No, no otra vez... Todos hemos visto una margarita. Sino las riegas y le das los cuidados suficientes se marchitas, algunas sobreviven gracias a las lluvias. Otras no. Muy probablemente no estoy hablando de la planta.
Cepita_stanehumans
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Desde el día en el que la hija mayor de los Velázquez le dió a Salta un poncho se volvieron más secanos. La hija mayor de los Velázquez, cuyo nombre era "Addiri", era como la madre o padre que Salta nunca tuvo.
Se contaban todo mutuamente, muchas de las demás provincias le decían a Salta: "Es muy grande para vos, saltita, además tenés responsabilidades". Apesar de ser solo un niño de diez a once años ya tenía que cuidar de sus hermanos, porque si, tuvo que volver a hacerlo cuando su padre se enteró de que no lo hacía, también tenía que hacer todas las tareas de la casa, además de salir a trabajar con los Velázquez.
El tema es que Addiri jamás le dijo nada a sus padre sobre esto. Addiri también le contó a Salta algo que sería su perdición.
En fin. Salta estaba comiendo callado junto a sus hermanos. ¿Por qué?, simple, su padre estaba en casa y no querian hacerlo molestar. Eso hasta que Argentina como rara vez solía hacer, comenzó a hablar.
Argentina:—Yo junto a algunos colegas míos hemos notado cosas raras de parte de la familia Velázquez, creemos que son españoles infiltrados, por ellos, Salta, vas a tener que dejar de trabajar con ellos.—
Y haci como si nada se levantó llendo directo a su oficina.
San Juan:—Uyuyuy, Salta, parece que tu novia terminó siendo española.—
Recibió un zape de parte de su hermana La Rioja y dejaron de hablar de aquel tema. Salta salió corriendo, tenía que avisarle a Addiri sobre eso. Sino, la matarían junto a toda su familia. Estaba abriendo la puerta cuando se escucho:
Argentina:—¡Salta, Jujuy!, empaquen sus cosas, La Rioja le avisará a la familia Velázquez que dejaras de trabajar para ellos.—
Salta:—Padre, entiendo muy bien que quieras irte ya, pero es mi deber como buen...—
Argentina:—¡Ya!—
Y sin rechistar tuvo que irse a empacar sus cosas y las de su hermano, temía por la vida de Addiri.
Se fueron.
Después de mucho pesar y una cagada que lo mando devuelta con sus hermanos pudo volver junto a Jujuy. Maldita sea... Se había olvidado de Addiri, lo primero que hizo al llegar al pueblo fue ir a la casa de los Velázquez. Se horrorizo, no había sangre, no había gente, había un inmenso y escalofriante silencio, que dejaba pasar el viento.
Fue al centro del pueblo, rogaba que no sea lo que el estaba pensando. Pero... la vida le jugó en contra. Cuando llegó, vio una multitud de gente, al ser una provincia todos creyeron que el iba ver si los soldados hicieron bien su trabajo por lo que lo dejaron pasar rápido.
Miro horrorizado aquellos cuerpos que colgaban de una cuerda. Todavia goteaban sangre, habían sido torturados antes de morir, la gente se iba poco a poco y cuando anocheció y todos dormían el se prendió a un cuerpo en específico, el de Addiri. Lagrimeo mientras susurraba en sus sollozos.
Salta:—Perdon... Perdón... Perdón... No pude proteger a mi propia mamá-—
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