron desafíos y obstáculos. A veces, el miedo los envolvía, pero siempre encontraban la fuerza para luchar, conscientes de que su amor genuino merecía ser vivido y aceptado. Juntos, apoyándose mutuamente, encontraron la confianza para enfrentar cualquier adversidad.

El pequeño pueblo pronto se dio cuenta de la belleza y la verdad de la relación entre Fang y Buster, y su amor se convirtió en un faro de esperanza y aceptación para todos.

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