No, no otra vez... Todos hemos visto una margarita. Sino las riegas y le das los cuidados suficientes se marchitas, algunas sobreviven gracias a las lluvias. Otras no. Muy probablemente no estoy hablando de la planta.
Cepita_stanehumans
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Era un día no muy común en lo que seria la Residencia Argentina. ¿Por qué no muy común?. Fácil. Argentina se habia ido hace tres meses y a las provincias ya no les alcanzaba la comida ni mucho menos el dinero. Lo que hacía que tengan que racionar la comida, los más grandes comían menos y los más chiquitos comían más.
Todo iba "normal" hasta que una provincia termino de comer y se levantó, haciendo que todas las demás provincias (exepto algunas) se vallan de la mesa.
Jujuy:—Salta, ¿Dónde se fue papá?—
Pregunto mirando su comida el menor de toda la familia a lo cual dejo algo sorprendido al salteño.
Salta:—Pues... Papá esta—
No pudo terminar, el mayor de los hermanos, Buenos Aires, hablo primero.
Bs.As:—¿Tu papá? Tu papá se va a quedar en el trabajo porqué ya no te quiere ni nos soporta.—
Respondió seco a lo cual Salta lo miro mal y Jujuy al ser tan chico se confundió.
Salta:—Jujuy anda a jugar afuera con tus hermanitos, ¿Si?—
Le dijo a lo cual Jujuy asintió y se fue afuera.
Bs.As:—¿Qué? ¿le dijiste que se fuera para reprocharme por decirle la verdad?—
Salta:—¡Y sí!, el apenas tiene cuatro años.—
Bs.As:—¡Tu tienes siete! Y sabes muy bien que Argentina no nos quiere.—
Salta:—El sol está ocupado trabajando...—
Bs.As:—¡Eso es lo que ustedes se metieron en la cabeza!—
Salta:—¡Tu lo sabes! ¡tu vas con el por lo menos una vez al mes a su trabajo que queda justo en tu provincia! ¿¡O qué es lo que haces!?—
El porteño se quedó callado. No quería recodar lo que pasaba en el instante en el que tocaba su provincia, pero lo hizo.
Buenos Aires y Argentina habían ido a una reunión para negociar con la junta el pasar por los Andes para liberar a la Patria Vieja (Chile). Estaban llegando Argentina abrió la puerta y tiro al porteño al piso.
Argentina:—¿¡Cómo se te ocurre hacer eso!? ¿¡Acaso querías avergonzarme frente a todos!? ¡por tu estupidez nos lo negaron!—
Buenos Aires se confundió, ¿que había hecho ahora?
Bs.As:—Pero... ¿Ahora que hice?—
Pregunto en un tono bajo para que su padre no se moleste.
Argentina:—¡Tu sabes muy bien lo que hiciste! Ahora por eso, te vas ahí.—
Bs.As:—No... Por favor no...—
Suplicó a lo cual su padre lo ignoro y lo llevo a rastras para luego meterlo dentro de un tipo de ropero con pinches en las paredes dónde tendría que pasar hasta que su padre lo decida.
Ya había pasado ahí muchas veces, por malas calificaciones, por "desovedecerlo", por "malcriado", por "no saber nada" y hasta simplemente porqué sí.
A él nunca lo dejaban llorar, no lo dejaban descansar ni mucho menos defenderse ¿Y que haría un niño para tratar de descargar su ira y enojo? Buscar a como de manera algo con lo que se pueda descargar.
A Buenos Aires se le cristalizaron sus ojos mientras bajo la cabeza y puso su mano en su boca tratando de no soltar sollozos tenía miedo de que su padre lo escuchará. Hay Salta se dió cuenta de que había tocado un punto débil, por lo que rápidamente lo abrazo y apesar de que el porteño sea más alto lo "guardo" en su pecho mientras repetía.
—Shh no pasa nada, todo está bien, solo estamos nosotros, puedes llorar lo que quieras ¿si? no va a pasar nada, ya estás en casa.
Y así terminó el día, Buenos Aires, el mayor de todas las provincias y el que nunca mostraba piedad ni amor por nadie llorando en los brazos de Salta.
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