Francia había sido una pesadilla para Bill y culpaba de ello a aquel fuckboy rubio quien a su parecer no sabía qué quería con su vida. Enojo, rabia, decepción y tristeza eran los principales sentimientos que inundaban el corazón del pelinegro, maldecía una y otra vez el haber cedido ya hace bastante tiempo a acostarse con Georg, haberse dejado llevar por su instinto animal sin medir las consecuencias, aunque para ser sinceros nunca imaginó que sería posible llegar a sentir algo por su compañero de banda, ni en sus más locos sueños pensó que Georg despertaría en él sentimientos como los que en ese momento lo torturaban, se condenaba a si mismo por haber subestimado al rubio y es que tampoco creyó que su "amigo", si es que aún podía llamarlo así, actuaría como un príncipe para después despreciarlo como a aquellas chicas que buscaba solo para divertirse y desechaba después de una noche.
¿Por qué mantuvo el acto de príncipe encantador durante tanto tiempo? ¿era realmente necesario hacerlo? ¿alguna vez sintió algo realmente por mí? ¿como pudo atreverse a hacerlo si se supone que éramos amigos?, eran los interrogantes que atacaban la cabeza de Bill constantemente, soñaba con buscar a Georg y hacerle todas esas preguntas, necesitaba respuestas para estar en paz pero les temía demasiado pues creía saber cuales serian así que optó por callar.
Le asustaba hacer una locura, se estaba cuidando demasiado para no cometer un error, se conocía muy bien, siempre fue de los que sentían todo muy profundamente así que evitó beber para que la embriaguez no lo obligue a correr hacia Georg, interrogarlo y golpearlo hasta que el dolor que llevaba en su pecho cese definitivamente. Para él era lógico que lo único que Georg quería era su cuerpo, aunque después de todo lo ocurrido ni siquiera sabía si volverían a tener intimidad de nuevo. Todo era un maldito enredo, quería dejar de pensar pero no podía, tenía que calcular bien todos sus movimientos pues no podía permitir que Georg sepa que estaba sufriendo, debía mantener su mentira, el rubio no podía enterarse de nada de lo que pasaba en la cabeza y el corazón de Bill, sentía que era su deber mantener su orgullo intacto pese a que consideraba que orgullo era lo que menos tenía, había empezado a enamorarse de una mentira y aunque que la fachada de Georg había caído, ya era demasiado tarde para él, su corazón se había encaprichado con ese cabello rubio, con esa mirada misteriosa, esa sonrisa coqueta, con los besos tiernos y calientes que se dieron , con las todas las mini-citas que habían compartido los últimos meses... estaba en un hoyo negro sin salida.
Solo pensar en Georg le alborotaba los sentidos, lo quería a su lado pero dado a todo lo ocurrido tenía muy claro que Georg no lo quería a él, solo quería su cuerpo, Bill se sentía acorralado, la situación le estaba robando la poca paz mental que tenía, no quería dejar ir a Georg pero tampoco quería seguir sintiéndose así y sabía que para dejar de sentir todo eso necesitaba alejarse de él.
Debido a que aún estaban en el tour, Bill debió actuar como si nada alrededor de todos, sin embargo, no era tan bueno fingiendo, era evidente que se estaba retrayendo, pasaba todo el tiempo pegado de Tom o encerrado en las habitaciones de los hoteles, no asistía a las fiestas y en los ensayos se limitaba a cantar y organizar el show sin cruzar palabra con absolutamente nadie que no sea su hermano mayor.
Tom no pudo evitar preocuparse por Bill, veía como su la luz se apagaba lentamente y no podía permitir que esta se extinga. Tom estimaba necesario hablar con su hermano, ya no podía soportar verlo tan mal, le había dado el suficiente tiempo y espacio, era momento de intervenir pues Bill no era una persona a la que le guste pedir ayuda cuando pasaba por momento difíciles, así que lo visitó una noche después del ensayo en su habitación.
-Tom, ¿qué haces aquí? pensé que estarías en la fiesta -proclamó Bill desanimado.
-No existe fiesta que sea más importante que tú para mí.
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Invisible String
Fanfiction¿Qué pasará cuando un romántico empedernido y un mujeriego se adentran en el mundo del deseo y la pasión sin compromisos ni ataduras? Acompáñenme a descubrirlo.