Teatro de la dominación: Historia previa al retorno

Seis deseos: Louis.

-Aquí yace lo que alguna vez será la erudición y discípulo del gran escriba.

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—¿Lo dice enserio? y pensar que mi esposo me engañaba desde hace tanto... ¿Cuánto le tengo que pagar?

—Serian treinta dólares, espero y verla pronto.

Cuando tenía nueve, siempre sentía espasmos leves cada tanto. Cuando los doctores me revisaban, veían que no tenía ninguna malformación o algún problema, intuyeron que era un problema psicológico, tampoco fue así. Un día, estaba en la escuela con mis amigos, por descuido, choque con uno de ellos. En ese momento, vi como el morirá, día y hora. Faltaba una semana para su fallecimiento.

Desde que recuerdo, siempre he tenido este don de clarividencia, nunca me molesto tener esto... aunque, si me preguntaba quién me había concebido tal habilidad, quizá Dios, un ser extraterrestre... creo que me estoy volviendo un poco loco, de todos modos, es la única forma que tengo de vivir. Mi familia me tomo por raro y simplemente me exiliaron con desprecio. Aunque, gracias a la buena reputación, puedo ganar más de doscientos dólares en un día, le tenía que sacar provecho de algún modo.

Esa señora... es posible que muera a manos de su esposo pronto... tampoco es que me pueda meter en eso, además, no es mi problema, ella se lo busco, "la curiosidad mato al gato" dicen...

En una tarde cálida donde las personas apenas y pasaban, una pequeña tienda de campaña dedicada a la "adivinación" estaba levantada con una vista hacia el mismo horizonte. De reojo, se hace notar levemente la figura de una persona...

—Sabía que estarías aquí. —Dijo una chica acercándose rápidamente.

—Elisse... Es mi trabajo después de todo, ¿porque estaría en otro lugar? —Dijo el hombre recostado a una barandilla.

—Otra vez con la misma respuesta. de todos modos, ¿Cuánto te falta para que cierres? me prometiste que saldríamos un rato.

—Para ser mi único familiar que me dirige la palabra... preferiría seguir en la ignorancia de ellos.

—Pues te aguantas, soy tu hermana, debemos pasar más rato juntos.

—Aj... como tu digas, espera y recojo las cosas. —Dijo dirigiéndose nuevamente a tu tienda de campaña.

—Jeje, mm, veamos... ¿y si vamos a un parque de diversiones? Dicen que pasara un eclipse a cierta hora de la noche, ahí sería mejor para apreciarlo.

—No me importa, solo vayamos y ya...

—Que seco eres...

La brisa marina se notaba aun si estábamos tan lejos de la costa, y aun así....

—¿Que se supone que estoy viendo? ¿este parque no estaba cerrado? —Dijo mostrando la mayor cara de confusión que había puesto en toda su vida.

—... Eso fue hace tres meses, ¿qué tan desactualizado estas?

El ocaso había cesado y se asomaba el fuerte brillo de la luna nueva, la cual, al marcar media noche su blanqueado color tomara una tonalidad que el mundo nunca presencio...

Bien, faltan poco más de dos horas para ver aquel eclipse, por alguna razón me siento... ¿preocupado? no entiendo para nada esto. Elisse parece estarse divirtiendo, creo que también debería de relajarme un poco, pero.... ¿qué es esto que me inquieta tanto?

—¡Oye! baja de las nubes, que te estoy hablando. —Dijo Elisse mientras agarraba de mechones a su hermano.

—Ah, perdón, ¿decías algo? —Respondió ignorando su pelo estirado a un costado.