Suicides //[ Shin soukoku][Omegaverse ]

El otro alumno de Dazai Osamu

Akutagawa vio salir de la cocina a un pequeño albino con ojos color violeta y amarillo, este tenía su cabello corto y la piel muy pálida. Sinceramente, Akutagawa esperaba a alguien más "fuerte".

«Parece omega» pensó Akutagawa mientras en su rostro yacía una mirada de decepción.

—¡Buenos días señor Dazai! —dijo Atsushi con mucha alegría mientras se acercaba a Dazai.

—Muy buenos días Atsushi— dijo Osamu mientras colocaba su mano izquierda en el hombro izquierdo del albino— Te presento a Akutagawa—dijo señalando al pelinegro— Él será tú compañero—dijo Osamu mientras acercaba a ambos jóvenes hasta que ellos quedaran frente a frente. Dazai se dio cuenta de que Akutagawa le lanzaba una mirada de "pocos amigos" a Atsushi.

—Espero que se lleven bien—hizo una pausa—Por el momento me retiraré, pero los estaré vigilando...— dijo Dazai en un tono retador— Y recuerden, Suicide's es perfección—dijo Osamu mientras se marchaba del restaurante.

—¡Adiós! — gritó Dazai en tono infantil.

—¡Adiós señor Dazai! — exclamó Atsushi mientras veía al castaño alejarse.

Akutagawa sentía que iba a morir. No le agradaba la idea de tratar llevarse bien con Atsushi.

«Parece un niño» pensó Akutagawa mientras veía de cabeza a pies a Atsushi.

—Buenos días Akutagawa— dijo sonriente—Espero que nos llevemos bien durante todo este tiempo—dijo amablemente mientras extendía su mano.

—Ya quisieras— dijo en un tono despreciable para luego darse la vuelta e ingresar a la cocina, dejando a un Atsushi confundido y a la vez triste.

«¿Qué hice mal esta vez?» Se preguntó a sí mismo Atsushi muy desanimado mientras veía a Akutagawa dirigirse a la cocina, sin darse cuenta sus ojos tenían pequeñas lágrimas.

Atsushi Nakajima, era el villano que le había quitado el puesto a Akutagawa, pero ese no era en verdadero Atsushi. Nakajima creció en un seno familiar un poco peculiar, su padre era alcohólico y su madre cocinera, es más, era una de las mejores chefs de todo Japón. Era cierto que el pequeño Atsushi no había tenido la mejor infancia, pero con su madre era todo felicidad y alegría; hasta el día en que ella murió, resulta que esa noche su padre y su madre había peleado toda la noche, hasta que sucedió la tragedia...

—¿¡Por qué hoy no llevaste a Atsushi a la escuela!? —exclamó con mucha preocupación la madre del menor.

—Calma mujer—dijo mientras tomaba un sorbo de su botella de cerveza—Por un día que falte a estudiar, además sería inútil en el colegio, porque acá en la casa no sirve para nada. Ni siquiera para cocinar— dijo en un tono ebrio.

—¡¿Qué te pasa?! ¡¿Cómo vas a mandar un niño a cocinar?! ¡Apenas tiene siete años! —dijo con furia la madre de Atsushi.

—¡¿Pero ¡¿qué quieres que haga?! Agradece que no se quemó, porque ya sabes que yo no lo llevaré al hospital—hizo una pausa para tomar otro sorbo de cerveza—Mejor enséñale a cocinar en vez de ir a estudiar.

—Sabes... No quise tomar esta decisión, pero esto será lo mejor para Atsushi—dijo la señora, su pareja solo se limitó a mirarla con intriga. —Quiero el divorcio—dijo cortante.

A su esposo le dio gracia— Hay mujer, todas las mujeres son estúpidas—dijo entre risas

—No le encuentro gracia, esto es ser...—no logró terminar, ya que su pareja estaba apretando con mucha fuerza su cuello, la estaba ahorcando.

—Suéltame...— dijo con mucho esfuerzo. El hombre estaba tan furioso que no era consciente de sus actos, sin darse cuentas su pareja estaba botando espuma por la boca. Rápidamente la soltó, esta calló al suelo para luego morir en cuestión de minutos.