✿_¡Marimacha!_✿

30 6 3
                                    

¡Bebo aclarar que este contenido podría ser fuerte para los que contraen la enfermedad de la "homofobia" o "transfobia"!

"Narrador omnisciente":

Al fin, un día en el que todas las provincias que asistían a la primaria a la misma hora, los de grados mayores y menores, a excepción de los de secundario, estaban en el mismo patio y hora de recreo "un quilombo" como diría Misiones y otras provincias, por suerte así se podían cuidar mejor entre ellas.

"Santa Luisa" veía a sus hermanos jugar brutos y ser tan... Felices, desde la ventana de su aula.

Las demás mujeres según el eran aburridas y no hacían nada más que quejarse de otras. Podía hacer como Formosa y meterse de vez en cuando, pero para ella no era suficiente

Apesar de que todos se llevaban bien había cierta linea entre varones y nenas. Las nenas casi siempre eran más delicadas con los juegos y los nenes hasta se agarraban de la cintura y hacían que se besaban de broma.

Ella también quería eso, pero si lo hacía con sus hermanas ellas la iban a mirar mal, si pudiera se volvería hombre, ¿pero que iba a hacer ella una niña de apenas siete años?

—Te pasas todos los recreos encerrada acá adentro, no puedes simplemente observarlos, tienes que ir y jugar un rato con ellos.

Hablo Jujuy, su compañero de aula pasando dentro del salón sentándose al lado de ella.

—Ese es el tema ¡un rato!

—Pero después puedes ir a jugar con las niñas y hacer cosas de niñas ¿no?—La cara de asco de Santa Luisa lo dijo todo—No me mires así ¿acaso las chicas hacen cosas tan traumáticas que te quitaron tu inocencia o algo así?

—Pff... No digo eso, digo que no me gusta estar con las chicas.

—Aver si te entiendo. No te gusta actuar como chica, no te gusta vestirte como chica, no te gusta jugar como chica, a mi me parece que eso ya no es ser "marimacha" ¿acaso querés ser hombre?

Santa Luisa se quedó pensando, era verdad, jamás le gustó ser una chica.

—Capaz que soy hombre.

—¿Qué?... Pero... Tu te miraste ahí abajo, ¿no?

Lo último lo dijo en un susurro, le daba vergüenza decirlo en voz alta.

—Sí, Jujuy. Sé que no tengo eso, pero capaz tengo alma de hombre y cuerpo de mujer.

Jujuy no aguanto, empezó a reírse pensando que su hermana estaba bromeando hasta que vio su cara de seriedad y se quedó avergonzado.

—¿Algo así como lo que le pasa a Formosa con otras mujeres...?

—Mucho mejor. Yo ya no soy chica, ¡ahora soy...!

—¿Un pan tostado?

Pregunto Tucumán entrando a el salón quedándose en la puerta.

—¿Tucumán? ¿que haces aquí?

—Ademas de que es mi salón también la maestra dijo que salgan, no los quiere volver a ver dentro del salón, menos a ti Luisita.

Las margaritas ✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora