𝐴𝑙𝑤𝑎𝑦𝑠 | 𝑆𝑒𝑣𝑒𝑟𝑢𝑠 𝑆𝑛𝑎𝑝𝑒

Capítulo 14

Roma (maratón 2/3)

La clase pasa con tranquilidad, pero solo por unos minutos.

Siento como la mano de mi novio aprieta mi pierna por sobre mi falda, específicamente rozando mi muslo interno. Cruzo mis piernas para no darle lugar para nada. Agradezco ser zurda porque me deja el brazo libre para ponerlo sobre su pierna y comenzar a hacer círculos con mis dedos en el muslo.

Voy subiendo lentamente y poso mi mano sobre su amiguito, él al sentir mi mano aprieta con más fuerza mi pierna. Empiezo a subir y bajar ejerciendo la presión justa. Veo como muerde su labio para luego intentar abrir mis piernas, las mismas que fuerzo para que no pueda abrirlas.

Rápidamente siento su dureza en mi mano.

Me acercó a su oído para luego susurrar: —Dices que no tienes interés en mi, pero tú dureza no dice lo mismo.

Muerdo su lóbulo para luego intentar desabrochar su pantalón.

El logra abrir mis piernas y sube rápidamente mi falda.

Abro mis ojos a más no poder mientras me giro hacia él.

—Detente, pueden vernos.

Sus dedos hacen contacto con mi piel caliente mientras sube y baja su mano. Muerdo mis labios para no gemir cuando siento como sus dedos pasean por mis bragas.

Aprieto mis piernas por la exitacion que me provoca el ser probablemente descubierta en cualquier momento.

—Apuesto a qué si las hago a un lado estarás empapada por completo.—susurra en mi oído mientras sigue subiendo y bajando por mi entrepierna.

—Avery ¿Puede responder la primer actividad?

Miro sorprendida al pizarrón que está lleno de preguntas y consignas con el tema de hoy.

Cuando quiero responder al profesor Severus hace a un lado mis bragas para colar sus dedos y pasarlos de abajo hacia arriba, sintiendo mi exitacion.

— Disculpe, todavía no las tengo resueltas.— respondo lo más tranquila posible.

Cuando el profesor se gira para pedirle la respuesta a otro, agarro con fuerza el brazo de Sev para luego sacarlo de entre mis piernas y acomodar mi falda.

Él larga una suave risa mientras acaricia mi cuello con la misma mano que metió entre mis piernas.

—Creo que ya gane yo, bonita.

Mis mejillas se tornan de rojo cuando siento la vergüenza de haber perdido.

—No Severus, yo todavía no rogué por tu tacto así que seguimos en la misma. Aún nadie ganó.—cuando terminó de hablar beso su mejilla para luego prestar atención al poco tiempo de clase que nos queda.

***

Al terminar la clase Remus se acerca a mi banco en el cual Sev sigue sentado.

—¿Vienes conmigo y los chicos? Estaremos en la biblioteca.

Al momento de responder Sev se adelanta y le responde de la manera más cortante.

—No puede.

Me giro hacia él con confusión.

—¿Disculpa?

—Si, bonita ¿No recuerdas? Antes de la clase siguiente dijimos que íbamos a pasear cerca del lago juntos.— me regala una sonrisa coqueta que me encanta pero sigo con confusión.

—De acuerdo, pero le pregunté a Roma no a ti Snape.— Remus lo mira mal mientras frunce el ceño.

-Esta bien, Rem luego de estar con Sev iré con ustedes, no te preocupes.- me levanto de mi asiento y agarro mis cosas para luego dejar un beso en la mejilla de Remus y salir del salón.

Severus me sigue y cuando ya estamos alejados de los demás me acercó lo suficiente como para que solo me escuche él.

-¿Teníamos una cita y recién me entero, tesoro?

Sonrió de costado para luego poner mis manos en sus hombros, él me toma fuerte de la cintura y se agacha para acercarse a mi rostro.

-Quiero ganar una apuesta, bonita.

-Creo que para ver quién gana la apuesta necesitaríamos una habitación vacía no un lago.- digo con ironía al recordar la excusa del lago que le dió a Remus.

Él larga una pequeña carcajada. -Podria ganarte esa apuesta aquí mismo y hacerte rogar que te haga venir. No me subestimes bonita.

Suelto la risa más falsa que tengo para luego pasar mis manos por sus fuertes brazos.

-Jamas me cansaré de decir que tienes un ego demasiado grande.

-Creo que no lo harás jamás eh.- él sigue con mi broma.

Para probar su punto anterior a mi chiste el pasa una de sus manos por mi cuello y acerca más mi rostro al de él rozando así nuestros labios.

-Estás conciente de que estamos en medio de un pasillo, ¿Verdad?

-Bonita, recién estabamos en un salón lleno y jugamos igual, ¿Crees que me apena besarte en un pasillo bajo la mirada de todos?

Sinceramente no lo creo, en teoría nos besamos al final de un partido de Quidditch enfrente de literal todo el colegio.

-No lo creo, pero ¿Qué esperas para hacerlo?

De un momento a otro siento sus labios sobre los míos besandome, su lengua hace contacto con la mía y de repente olvidó toda apuesta y cualquier otra cosa que pueda dar pudor en este momento. No importa quien nos vea ni que puedan pensar.

El beso se vuelve desesperado y su agarre en mi cintura aún más fuerte, su mano en mi cuello ejerciendo cierta presión gustosa, mis manos en su nuca con temor a que se aleje, dejándolo en el lugar que está. Besándome casi sin dejar tiempo a respirar.

El ambiente gélido rápidamente se transforma en uno cálido, nuestros alientos se mezclan entre si liberando cierto calor entre nosotros. La calidez de su cuerpo contra el mío calienta todas las zonas de mi cuerpo.

Muerde mi labio inferior y sigue besándome mientras ejerce aún más presión en mi cuello, mi espalda se encuentra contra una pared y su otra mano se encuentra subiendo mi falda mientras acaricia mi muslo.

El primero.

El primer gemido salió de mi.

Era una clara muestra de que quería más, sin embargo no tenía pensado perder la apuesta.

Su boca paso a mi cuello mientras su lengua recorría la longitud de éste, siento como comienza a bajar con suaves besos, succionando y mordiendo todo a su paso.

La mano que se encontraba en mi cuello pasa al escote de mi camisa mientras lo baja solo un poco.

—Pídelo. Pide que siga Roma.

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