my first love, my first obsession 𐙚 j.jungkook.

Capítulo O3.

Abrí la puerta de mi casa y vi a mis padres en la sala. Mi madre lloraba mientras mi padre la consolaba en su brazos, pero al ver el puño de la mano derecha de mi padre, sabía que esa discusión sí llegó a los golpes. Escuché los sollozos de Jade en el piso de arriba y me dirigí a su cuarto directamente.

Al entrar a su cuarto, mi hermana estaba acostada en su cama; su amiga Aisha a un lado de ella acariciando su espalda y Lizet sentada a lado de sus pies.

Aisha era la mejor amiga de mi hermana, pero también de la familia. Se conocen desde la secundaria y ahora cursan el último año de la preparatoria. Tantas veces a venido a esta casa que es parte de esta familia; pero ella también es una de mis mejores amigas y hermana para las tres. Es la hermana mayor según, por ser la más grande, a pesar de tener la misma edad que Jade, cumple antes que ella.

― Hola Aisha, no sabía que estabas por aquí.

― Hola, pequeña. ― saludó sonriente.

― Jade, ¿qué es lo que pasó? ― Me senté junto a ella y acaricié su lacio cabello.

― Lo que pasó fue, que se apareció Beck a fuera de la casa ― Respondió Lizet ― Estábamos comiendo cuando él llegó a gritarle a su ventana y mis padres no se percataron, solo nosotras dos. Ella salió sin decir nada y mis padres sospecharon. Nuestro padre salió y vio a ambos abrazados. Los separó, le dijo a Jade que se metiera a la casa y a Beck que se alejara de ella y de esta casa, ya que su relación se terminaría a partir de ese momento. Beck no se quedó callado y le contestó. A mi padre no le agradó eso y le soltó un puñetazo al rostro.

― En ese momento llegué. Jade fue hacia Beck para ver su golpe y abrazarlo, pero tu padre la cargó y la metió a su casa. Corrí para ver a Beck, pero me dijo que me alejara y se fue. Estaba sangrando de la nariz y su labio se partió.

Narró Aisha, mientras Jade no dejaba de llorar.

Intenté comprender todo, pero no le encontraba otro desenlace a lo que Beck inició.

― Mejor no hay que recordarlo. Vamos hacer sentir peor a Jade. ― dije intentando convencerlas ― Por cierto, ¿a qué venias Aisha? ― cuestioné y su rostro cambió a qué algo se le había olvidado.

― Venia a dar una invitación, pero creo que ahora no tiene importancia.

― ¿Qué invitación? ― preguntó mi hermana mayor, dejando de llorar mágicamente. Al escuchar aquello pareció revivirla.

― Te venía a invitar a mi fiesta de cumpleaños número dieciocho.

― ¡¿Cómo que no tiene importancia?! ― exclamó con entusiasmo ― ¡Es tu fiesta de dieciocho años! ¡Y por supuesto que voy!

― No creo que te dejen salir después de esto ― siseó Lizet.

― No me importa. Haré lo que sea para salir. No puedo dejar a mi mejor amiga ese día. Aunque sea lo último que haga.

― Creo que no estoy invitada ― dije un poco triste por ello. Me agradaban las fiestas de Aisha.

― Lo siento pequeñas. No pueden asistir por la edad; pero se lo recompensaré en tu fiesta de quince y los dieciocho de Jade.

Y sí; Jade y yo cumplimos el mismo día, 13 de Julio. Es muy raro y poco común, pero así es el destino y vamos a juntar mi fiesta con la de ella. Será la mejor de todas.

― Está bien. No te preocupes. Entiendo.― dije con voz dulce.

― Lo siento me tengo que ir. Pero ya no estés así. ― Se levantó Aisha y se dirigió a mi hermana ― Las veo mañana.

Sonrió para despedirse e irse finalmente.

― Vamos Lizet. Mañana hay que ir al Instituto.

Las dos nos levantamos de la cama, decididas a irnos a nuestros cuartos, pero la tenue voz de mi hermana mayor nos detuvo.

― Chicas, no iré mañana al Instituto.

― Pero mañana tienes examen, ¿No? ― cuestioné.

― Sí, pero no me siento muy bien para ir. Así que se regresan con cuidado.

Iba a decirle un gran discurso sobre porque debía de ir, pero sería inútil si su postura sería la misma. Ella no cambia de idea y actitud repentinamente.

― Mañana mis padres se van más temprano de lo normal, así que no sabrán que no fuiste al Instituto. ― dije decepcionada.

― Gracias _____. ― contestó con una sonrisa infantil y triunfadora.

En ese momento iba a salir de su cuarto, pero al cerrar la puerta me gritó:

― Te amo _____.

Sonó tan sincero que sonreí al escucharlo.

― Yo también Jade.

Susurré a mis adentros.