CAPITULO 19

872 92 7
                                    

Fue una muy mala idea decir eso, pero Rachel había estaba muy nerviosa y fue lo único que pudo decir, además no mentía, el beso de Octavian había sido más... más ... no encontraba las palabras exactas, pero había estado mucho mejor que el de Percy.

Por otro lado, mientras caminaba, temía que algo le pasara, había besado a un chico, con el Espíritu de Delfos dentro de ella. Después del último sello, evitar a Octavian, cambiar de tema y hacer que Percy no se dé cuenta de nada, a Rachel le daba vueltas en la cabeza el tema de ser la Oráculo y no tener pareja, pero tal vez Octavian ya no quería nada a causa del último comentario que soltó la muy tonta.

-          Llegamos... ¿Dónde estará la Diosa, ahora?

-          ¡Aquí, Percito! - La Diosa salió del gran gentío.

-          Podemos entrar ya, tenga - Le tendió su cartilla.

Rachel y Octavian lo imitaron.

-          ¡Me parece genial! - Los recibió y se puso a un lado abriéndoles paso hacia el camino - ¡Entren Chicos!

Entraron. Aunque el lugar estaba abarrotado de gente, Rachel sintió que la temperatura bajó peor que en el juego anterior. Entonces todo se tornó negro.

Rachel subía escaleras corriendo, 2...3...4...5...6... , 7mo piso.

El gordo, 4 caballos encadenados alrededor de un bulto rubio, Annabeth. La risa del gordo penetró en el oído de la Oraculo como una navaja fría. Todo fue tan rápido y se despertó sobresaltada en los brazos de Octavian. Lo miró.

-          ¿Estás bien?

-          Sí...

Rachel se levantó despacio, Percy estaba en su otro lado.

-          ¿Qué viste?

-          Annabeth... En el séptimo piso...

-          ¿¡Enserio!?

-          Sí... Hay que darnos prisa.

-          Yo iré. Ustedes quédense. Octavian, cuida de Rachel.

-          No, Percy. No puedes ir solo, deja que Octavian te acompañe - Rachel se soltó de Octavian y se levantó, Octavian también se puso de pie.

-          ¿Y dónde te quedarás tú?

-          Aquí en la entrada...

-          Mejor vamos todos - Sugirió Octavian - Rachel es fuerte, podríamos requerir su ayuda.

Percy vaciló, Rachel se ruborizó y miró al rubio. Finalmente, el sireno asintió.

-          Dense prisa.

Corrieron hacia las escaleras.

Mientras subían más pisos, menos gente aparecía. Y entonces llegaron a las escaleras del sexto piso que daban al séptimo, solo se encontraba un guardia dormido en un asiento en la esquina. Pasaron sigilosamente y luego corrieron hacia el séptimo. Entraron a la oscuridad que parecía boca de lobo.

Octavian y Rachel se pusieron detrás de Percy que ya tenía a Contracorriente destapada, no se veía nada, la espada de Percy alumbraba un poco, pero solo para verse los rostros. Rachel miraba a todos lados  y caminó al costado de Octavian con las piernas hecha gelatina.

-          ¿Annabeth? - Preguntó Percy a la nada.

-          ¡PERCY JACKSON, ES UN HONOR CONOCERLO!

Augur y OráculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora