Suicides //[ Shin soukoku][Omegaverse ]

¿Otro chef principal?

—Ahora sí, señor Dazai ¿Qué quiere decirme? —dijo Akutagawa en un tono firme.

 —Akutagawa, espero que esto no te lo tomes mal, pero es por tu bien—dijo Dazai con seriedad. En ese momento Akutagawa se empezó a confundir más de lo que ya estaba.

—Dígamelo señor Dazai—dijo Akutagawa muy impaciente.

Dazai soltó un suspiro— Está bien, Gin me contó que estás muy estresado por tu nuevo puesto de chef principal y... —tomó una breve pausa — me di cuenta de que todavía no estas a la altura de ese puesto, adem—le interrumpió Akutagawa.

—¡Señor Dazai, usted confió en mí al colocarme en ese puesto! —dijo Akutagawa un poco alterado—¡Es cierto que por momentos siento que es muy cansado! —se calmó— Pero... la cocina es mi pasión y usted lo sabe—dijo con una mirada y voz melancólica.

—Akutagawa, entiende que esto lo hago por tu bien—dijo mientras colocaba su mano derecha en el hombro de su discípulo— Eres demasiado joven para estar estresándote—dijo Osamu— Por eso tomé la decisión de que ahora en adelante ya no serás el único chef principal; traeré a una persona más y ambos tendrán el mismo puesto, mañana en la mañana te lo presentaré—dijo Osamu mientras se alejaba de Akutagawa.

—Pero señor Daz — interrumpió Dazai

—La decisión ya está tomada Akutagawa—dijo con firmeza—Escucha, esto no es de ayer ni de hoy, tu hermana me lo contó hace más de un mes. —tomó aire— Todo este tiempo estuve buscando a una persona con la cual se anivele a ti. —dijo en un tono serio— Ahora sí, me retiro. Hasta mañana Akutagawa—dijo mientras se retiraba de la habitación para ir a su casa.

Akutagawa estaba estupefacto. No lo podía creer, sentía que su hermana le había traicionado, aunque realmente ella estaba muy preocupada por su hermano. Y sin darse cuenta, cayó al suelo de rodillas.

En las calles de la hermosa Yokohama, entre toda la multitud se encontraba un alfa muy preocupado por su omega y su hijo. «Chibi me va a matar» pensó muy preocupado el castaño mientras trataba de caminar más rápido. Pero se dio cuenta de que de esa manera nunca iba a llegar «Mejor tomaré un taxi» pensó Dazai y justo en ese instante pasó un taxi.

—¡Taxi! — exclamó Osamu. El conductor frenó el vehículo y vio al castaño subirse a este.

—A la calle x, por favor — dijo Dazai. El chofer asintió y en cuestión de minutos el castaño legó a su destino.

Osamu abrió la puerta de su hogar y escuchó... ¿Ruidos? Para él ya era algo común que su hogar ya no sea silencioso porque Fumiya se la pasaba llorando.

Rápidamente cerró la puerta y se dirigió a la habitación del bebé y se encontró una hermosa escena, Chuuya estaba cargando al bebé mientras le cantaba una canción de cuna. Osamu se acercó silenciosamente a su esposo y cuidadosamente lo abrazó por la cintura—Ya regresé—susurró Dazai en el oído de su pareja, para después darle un delicado beso en la mejilla.

—Te estaba esperando—susurró Chuuya. Dazai soltó a Chuuya para que coloque al bebé en la cuna. Una vez fuera de la habitación del bebé, Chuuya le jaló del oído a Dazai.

—Auch, eso duele chibi— se quejó el castaño en un tono infantil.

—Eso te pasa por tardón. Idiota— dijo Nakahara un poco molesto. —Y ¿Cómo van las cosas en el restaurante? —preguntó Chuuya.

—Es... Algo complicado—dijo cabizbajo el castaño. Chuuya se dio cuenta del cambio de ánimo de su amado, se acercó a él y dijo— Osamu, sabes que puedes confiar en mí—en un tono amable y comprensible.