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Un error incorregible

Menos de diez minutos para que acabe la clase. La profesora se levantó de su asiento y se paró en medio del salón, mientras los alumnos guardaban silencio para escuchar lo que su educadora tenía que decirles.

—Chicos, este es uno de los proyectos más importantes de esta materia, valdrá el cincuenta por ciento de su calificación y espero que se lo tomen muy enserio. Van a hacer una diapositiva sobre como los científicos trabajan, lo que usan, y varios experimentos de su agrado—Dijo la maestra hasta que varios empezaban a murmurar entre ellos, cuestionándose y planeando desde ya—. ¡Silencio!—Exclamo firme sorprendiendo a la mayoría de los presentes—. Tienen que poner imágenes, hechos, decir como lo investigaron, demostración y una exposición de por lo menos cinco minutos; sera en grupos, tienen dos semanas. Sorpréndanme.

¡¡RRIINN!!

Sonó la campana. Los estudiantes inmediatamente recogieron sus cosas, salieron del aula y se dirigieron a sus casilleros, mientas una chica se dirigía hacia tres de sus amigos corriendo con emoción.

—Entonces...¡Yoko!¿Como le haremos?

Hiroko; la más baja. Una chica con dos trenzas realmente largas y cabello marrón oscuro. Bien enérgica y graciosa, experta para rifar golpes.

—¿Me lo preguntas a mi?—Le respondió arqueando una ceja.

Yoko; pelo corto y ondulado. Bastante sarcástica, sería e impaciente. Puedes confiar en ella para muchas cosas y es muy útil en cualquier situación por sus experiencias. O eso dice ella.

—Yo digo que lo planifiquemos el fin de semana. Es viernes así que podemos descansar hoy—Dijo aquel chico a su lado, sacando una sonrisa amigable.

Minowa; un chico un tanto torpe y amigable a la vez. Es muy buena persona aunque parezca que la mala suerte va detrás de el todo el tiempo. Tiene el pelo lacio, algo largo y ojos cafés al igual que su cabello.

—Hmm... Realmente esto va a ser muy fácil al menos para mi, pero supongo y les da más estrés a ustedes—Mencionó el más alto pareciendo cansado y serio, como siempre sin preocupaciones, ya que sus calificaciones son casi perfectas comparadas con la de sus queridos amigos.

Katashi; aquel chico serio de lentes, pelo bien oscuro y es seco con las personas que no les tiene tanta confianza. Aunque parezca un chico completamente normal, realmente esta lleno de riquezas.

Los cuatro se dirigieron en grupo hacia sus casilleros, guardando sus libros antes de dirigirse hacia la salida de la escuela y así despedirse hasta la siguiente semana.

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El fin de semana llegó y Minowa estaba en la cocina, preparándose una taza de chocolate caliente. Al terminar tomó su teléfono el cual estaba encima de la mesa más cercana y empezó a ver los mensajes del grupo para el proyecto. Viendo los mensajes de arriba se enteró que era ese mismo día, y que solo tenía una hora para alistarse y llegar a la casa de Katashi, lo cual hizo qué se sobresaltara lo suficiente como para escupir el chocolate por todos lados.

Al parecer, Katashi había consultado con sus tíos científicos y estos le permitieron darles información, cosa que vieron rara pero no se quejarían si eso los iba a ayudar.

Inmediatamente se alistó lo más rápido que pudo. Recogió sus apuntes para ponerlos de golpe en su mochila, y fue rápidamente a tomar un taxi para llegar. Iba muy atrasado, y mas porque vivía a treinta minutos de la casa de Katashi, lo cual lo estresaba.

Al salir del taxi, agradeciéndole por traerlo y pagándole lo debido, al voltearse, su mirada paso de agotado y estresado a sumamente sorprendido e impactado.

THE BACKROOMSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora