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En un acogedor sábado por la tarde, Fang y Buster decidieron ir al cine para disfrutar de una película romántica juntos. Eran una pareja adorable, con personalidades completamente diferentes pero complementarias.

Fang, de estatura baja y con una apariencia andrógina, era dulce y soñador. Con su cabello oscuro y ojos brillantes, era imposible no enamorarse de su ternura. Por otro lado, Buster era más alto y tenía una apariencia más masculina. Su presencia era algo imponente, pero su cariño y dulzura hacia Fang era evidente.

Elegir una película fue un reto divertido para la pareja, ya que ambos tenían gustos bastante diferentes. Después de un debate amigable, finalmente optaron por una película clásica de romance con la que esperaban disfrutar de una historia llena de emociones.

Mientras esperaban en la cola para entrar a la sala de cine, Fang se acercó a Buster y tomó su mano, entrelazando sus dedos. Ambos se miraron con amor y sus ojos se llenaron de brillo. Eran conscientes de las miradas curiosas y prejuiciosas de algunas personas a su alrededor, pero decidieron ignorarlas y centrarse en su propia felicidad.

Una vez dentro de la sala, se acomodaron en sus asientos, manteniendo siempre su cercanía. Durante toda la película, se dedicaron miradas cómplices y susurros llenos de amor, compartiendo risas y lágrimas según avanzaba la historia.

La química entre Fang y Buster era palpable para todos aquellos que los rodeaban. La forma en que se apoyaban mutuamente, se cuidaban y se amaban era evidente en cada gesto y cada palabra. Eran un ejemplo de amor puro y genuino.

A medida que pasaban los minutos de la película, Fang se acurrucó en el hombro de Buster, buscando comodidad y seguridad. Buster rodeó con su brazo a Fang, manteniéndolo cerca y transmitiéndole todo su amor y protección.

Cuando la película llegó a su clímax romántico, Fang se volvió hacia Buster y con voz suave le susurró: "Te amo, mi dulce Buster". El corazón de Buster se llenó de felicidad y respondió: "Y yo te amo, mi tierno Fang. Eres mi mundo".

El final de la película fue recibido con aplausos y lágrimas de alegría por parte de la audiencia. Pero para Fang y Buster, su amor era la verdadera historia romántica que merecía ser celebrada. Se levantaron de sus asientos, tomados de la mano, y se dirigieron hacia la salida del cine, listos para continuar viviendo un amor que trascendía cualquier prejuicio.

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