Hojas de guayaba

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Era un dulce ambiente, cualquiera pensaría ellos eran una hermosa y unida familia, pero no lo eran, era un dulce momento de paz, en el cual todos los cocineros de Suicide's compartieron una que otra risa, no hasta que el más joven de ellos recordó algo que cambiaría drásticamente ese lindo momento...

—¿Y quién... preparará la... orden de la seño...rita? — mencionó el pequeño rubio entre risas.

Todos dejaron de reírse

—Yo... creo que lo mejor sería darle otra oportunidad a Atsushi—Sugirió Lucy con un poco de timidez.

—¡Yo te apoyo Lucy! — dijo el rubio con mucho ánimo.

—Gracias por la oportunidad chicos— agradeció con amabilidad el pequeño albino.

—¿Y tú qué opinas Aku? — cuestionó Lucy.

Era falso decir que Akutagawa no sentía mucha molestia por la supuesta preferencia hacia Atsushi, incluso estaba a punto de quejarse y hacerles recordar a todos que casi quema la cocina, aunque él también tenía un poco de culpa, pero para su mala suerte recordó la oportunidad que le había pedido al pequeño albino, Akutagawa se dio cuenta de que no tenía opción alguna, y apretando los dientes tratando de disimular que no estaba ardido dijo:

—Yo...estoy...de acuerdo.

Todos se quedaron desconcertados.

—Akutagawa, ¿Te encuentras bien? —preguntó Lucy con mucha preocupación.

—Yo creo que tiene fiebre, en mi pueblo cuando alguien se enfermaba de fiebre le dábamos ¡Un rico y delicioso té de hojas de guayaba! — recomendó con un poco de nostalgia el rubio, él recordaba las veces en las que su madre se enfermaba y le daba de beber ese buen té.

—A ver— dijo la pelirrosa tratando se acercarse a Akutagawa para poder tomar su temperatura y así poder comprobar si tenía fiebre.

—¡Estoy bien! ¡¿No lo ven?! — se quejó Akutagawa mientras trataba de alejarse de Lucy—y después se quejan cuando trato mal a jinko. —dijo con indignación mientras se cruzaba de brazos.

—Entonces... ¿No tienes fiebre?

—No Kenji

—Al parecer ahora estamos empezando a conocer al nuevo Akutagawa—dijo en un tono bromista la pelirrosa, haciendo que Akutagawa virara los ojos.

—Bueno Atsushi...—dijo Kenji mientras se acercaba a Atsushi, quedando frente a él—manos a la obra—dijo entregándole su mandil, que tenía impregnado el nombre del restaurante, sus guantes y su gorro bandana.

Atsushi dudó si aceptar o rechazar aquella propuesta de sus compañeros, recodó lo mucho que significaba para su mentor aquel restaurante, y a su vez para él mismo, ya que este era su primer trabajo. Con determinación tomó aquello que le entregó su compañero y se lo colocó.

—¡Avancemos!, ¡Qué ese plato se sashimi no se preparará solo! —dijo con determinación Atsushi, acto que sorprendió a Akutagawa, haciendo que captara toda su atención el albino; Akutagawa se dio cuenta de la peculiar mirada que llevaba el albino, una mirada segura y a la vez desafiante, la cual parcia que quería comerse al mundo entero y por primera vez, ser el protagonista.

—¡Akutagawa! Deja de babear por Atsushi y ponte a trabajar— se quejó Lucy a sus espaldas, acto que tomó de improviso a Akutagawa.

—¡Lucy! — se quejó el pelinegro, provocando una discusión, graciosa para los demás.

—Mira cómo se pelean por ti, Atsushi— dijo Kenji con una leve risa, haciendo que el contrario se sonrojara.

—M- mejor hay que avanzar—dijo el albino tratando de evadir el tema.

Mientras Atsushi y Kenji cocinaban, Lucy y Akutagawa peleaban.

¿Raro no? Pues eso mismo pensaba la "crítica de comida", que llegaba a escuchar desde su mesa todo el ruido que hacían los cocineros.

«¿En qué momento dejarán de pelear? Dios, me aburro» pensó la crítica de comida con un rostro que claramente expresaba sus pensamientos «Si en tres minutos no sale mi orden, me iré, y de paso me compraré un chicle mentolado» pensó con una sutil sonrisa.

Vio que un mesero de edad avanzada se acercaba a ella.

—¿Todavía no le llega su orden señorita?

—Lastimosamente no, creo ya me retiraré—dijo con un notorio disgusto, cosa que alarmó a Hirotsu.

—En unos minutos estará saliendo su orden señorita—mintió—pero, por el momento ¿No desea un exquisito vino? La casa invita—dijo Hirotsu tratando de ganar tiempo.

—No creo que tengan un buen Petrus, pero es mejor que nada— dijo la señorita, instantáneamente recordó las veces en las que compartía su mejor amigo los finísimos vinos que compraba con ella, sin duda eran buenos tiempos, esta dejó escapar un nostálgico suspiro, ya que en un buen tiempo iban a disfrutar otra vez esos momentos, porque su amigo estaba casado y lo más probable es que en ese preciso instante se encuentre cambiando pañales.

—Ahora mismo traeré el vino señorita.

La chica vio al mesero dirigirse a la zona de lavavajilla.

Esperó, esperó y...

—Señorita acá está su orden—dijo una mesera con cabellos rubios mientras colocaba con delicadeza el plato sobre la mesa.

—Gracias «Uff... después de un año»

—Y aquí tiene su vino—dijo mientras colocaba el vino sobre la mesa. —Si tiene algún inconveniente, no dude en avisarnos. —dijo con amabilidad.

—Gracias, lo tendré en cuenta—respondió con tranquilidad, para luego ver retirarse a la mesera.

Rápidamente se fijó en el plato, este tenía un buen aspecto y un exquisito aroma; con delicadeza le dio un primer bocado al plato, tenía un buen sabor, la carne estaba en perfecto estado, es más estaba fresca. Ahora era turno del vino, a leguas se notaba que no era uno de una reconocida marca, pero igualmente se animó a probarlo, tenía un buen sabor y estaba casi en el punto exacto de fermentación, pero comparado a aquellos vinos que tomaba con su mejor amigo, eran inigualables.

Se sentía "extraña", como si la estuvieran observando... En efecto, si la observaban. Aquellas miradas provenían de la cocina, eran un aproximado de seis vistas que se posaron en ella.

—¡Mesero! — llamó con un tono de elegancia. Vio salir a un mesero de la cocina.

—¿Qué se le ofrece señorita? — cuestionó en un tono respetuoso la rubia.

—Quisiera hablar con el chef principal—dijo con una sutil sonrisa.

A la rubia se le heló la sangre, luego de un par de segundos asintió y se marchó del lugar con rumbo a la cocina.

—¿Qué te dijo? — preguntaron todos al mismo tiempo.

—Ella... ¡Ella quiere hablar con el chef principal! — chilló en un tono bajo Higuchi.

A todos les cayó esa respuesta como un balde de agua fría.

Lo que deseaba la señorita era hablar con una persona, no con dos, pero en Suicides existían dos chefs principales, sin embargo, todos eran conscientes de que Atsushi era quién se había esmerado en ese plato, entonces... ¿Quién saldrá?

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AYUDAAA

Gente mñn voy a participar en una concursoo (voy a quedar última😭😭)

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Suicides //[ Shin soukoku][Omegaverse ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora