Esperando en las gradas de la entrada del colegio pude ver como todos sonreían por poder irse. Como planeaban salidas, juntadas. Todos felices. Parejas por doquier, pude ver cómo algunos demostraban su amor y lo gritaban a los cuatro vientos. Yo en cambio mi amor, mi único amor, estaba lejos. Él no me daba eso, prefería la intimidad para demostrar su cariño y yo me tenía que conformar con eso.
Sin darme cuenta yo ya estaba sola. Al ver que mamá no vendría a buscarme me digné por chequear mi celular y éste estaba muerto. Sin batería. Genial. Tendría que volver a casa caminando y eran unas veinte cuadras como mínimo. Esto sería una vuelta a casa bastante larga.
-Déjame que te acompañe hasta tu casa- Gritó una voz detrás de mí. Una voz conocida. Una voz a la cual empezaba a odiar.
Yo sin responder me apresuré a caminar más rápido. No quiero volver a verlo nunca más.
-¡Oye! Fui un tonto hormonal. Lo lamento.
Estas palabras hicieron que me saque de quicio. Me di la vuelta y le respondí:
-¿Un tonto hormonal? ¡Ja! Y yo que pensaba que eras un tonto engreído y presumido- Me di la vuelta y seguí mi camino.
-Soy un adolescente. Las hormonas me funcionan a mil. ¿No crees que sea la mejor excusa?
Este tipo ya esta estaba sacándome de mis casillas.
-¿Excusa para qué?
-Para poder besarte. Para poder tenerte entre mis brazos y tomarte como lo quise desde el primer momento en que te vi.
Me quedé petrificada sin saber qué decir. Él con cada palabra fue acercándose a mí y sin darme cuenta me tenía entre sus brazos con un agarre tan fuerte y tan firme. Como si no quisiera que me escapase.
-Me viste en la cafetería y te traté muy mal ¿Por qué me dices esas palabras sabiendo que no son verdad?- Logré decir.
-Tú me viste en la cafetería. Yo te vi hace unas semanas cuando fui a inscribirme. Te vi salir de la oficina del director. Desde entonces sueño contigo cada vez que debo dormir.
-¿Pues porqué no te creo?
-Pues créetelo.
Sin nada más que decir me tomó con fuerza y sus cálidos labios se posaron en los míos. No lo solté y el no me soltó. Éramos al fin solamente unión de bocas. De jóvenes que profesaban su amor y la única forma de hacerlo era de éste modo. Mis manos al no poder sostenerse fueron directo al cuello de Kayle y se posaron en él. Lo acariciaron y juguetearon con su cabello. Sin poder respirar nos vimos forzados a separarnos y él colocó su frente contra la mía y dijo:
-No te vallas nunca.
Y yo le contesté:
-No lo haré.
El me soltó y empezamos a caminar tomados de la mano. No podíamos hablar, no éramos buenos hablando y cada paso que dábamos, con cada mirada que nos robábamos lo entendía con claridad. Este chico sin duda llegó en el peor momento de mi vida. Pero la vida te da opciones y tú debes elegir. Debes decidir. La vida te pone piedras, obstrucciones para que elijas desviarte de tu camino y vivir con tus elecciones o seguir. Continuar por donde marcaste tu ruta.
-Llegamos-Dije.
-¿Este es un comienzo?-Preguntó Kayle.
Lo miré y dejé que mi mirada lo dijera todo. Pero a veces las miradas no bastan y hay que decir las palabras que más nos duelen. Porque si las decimos sabemos que son ciertas.
-Kayle...
-...Tu me gustas y yo a ti- me cortó Kayle- ¿por qué no podemos estar juntos?
-Porque el gustar no siempre basta. Yo tengo a Félix y lo quiero y ahora no es un buen momento para perder un amor al que amo desde hace años por una promesa de amor loco y pasional adolescente.
-Si no arriesgas no ganas.
-Pero si nunca entro al juego no hay forma de que pierda.
Silencio. Ninguno sabía que decir. Mis palabras eran ciertas y él no podía negar que lo que dije era verdad. Pero tenía que decírselo. Al menos eso debía ya que probablemente su corazón ya estaba roto.
Tomé asiento en las gradas de mi entrada y Kayle hizo lo mismo y dije:
-No supe nada de Félix en todo el día. Él está de viaje para conseguir dinero en Las Vegas, es un muy buen apostador ¿sabes? Él y yo decidimos que nos cansamos de una vida rutinaria. Él odia a su familia y yo a la mía igual salvo por mi único amigo en éste mundo que es Brandom, mi hermano menor. Brandom es bueno y me quiere por eso sé que lo voy a extrañar- Mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas y continué- Nos vamos, dentro de cuatro días nos iremos con Félix y unos amigos de él. Nos marcharemos de éste pueblo para no volver. Sé que suena estúpido pero es mi deber y tengo que hacerlo. Buscar mi propia independencia.
Al ver que Kayle no decía nada, solo miraba la puesta del sol. Solo estaba metido en sus pensamientos. Yo proseguí.
-Hemos estado ahorrando durante nueve meses y él consiguió ganar más del triple de lo que ahorraríamos en un año. Nadie sabe sobre nuestra ida. Solo tú. Tú corazón es bello y grande y seguro que tienes mucho amor para dar, eso no lo dudo. Dáselo a alguna persona que lo acepte y sepa valorarlo y que te entregue más amor de lo que yo podría haberte dado.
Kayle giró hacía a mí y me besó con pasión. Nunca lo olvidaría y lo que me pasó hoy tampoco. Hoy conocí al hombre por el que cada mujer mataría, pero yo lo estaba dejando. Este era nuestro final.
-Los momentos que tuvimos hacen que un final sea algo doloroso, pero duele porque sabemos que disfrutamos de ellos y ¿sabes? Después de cada final siempre hay un comienzo. Eso te lo aseguro.- Dijo mientras se ponía de pie y empezó a caminar unos cuantos pasos hasta que se dio la vuelta y me dijo:
-Nunca te olvidaré Mayra Oliver. Este corazón- dijo al tiempo que señalaba el suyo- me dicta que no te olvide y le haré caso y nunca te olvidaré, también me dice que volveremos a vernos más adelante y esa vez te juro por lo que quieras que te jure que no te dejaré ir.
Yo con mi sonrisa de boba empecé a negar con la cabeza y le respondí mientras que mi voz no ocultaba la emoción y alegría el pensar de volver a verlo algún día.
-Kayle M. Tanner, presumido, arrogante, machista, egocéntrico y romántico empedernido. Nunca te olvidaré.
Sin más que decir se dio la vuelta y se marchó, todo esa tarde fue tan irreal y la experiencia más romántica que jamás tuve, pero esa tarde fue la última vez que lo vi. Los días pasaron y él no fue a la escuela y yo emocionada por mi viaje abracé más a Brandom y pasé todo el tiempo que pude con él, intenté no hacer enojar a mi mamá tanto, pues la verdad que en estos son los últimos que tendré con ella. Cuando me valla no pensaré en volver.
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Caídos de las Galaxias
Storie d'amoreMayra Oliver es una chica de dieciséis años con un novio que la llevó al "lado malo". Ella bebe, fuma y tiene todas las características de una adolescente descarrilada que está apunto de escaparse de casa para no volver nunca más junto a Félix, su n...