Misinterpretations...

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El tiempo corría, Bill esperaba a que Georg golpee su puerta pero eso no ocurría, un poco inquieto decidió llamarlo.

-Oh, cierto, Bill, hola -dijo Georg al contestar el teléfono, por alguna razón sonaba sorprendido por la llamada de Bill lo que a este le pareció bastante raro.

-¿Aún sigue en pie el paseo por la ciudad? -preguntó Bill temiendo lo peor.

-Ah, es cierto, supongo que no, surgió algo a último momento y tengo que solucionarlo.

-Esta bien... -musitó Bill y colgó la llamada sin dejar hablar más a Georg. Le pareció que la llamada fue bastante extraña, no quería pensar lo peor pero la ansiedad lo estaba matando, se preguntaba una y otra vez si había hecho algo mal, algo que haya hecho sentir mal a Georg o que le haya molestado, quería preguntárselo pero dado a su actitud en la llamada consideró que debía darle un espacio, más aún cuando alegadamente había sucedido algo importante, estaba evitando a toda costa pensar que Georg le estaba mintiendo, pero una vocecita le gritaba en su cabeza que así era, consideró oportuno recostarse un rato y dejar de perder su tiempo pensando cosas que seguramente no estaban pasando, solo esperaba que nada malo haya ocurrido.

Los minutos corrían, Bill no lograba estar tranquilo así que decidió ir a la habitación de Gustav para charlar, necesitaba a alguien con quien desahogarse, al llegar a la habitación Gustav lo recibió con un gran abrazo.

-¿Ya almorzaste?

-No tengo hambre -respondió Bill desanimado.

-Tienes que alimentarte, tenemos un gran concierto hoy, vamos a ver a nuestras fans francesas, sabes que ellas nos aman demasiado y no creo que ellas quieran ver a un Bill cabizbajo por culpa de un idiota como Georg.

-¿Cómo sabes que estoy así por Georg?

-Casi una hora antes de que llegues a mi habitación vino a mi suite con Tom, dijeron que se iban a tomar unas cervezas y me preguntaron si quería acompañarlos... rechacé la invitación porque quería hablar contigo, presentía que te sentirías triste, se suponía que Georg y tu tenían una cita ahora, te veías tan emocionado... así que me quedé esperando a que decidas acudir a mi, no quise ser invasivo e ir a interrogarte...

-Gracias, Gustav... la cuestión aquí es simple, una cita conmigo no es tan interesante como una cerveza con Tom -masculló Bill antes de romper en llanto, grandes lágrimas caían por sus mejillas demostrando el dolor que su frágil corazón se encontraba soportando en ese momento -No es justo... 

Gustav abrazó a Bill fuertemente y dejó que llore todo lo necesario, suavemente acariciaba la espalda del pelinegro sin pronunciar ni una sola palabra, la atmósfera era triste provocando en Gustav un vacío en su pecho, no podía soportar ver a Bill llorar, le parecía injusto que una persona como él que siempre esta dispuesta a entregar su alma, vida y corazón cada vez que amaba a alguien siempre resulte herido, con lágrimas bañando su rostro, con la sonrisa debilitada... creía que el pobre corazón de Bill no soportaba un agujero más o se rompería por completo pero por otro sabía lado Bill era un hombre demasiado fuerte, Gustav lo había visto derrumbarse y quedar en ruinas y en días reconstruirse y seguir adelante como si nada hubiera pasado, esa era la magia y el encanto de Bill Kaulitz.

-Estoy hambriento -confesó Bill mientras lloraba haciendo reír a Gustav.

-Tu nunca cambiarás, de inmediato pediré pizza y helado, es lo adecuado para la ocasión -afirmó Gustav.

-Eres el mejor amigo por siempre -confesó Bill y abrazó al otro chico.

-Yo me siento como un padre contigo.

Invisible StringDonde viven las historias. Descúbrelo ahora