interrogatorio

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¡Vegetta! Hace años que no te veía, ¿Cómo estás? -dijo el hombre muy entusiasmado-
Yo muy bien, muy bien, ¿Y tú? ¿Qué tal van los enigmas?

Al escuchar a Vegetta, Cellbit volteó rápidamente, la palabra enigmas le había llamado la atención y no por cualquier cosa, pues Cellbit era un maestro de los enigmas y misterios.

No tan bien como me gustaría, pero dime, ¿Para que me llamaron a mitad de la noche?
— Oh, fui yo, lo siento por molestarte Bad, hace poco llegaron nuevos a la isla y tienen demasiadas preguntas, creímos que eras el indicado para resolverlas -dijo Foolish-
¿Caras nuevas? Suena genial, ¿Pero no pudieron esperar hasta mañana por la mañana?
— No, no pudimos, y más te vale que en este momento te sientes y pongas especial atención en las preguntas que te haremos yo y... mi compañero

Forever estaba a punto de pararse para calmar a Cellbit, pues ya estaba algo enojado, pero notó que se había referido a él como "compañero", eso lo hizo sentirse muy feliz y emocionado, pues nunca lo había llamado de dicha manera.

Oh, ok, tranquilo amigo, resolveré todas tus dudas si lo hacemos con calma, ¿Por qué no empezamos presentándonos? -dijo el hombre, intentando verse tranquilo-
No soy tu amigo y no tengo tu tiempo, así que mejor empieza diciéndome cómo llegaste a este lugar
— De acuerdo, ¿Me creerías si te digo que ni siquiera lo sé?
— ¿Qué es lo último que recuerdas antes de aparecer aquí?
Bien, un día vi un anuncio sobre una isla vacacional, me pareció genial así que decidí comprar un boleto que era sospechosamente barato, no le di importancia y completé mi compra, recuerdo ir al lugar donde se suponía que me recogerían, y es todo...
— Creo que empezamos un poco mal, me parece que recuerdas más, ¿No es así? Amigo no queremos hacerte daño, solo queremos saber dónde porra estamos -dijo Forever en un tono tranquilizador, aunque un poco intimidante-
Está bien, lo último que recuerdo fue recibir un golpe muy fuerte en la cabeza, cuando caí al piso vi una especie de sombra blanca frente a mí, es todo

Cellbit y Forever se miraron por unos segundos, pues todo coincidía con lo que les había pasado a ellos, ya no había necesidad de preguntarle a más personas cómo es que habían llegado ahí, todo siempre terminaba igual.

¿Podemos irnos de aquí? -preguntó Forever-
No, pero... estoy trabajando en ello, pronto sabré todo sobre este lugar, qué es y por qué nos trajeron aquí, créanme que todos queremos irnos -dijo el hombre, susurrando-
¿Por qué susurras? -preguntó Cellbit-
Podría estar escuchando, él está en todas partes
— ¿Quién?
— Se refiere a cucurucho -dijo Roier-
¿Tú no eras nuevo también? -preguntó Forever-
Si, pero Foolish ya me contó algunas cosas
— Y bien, ¿Qué se supone que debemos hacer? -preguntó Forever-
No sé, lo que quieran, solo no intenten escapar ni interrogar a cucurucho, mientras se mantengan alejados todo irá bien. Construyan su base y esperen novedades
— ¿Construir una base?
— Si, cada quien debe construir su propia casa, es sencillo, puedo mostrarles los lugares libres y alejados
— Oh, yo iba a hacer eso con Roier mañana, pueden venir todos -dijo Foolish-
Bien, por cierto, no tuvimos tiempo de presentarnos, yo soy Forever, mucho gusto
— Oh, me dicen Bad Boy Halo, espero podamos llevarnos bien -dijo amablemente-
¡Sim! Yo también lo espero, él es Cellbit, no habla mucho

Cellbit solo miró serio a BBH, este decidió no decir nada. Después de un rato todos acordaron quedarse en la casa de Foolish y Vegetta, pues era demasiado tarde como para que BBH regresara a casa y para que Cellbit y Forever buscaran un lugar donde dormir. BBH se quedó en una habitación para invitados al igual que Roier, Cellbit y Forever se quedaron en la sala. Todos estaban dormidos, todos excepto Cellbit, pues a mitad de la noche se levantó y comenzó a caminar por toda la casa viendo si había algo de valor que pudiera "tomar prestado", se fue a la cocina y comenzó a ver los cuchillos, pues estaba seguro que los necesitaría, de repente, escuchó una voz masculina, rápidamente se volteó, acorraló al hombre contra la pared y le puso el cuchillo en la garganta

Caralho, eres tú -dijo mientras lo soltaba-
¿¿Que mierdas?? ¿Qué haces? -dijo el chico muy alterado-
Cállate, niño
— ¿Qué haces aquí? ¿Estás robando? ¿Estás planeando matar a alguien?
— No te importa, ni siquiera es tu casa -decía Cellbit mientras seguía viendo los cuchillos-
Pues no pero tampoco voy a dejar que les robes, ¿Te dejaron quedarte en su casa y los vas a matar?
— ¿Quién dijo que voy a matarlos? Es para defenderme por si alguien intenta algo
— ¿Crees que van a intentar matarte después de dejarte dormir en su casa?
— Solo cállate niño, vete a dormir
No soy un niño y tengo nombre
— Si, si, goier, ya me lo dijiste
— ¿Cómo que goier? Habla bien cabrón
— Meu Deus, cómo molestas, solo déjame en paz y vete de aquí -decía Cellbit un poco más molesto-
No voy a dejar solo a un loquito en la cocina llena de cuchillos, estúpido. ¿Qué te parece si ambos nos vamos y olvidamos que esto pasó?
— Si dices una palabra de esto te vas a arrepentir
— Deja de amenazarme culero, ya
— ¿O qué es "culero"? -preguntó Cellbit confundido-

Roier lo ignoró y salió de la cocina para dirigirse a su habitación, Cellbit hizo lo mismo y regresó al sofá de la sala, aunque no pudo dormir, y parece que no fue el único.

Yo también los tengo, esa es la gracia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora