CAPITULO 11

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Rachel detestaba todo. Primero la habían hecho subirse a un espantoso taxi con tres espantosas mujeres delante de ella, al salir del coche se había sentido como si se hubiera subido a una montaña rusa después de haber comido diez tacos y 3 litros de gaseosa, y para rematar todo, su "amigo", Percy, la habría dejado sola con Octavian.

Pero por alguna razón la última situación no la odió tanto como las otras, aunque le daba un extraño escalofrío en su nuca lo que le advertía que una tercera presencia los observaba. Sacudió su cabeza para concentrarse. Solo esperaba a que todo termine rápido y volver a su cueva acogedora.

Guardó su botella de agua en su mochila y sacó el cuaderno que anteriormente Octavian había husmeado, sacó un lápiz y empezó a trazar líneas dibujando la parte del bosque que tenía delante. Octavian estaba aún parado en el campo de visión mirando hacia donde se había ido Percy hace un rato, Rachel suspiró.

- ¿Podrías...Arrimarte?

Octavian la miró inexpresivo y se apartó de su campo de visión, seguidamente Rachcel sintió que se sentaba a su costado guardando la distancia, no alzó la vista para mirarlo, pero aun así percibía que la estaba mirando como dibujaba.

- ¿Qué haces? - Dijo Octavian después de un rato.

- Dibujo.

- ¡Ja! ¿Así es como adivinas el futuro? ¿Dibujando?

- Octavian, por un momento en tu vida ¿Podrías cerrar tu bocaza? - Dijo Rachel volteando a verlo. - Eres estresante.

Octavian se sonrojó un poco, Rachel lo pudo notar ¿Estaba avergonzado? Volvió su cara hacia su dibujo y decidió seguir dibujando cuando por alguna extraña razón decidió dar vueltas a las páginas hacia atrás e inspeccionar el dibujo de triángulos y círculos abstractos que había hecho hace poco. Decidió trazar líneas por el borde para descubrir un dibujo más concreto que eso. El escalofrío volvió y empezó a sudar.

- ¿Estás bien? - Octavian la miró sin esconder esta vez su preocupación.

Rachel no le hizo caso y entonces el dibujo cobró sentido.

- Un minotauro - Dijo Rachel con un susurro suficientemente alto para que Octavian la escuchara.

- ¿Qué...?

Entonces Percy apareció detrás de ellos, estaba sudoroso y con su espada Contracorriente en la mano.

- Levántense, levántense, vamos, vamos, vamos - Dijo empujándolos para que se levanten.

- Dioses, Jackson. ¿Qué pasa?

- ¡No hay tiempo, ahí viene! - Percy exclamó exasperado.

Corrieron a toda velocidad por el otro lado del bosque.

- Percy ¿De quién escapamos? - Pregunto Rachel, aunque sabía la respuesta.

- ¡Un minotauro! ¡Dense prisa!

Rachel pudo notar la cara de Octavian, los Romano ocultan muy bien sus emociones, pero Octavian esta vez no pudo ocultar su expresión de asombro. Éste la miraba a Rachel con la boca abierta. Rachel no le hizo caso y siguió corriendo.

Al llegar fuera del bosque y salir a la ciudad, se detuvieron en la acera para tomar aire.

- Perdimos su rastro - Dijo Percy no muy seguro - Es mejor que nos movamos rápido.

- Eso espero - Dijo Rachel.

- ¿De dónde Plutón ha venido eso? - Exclamo Octavian. Algunos mortales que pasaban por ahí soltaron risitas y lo miraban raro.

Augur y OráculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora