—Ahora sí puedo decir que esto estalló —masculló Annie, con el ceño fruncido en el patio del instituto.
La peliblando visiblemente preocupada y molesta por haber sido descubierta robando un libro, maldijo. Ya le había contado cada detalle, omitiendo que Dylan me castigó. O que boto mis pijamas y compro aquellas sutiles y cortos camisones trasparentes. Se enfurecería muchísimo si supiera cuánto control ejercía sobre mí, y podría contarle a Leo para alejarme de él.
Sabía lo que Dylan era capaz de hacer, y no iba a permitir que eso sucediera.
—Lo que no entiendo es cómo se da cuenta de todo.
No obtuvo contestación de mi parte.
—Tuve demasiado cuidado al tomarlo.
Tosi, colocándome nerviosa.
—¿Acaso ese imbécil tiene un rastreador en mí?
Abrí los ojos de par en par, con las mejillas calientes. Dylan no se atrevería.
—¡Por supuesto que no!
Me chupe el labio inferior, mirando a mi alrededor sin poder quedarme quieta. Mi respiración se volvió más rápida, y traté de calmarme, pero no pude evitar sentir un nudo en el estómago.
—Solamente es un genio descubriendo cosas. Dejémoslo ya.
—¡Es que no lo entiendo! ¿Tendrá cámaras en la aldea?
—Si. Quizá sea eso.
—¡No! Cy dijo que no había.
Nos miramos de hito en hito.
—Bueno, yo se lo dije —acepté, y me regaló una mirada enfurecida.
—¿Por qué harías algo así? —refunfuñó, sujetándome el brazo y parándonos en seco.
—Se lo dije porque el controla esta aldea de asesinos. ¿Entiendes? —Me solté de su agarré, y me miro enojada mientras metía mis manos a las mangas de mi jersey—. Si le ocultamos este tipo de cosas nos cortan en trocitos a todos. Busque ayuda en él, para saber qué hacer con ese robo.
Abrió la boca, consternada.
—Me traicionaste —dijo, y mi corazón reboto de nervios.
—Te ayude, para saber que hacer.
—¡Bah! —Levanto la mandíbula, eliminando nuestra mirada.
—No te traicione, ni nada por el estilo.
—¿Nada por el estilo?
Regreso a verme, consternada, enfadada.
—Aja —Asentí. Rebotando, levemente, el pie derecho con duda.
—Literalmente lo hiciste.
Alzó las manos hacia su cabeza, tratando de calmarse.
—Annie no te enojes.
—¿Cómo no lo hare si fuiste a decirle algo tan intimo entre nosotras?
—No es para tanto.
—¿Y si ese asesino me mata? ¿Ah?
—¡Nadie va a matar a nadie! —Con el corazón volcado, le tome la mano—. Dylan solamente dijo que se lo devolvieras, no te hará daño.
Se giró hacia mí, con la mirada llena de enemistad. Tiró, separando su mano de la mía, y me señaló.
—¿Y si yo voy a donde tú hermano y le cuanto que te acuestas con ese asesino desquiciado?
—¡No te atreverías!
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DESCONOCIDO
Mystery / ThrillerEn el momento en que la chica observadora vio el rostro de un asesino en la feria del terror supo que había cometido un gran error. La oscuridad y el crujido de los pasos eran abrumadores. Y sobre todo aquellos mensajes telefónicos: Quiero follarte...