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Capítulo 12

(...)

Corría hasta el salón de clases con el corazón desbocado, latiendo desesperado, impactaba con tal fuerza en mi pecho que lo sentí querer salirse del mismo.

Llegué y la puerta estaba abierta, suspiré con un gran alivio y entré al salón de clases, notando unos pocos compañeros de clase y a Cat desmayada en su pupitre, nada nuevo la verdad.

Me senté a su lado y golpeé el pupitre a lo que ella se levantó desesperada.

— Señor Paul, ya le llevo los inicios de mí trabajo práctico — Gritó levantándose de la silla con tal fuerza que esta chocó contra la pared trasera.

Una risa conjunta se deja oír y Cat me observa completamente sonrojada, intentando disimular la situación sentándose nuevamente en la silla y bajando la cabeza.

— Lo siento Cat — Hablo en un susurro haciendo una mueca y ella solo sonríe.

—No pasa nada El — Me dice — Sólo despiértame de forma más leve la próxima vez.


— En verdad lo siento — Le digo.

Ella me observa con poniendo su boca como la de un pato por alguna extraña razón que desconozco. Parece estar pensativa, abre y cierra su boca cada dos segundos, es como si estuviera manteniendo una conversación consigo misma.

La veo con confusión, claro, hasta que siento una respiración caliente en mi oído. Sabía perfectamente de quien se trataba, por lo que solo enmudecí y bajé la cabeza.

— Días Eleaonor — Suelta en un susurro — Porque bueno hubiera sido que nos besáramos — Lo empujo por los hombros y se pone derecho.

— ¿Eleaonor? — Escucho la voz de Cat.

Mierda, no podía darme vuelta y mostrar mi cara, ella notaría al instante que sucedía allí y siendo honesta completamente no quería entrometerme en la felicidad de Catherine, después de todo ésta es su historia de amor, no la mía.

Me levanté del asiento y salí corriendo de nuestro salón, chocando con el señor Paul en el camino, pero poco me importó, me levanté y salí corriendo hacia mí hogar.

Abrí fuerte y desesperadamente la puerta de nuestro departamento, subí las escaleras hasta mí habitación, escuchando los gritos de mi madre para que abriera la puerta, golpeó una y otra vez hasta que renunció y se retiró. Dejándome en la soledad de mis aposentos.

Me lancé hacia la cama de una plaza y media en la que intentaba acomodar todos y cada uno de mis pensamientos. Digo, estoy arruinando una maldita película de amor adolescente, me estoy entrometiendo demasiado.

Decidida tomé mi teléfono y mandé mensajes.

Nos vemos en la fuente principal a las 17:00

Solté mi teléfono y corrí a cambiarme, me puse una pollera pegada al cuerpo negra con bolsillos estilo cargo, junto a un buzo oversize del mis color, tomé mis zapatillas para correr, una bufanda que cubría la mitad de mi rostro y por último unos binoculares negros - para variar -

No te enamores de EleaonorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora