Maluma, un alfa reconocido y temido, proviniente de Empresas LeGion, se ve seducido por un Omega de clase baja luego de una ruptura amorosa.
Ricky, un Omega pobre pero con gran belleza, hace que su jefe cuestione su heterosexualidad y comienza a se...
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Pronto había caído la noche, Ricky estaba congelado del frío escondido en aquel arbusto. A pesar de estar consciente de que estaba existiendo, sentía que en realidad estaba perdido en otro mundo, ni siquiera se atrevía a dar algún paso o intentar seguir corriendo, su pecho ardía, sus ojos permanecían llorosos sin dejar caer alguna lagrima, estaba tan quieto que cualquiera que lo viera pensaría que estaba tranquilo, pero en realidad estaba luchando contra él mismo.
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Maluma seguía sin entender nada, pero cuando vió a una mancha blanca salir disparada hacía fuera y escuchar a Victoria gritarle que Ricky había escapado su cuerpo reaccionó antes que sus pensamientos. Ahora, estaba intentando bloquear cualquier pensamiento que le dijiera que lo que estaba haciendo era ridículo, concentrándose solamente en describir a su modelo en la estación de policía para reportar un desaparecido.
Descubrió que su modelo en realidad era más joven, tenía 27 en vez de 29, posiblemente había mentido para tener más posibilidad de obtener el trabajo de modelo.
Pero Maluma se estaba enojando, ya habían estado ahí dos horas, el sol se estaba despidiendo para dejar a la inmensa luna en su lugar, a estas horas se supone que debería estar durmiendo, no buscando a un omega de conejo todo pulgoso.
—¿Es tan difícil encontrar a un estúpido conejo? — Se quejaba, comiendo bruscamente unos doritos que Victoria había comprado para calmar la ansiedad. Esta se reía en silencio, esa escena de Maluma resultaba ser muy infantil.
—Si sigue en su forma de conejo entonces estaremos aquí hasta el amanecer. — Dijo Victoria robándole los doritos.
—¡Es un estúpido conejo! ¿Cuantos conejos podrías ver en una ciudad? Ves una mancha blanca, te la llevas y listo.
—¿Y si existen más Alfas y Omegas de conejo, mocoso?
—Dudó que todos estén en su forma animal. — Se quejó robando los doritos de las manos de Victoria.
—Si para ti es tan fácil, ¿por qué no haces tú el trabajo de buscarlo? Flojo.
—Bien, no voy a perder el tiempo.
Maluma se levantó, camino hasta las puertas de salida de la estación de policía y mirando a Victoria por el hombro antes de irse, dijo: "Esperame en la mansión, llegaré antes del amanecer." y se fue abriendo las puertas de par en par, provocando un estruendoso ruido cuando chocaron al cerrar bruscamente.
