Jessica Illingworth, 22 años, estudiante
Bueno, háblame de ella.
¿Y cómo empiezo? Siento que no tengo nada bueno que decir.
Bueno, era tu amiga.
A veces.
Solo dime lo primero que se te venga a la cabeza.
¿Qué es lo que quieres saber de ella?
Explicame cómo se conocieron, como si yo no supiera nada del asunto.
Es que veo tu cara... Nunca nos presentó. Y estás tan metido en todo eso, es como hablar con lo que queda de Ariana.
No sé qué decir a eso.
Yo tampoco. Con ella las cosas eran un suplicio, complicadas.
Mira, ya estás aquí. El punto es no guardarse las cosas. No te juzgo si quieres hablar mierda de ella, yo estoy aquí para escucharte.
Bueno, mi mejor amiga... se suicidó el 1 de diciembre de este año. Apenas han pasado tres meses. Dejé de hablarle como unos seis meses antes de que muriera por asuntos.
Ella se llama, perdón, se llamaba Ariana Kort. Rubia, de familia acaudalada, no muy harta. Escribía, tocaba el piano y hablaba francés sin una pizca de acento. Un francés preciso. También tenía una caligrafía prolija. Las únicas cosas prolijas en ella. Gran parte del tiempo no me agradaba.
Aunque era tu mejor amiga.
Ya te dije que no era una relación que hacía mucho sentido. No era normal. Me imagino que a ti te cae bien tu mejor amigo, si bien no todo el tiempo, la mayoría. Pero nosotras, con Ariana... no había paz. Ni un solo día de tranquilidad. Había picos, había precauciones, había silencios. Y bueno, también estaba el hecho de que yo solía robar cosas de ella.
¿Robar? ¿Cómo robar metafóricamente?
Robar como robar. Tomaba de su cuarto las cosas que dejaba tirada por allí. Ella, digna hija del privilegio, ni se daba cuenta.
Así que robar...
En mi defensa, lo hacía por bienes altruistas. Los vendía en FaceBook marketplace para ayudar a mi mamá y cuando ella me preguntaba de dónde venía el dinero, le decía que unas niñas me habían pagado por hacerles las tareas.
Ajá.
No me mires así, te lo advertí.
No te estoy mirando de ninguna manera. ¿Ella se enteró?No lo sé. Estoy organizando mis ideas. ¿Puedes creer que Laura Santander se me acercó en el velorio? ¡A mí! Cómo si no supiera que ya no pasaba tiempo con su hija. Apenas me enteré, fui con el mandil y los crocs puestos. Me dijo que yo la conocía mejor que cualquier persona y que por lo tanto, debía decir algunas palabras. Yo, que no podía decir que lo sentía sin que se me quebrara la voz.
¿A quién más viste en el funeral?
A su papá, que aún estaba trastornado por la noticia. Vino a mí cuando yo estaba hablando con Laura que no se callaba con respecto al discurso. Solo me dejó en paz cuando le dije que podía hablar de ella tres horas seguidas.
¿Y lo hiciste? Porque creo que me perdí de tu intervención.
Escribí algo, pero no lo dije. Ariana era la de las palabras. Pura mierda fue lo que escribí. Te lo hubiera traído para que te rías.
¿Qué tan malo era?
Mientras más escribía, más desconocía a Ariana. Lo cual era de esperarse, porque cuando murió apenas conocía quien era. ¿Sabes cuál fue el último mensaje que me mandó? "Todo está bien" Y luego fue y se mató.
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El abismo que nos mira.
Fiksi UmumLa novia de Agustín se suicida y él reúne personas importantes de su vida para grabar un documental y resolver una pregunta: ¿Por qué lo hizo?